El año 2020 puso a prueba a todo el mundo. Cada uno lidió con el temporal de la pandemia como pudo. Pero ejemplos brillantes, de templanza, valentía y solidaridad, siguen cautivando. Esta tarde, en la bodega institucional de La Grajera, la delegada de Gobierno ... en La Rioja, María Marrodán, y la presidenta del Gobierno regional, Concha Andreu, han entregado las medallas al mérito de la Protección Civil. Dos nombres propios: Marcos García López y Pablo Alcaide López. Y dos historias diferentes, pero hermanas. «Antes situaciones extraordinarias, la ciudadanía descubrió el año pasado respuestas extraordinarias», ha explicado Marrodán.
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Si el capitán de Infantería, Marcos García, recibía la condecoración por el trabajo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en las residencias y centros de mayores y asistenciales y por su labor en el mando único durante esos fatídicos meses de marzo, el joven Pablo Alcaide se hacía acreedor del reconocimiento por su actuación, junto a un grupo de amigos, en la limpieza de El Espolón tras los altercados de la noche del 31 de octubre. Dos hechos heroicos a su manera, dos ejemplos para creer en el futuro y seguir trabajando porque este sea mejor y más humano.
El capitán García ha recordado «esos días difíciles» en el que el único objetivo era «salvar vidas». Ha dado las gracias a «todas las personas, por su compromiso, esfuerzo y perseverancia», a los trabajadores de residencias, casas de acogida y del centro penitenciario quienes «junto a los sanitarios» dieron respuesta a una situación crítica e inédita. Y, sobre todo, «a los 127 hombres y mujeres excepcionales de la Compañía 41» que mostraron, en ese inolvidable marzo, que el lema militar que orna a la UME, la «inquebrantable voluntad de vencer poniendo el corazón en todo lo que se hace» no es palabrería hueca, sino hechos palpables.
Por su parte, Pablo Alcaide, se ha acordado de sus amigos, los que esa mañana del 1 de noviembre se lanzaron escoba en ristre para limpiar el céntrico paseo logroñés y recolocar el mobiliario urbano vandalizado la noche anterior. «No estuve solo, estábamos todos unidos y así somos más fuertes», ha recordado. Además, el joven, de 17 años, ha agradecido a su madre «los valores inculcados» y todas las enseñanzas recibidas que removieron la conciencia de Alcaide para movilizar a su cuadrilla y mostrar que los jóvenes son imprescindibles para el futuro.
«Fue un acto sencillo, sin pretensiones, pero que demostró a la sociedad que no toda la juventud es igual», ha apuntado María Marrodán. Juventud a la que calificó de «generosa, responsable y comprometida», animando a Pablo Alcaide y sus amigos a seguir dando ejemplo, superando críticas o comentarios maliciosos «en redes sociales y de perfiles anónimos» «Somos muchos más los que valoramos lo que hicisteis», ha recalcado.
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