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El atasco producido este miércoles en la entrada a Logroño desde Villamediana de Iregua durante la segunda jornada de protesta de los agricultores ha sido, si cabe, más intenso que el del primer día. Y es que de nuevo han vuelto a confluir desde ... primera hora de la mañana las retenciones propias y habituales originadas por las obras del carril ciclopeatonal con la movilización del sector agrario. Pero en este segundo día no ha habido tanta presencia ni de Guardia Civil ni de Policía Nacional o Local
A diferencia con la primera jornada, los tractores no sólo han invadido a modo e carrusel los carriles interiores de las rotondas del polígono industrial Puente Madre y de la LR-250 que gestiona el tráfico hacia Alberite y Murillo de Río Leza, también se han adentrado en la de Marianistas, entorpeciendo el tráfico en todos los sentidos y, por tanto, también el acceso a La Portalada por La Estrella. Además, y a diferencia del martes, quizá aprovechando la ausencia de agentes de las fuerzas de seguridad, los tractoristas sí han llegado a detenerse dentro de las rotondas, bloqueando los accesos y provocando, por tanto, retenciones más sobresalientes que el día anterior.
Pasadas las 9.00 horas los tractores han empezado a abandonar la zona de Villamediana poniendo rumbo hacia Logroño, de manera que a las 10.00 horas ya no quedaba apenas ningún vehículo agrícola protestando en esa zona. Por tanto, las molestias generadas por la tractorada en Villamediana durante la segunda jornada, de momento, han sido más intensas pero más breves. Algunos residentes en Villamediana aseguran que les ha costado una hora llegar a Logroño, un trayecto de apenas 4 o 5 kilómetros, si bien es cierto que por las obras del carril ciclopeatonal se han producido atascos de más de media hora, sin tractores, semanas atrás.
María Balda, agricultora de Villamediana que circulaba lentamente por el carril exterior de la rotonda entre Villamediana y Alberite con paradas alternas en los accesos, consideraba que «va a haber que estudiar Administración para trabajar en el campo y bajar más a Logroño que trabajar en lo nuestro, que se dejen de papeles y nos dejen trabajar». «Los precios son una vergüenza, no nos pagan el kilo ni a un euro y luego te vas a La Laurel y te cobran 2 y 3 euros por una copa. ¿Cómo puede ser eso? Y ya no sólo eso, es que nos están llamando las bodegas para decirnos que este año ya no nos compran la uva», expuso María Balda.
Salvo casos excepcionales, de nuevo volvió a haber bastante comprensión por parte de los conductores atascados, sin apenas más claxon que los de los propios tractores y otros en señal de apoyo, sobre todo de camioneros. «La gente se está dando cuenta de que, si paramos, se va todo a la ruina. Qué se va a comer si no... Pero es que deberían parar todos, no solo mirar», advirtió María Balda, quien quiso subrayar: «Lo estamos haciendo todo los agricultores, sin sindicalistas, que lo único que hacen es tragar».
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