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En cuanto tuvo conocimiento del ingreso de Brahim Gali en el hospital San Pedro de Logroño, la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Canarias (Acavite) reclamó su detención inmediata, acusándole de ser el instigador de «los ametrallamientos, asesinatos, secuestros masivos y desapariciones de tripulaciones en alta mar de marineros canarios desde 1973 hasta 1986». ¿Qué sucedió en aquellos años? La llama de la indignación se ha mantenido viva en Canarias, pero en la península ya pocos recuerdan aquellos convulsos días, trágicos para muchas familias isleñas.
La presidenta de la asociación es la periodista Lucía Jiménez, cuyo padre, Francisco, resultó herido el 10 de enero de 1976 en un atentado cometido por el Frente Polisario en la empresa minera Fos Bucraa, una antigua instalación pública española que extraía fosfato del subsuelo saharaui. La compañía, nacionalizada por Marruecos nueve días antes, se había convertido en un objetivo del Frente. Ese día, en la estación cinco, una mina había volado el camión en el que viajaban tres trabajadores. Francisco, electricista, quedó ciego y sordo tras la explosión. El Gobierno español lo reconoció como víctima del terrorismo en noviembre de 2006 y concedió a su familia una indemnización. Esa misma jornada falleció, al pisar otro artefacto, Raimundo López Peñalver cuando iba a auxiliar a los heridos. Un año más tarde, un camionero madrileño que trabajaba transportando fosfato en Fos Bucraa, Adolfo García Relaño, murió por otra mina colocada por el Frente Polisario en la carretera que unía la factoría con el puerto de El Aaiun. Su compañero José Antonio Timor, de Cáceres, resultó con heridas graves. Según informaba entonces el diario 'El País', los camioneros (en su mayoría canarios) habían recibido amenazas por «colaboracionistas con la potencia ocupadora». Cobraban 425 pesetas por tonelada acarreada.
El Frente Polisario había nacido en 1973 para luchar por la independencia del Sáhara Occidental, primero contra la potencia colonial (España) y luego contra la ocupación militar ilegal de Marruecos, que nunca ha atendido las exigencias de la ONU de convocar, como requiere el derecho internacional, un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia. Las minas de Fos Bucraa habían sido inauguradas en 1972, aunque el 65% de la empresa fue cedido a Marruecos en 1976, tras el abandono del territorio por parte española. Fueron casi desde el principio objetivo princial del Frente Polisario. Brahim Gali, que hoy está ingresado en el hospital San Pedro, era ya uno de sus principales dirigentes.
El Frente Polisario también se atribuyó el abordaje de varios pesqueros canarios o gallegos (el Saa, el Las Palomas, el Garmo Mar), cuyos marineros fueron secuestrados y trasladados a Tinduf, donde llegaron a permanecer varios meses recluidos hasta que fueron liberados después de llegar a acuerdos con el Gobierno español. Así mismo, el Frente admitió haber ametrallado los pesqueros españoles Junquito y Andes, con dos muertos: el contramaestre Guillermo Batista Figueroa y el marinero José López. En esa misma época hubo otras masacres de pescadores canarios en aguas saharauis (Cruz del Mar, Mencey de Abona) cuya autoría, sin embargo, nunca fue reconocida.
Diario LA RIOJA ha hablado con la presidenta de Acavite, Lucía Jiménez, aunque no quiso hacer declaraciones y se remitió al comunicado hecho público hace una semana, en el que solicitaban no solo la detención de Gali «como autor material e intelectual» de estos atentados, sino «el esclarecimiento y la reparación» de unos hechos que «destrozaron la vida a las víctimas canarias del terrorismo».
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