Hospital Imaginario, los otros 'salvavidas' del Hospital San Pedro

Creado hace ya 26 años, Hospital Imaginario es una asociación que se encarga, de forma casi diaria, de animar y estimular a los niños que se encuentran ingresados en el Servicio de Pediatría del Hospital Universitario San Pedro de Logroño «contando cuentos, haciendo globoflexia y magia».

Así lo ha señalado la presidenta de Hospital Imaginario, Elena López-Davalillo, una asociación local fundada por Jesús María Martínez García, quien suele disfrazarse de payaso para hacer sonreír a los niños.

López-Davalillo ha indicado que la asociación está formada por una treintena de voluntarios, aunque de forma activa están una quincena, quienes se reúnen el primer martes de cada mes para organizar las visitas al hospital.

De esta forma, los lunes y miércoles cuentan cuentos y hacen globoflexia y magia, que «a los niños les encanta», reconoce la presidenta de la entidad; mientras que los martes y los jueves visitan las habitaciones «con un carrito lleno de cuentos y libros» para prestarlos.

En alguna ocasión, juntan a los niños durante una hora en una sala de la planta para «contarles cuentos a todos los que puedan salir», algo que la asociación prefiere porque «el tiempo con ellos es mayor», dado que lo habitual es que estén unos 10 minutos en cada habitación; y, cuando pueden reunirse,, «los niños pueden interactuar entre ellos, además de cambiar de entorno».

Los niños, ha asegurado López-Davalillo, muestran «mucha gratitud», hasta el punto de que, cuando los voluntarios de Hospital Imaginario suben por las escaleras de la planta de Pediatría, «ya hay algunos esperando», algo que para ella es «lo más bonito».

En general, la mayoría de los voluntarios de Hospital Imaginario proceden del mundo de la docencia y del sanitario.

Ese no es su caso, quien ha sido «carnicera toda la vida», pero conoció la asociación cuando estaba acompañando a su hija en el hospital hace 20 años y, después, decidió sumarse a esta iniciativa.

Para poder ser voluntario de esta asociación hay que realizar, primero, un pequeño curso de formación y, después, «tener ganas y conocer una serie de reglas fundamentales, además de mostrar una especial delicadeza con los niños».

«Lo normal es que el que quiera acercarse a ser voluntario cumpla todas esas premisas», ha asegurado.

Pese a que en el Hospital San Pedro de Logroño los niños que están ingresados «no suelen padecer largas enfermedades», ha reconocido que existe una serie de vínculos con algunos de ellos, en especial, con los que más tiempo llevan.

Además de Hospital Imaginario, López-Davalillo también forma parte, desde hace tres años, de la ONG Amor Sin Barreras, que continúa con su proyecto educativo de impulso y apoyo al colegio que contribuyeron a levantar en Turkana, en el norte de Kenia.

Con el fin de lograr más fondos para un colegio, que «está funcionando muy bien», recientemente reinauguraron el bar Plaza de Murillo de Río Leza.

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