Una guerrera irreductible

«Fue una época de angustia, de no saber cómo afrontarlo, qué hacer ni a quién recurrir. Por eso contacté con ACAB Barcelona, que con una generosidad tremenda me ayudaron en todo, incluso me pasaron sus estatutos para adaptarlos aquí».

Fue su familia la que sufragó los primeros pasos de la entidad, hasta que llegó, desde el Ayuntamiento de Nájera, el primer apoyo en 1998. Con esa ayuda se pudo costear el alquiler de la oficina y empezar a recibir a las primeras familias, apenas media docena. Veintitrés años después, aquella asociación alumbrada en Nájera a finales del siglo XX cuenta con 195 asociados, aunque ha llegado a contabilizar 250.

«Mucha gente se recupera y les damos el alta, que es lo que me encanta. Ojalá llegue el día en que no tengamos ninguno y dejemos de ser necesarios, pero... Durante estos años habremos tenido más de 5.000 usuarios y hoy todavía hacemos unas 350 valoraciones anuales», resume Gloria Martínez, empeñada en derribar los tabúes que acompañan a este drama: «Siguen ahí porque se tiene miedo a esta enfermedad, pese a que llegando pronto a ella, lo que no es fácil porque los pacientes suelen ocultarlo durante uno o dos años y la familia tampoco sabe luego cómo reaccionar, hay entre un 50 y un 60% de curación total e incluso muchos crónicos pueden hacer una vida normal».

Con cada vez más casos nuevos de anorexia entre adolescentes y preadolescentes e ingestas compulsivas en mayores de 40 años, la presidenta de ACAB Rioja insiste en que ante «esta es una enfermedad extremadamente cruel que consume al afectado, pero también y especialmente a todos los que le rodean, falta mucho por hacer y todavía se tienen que implicar aún más los políticos y los profesionales y así se lo sigo reclamando. En la Administración ya saben que yo soy muy guerrera y lo seguiré siendo para que nuestros enfermos de La Rioja y sus familiares tengan todo lo habido y por haber».

Luchadora infatigable, en la vida de Gloria Martínez no hay ni un solo día que no dedique tiempo a la asociación y su teléfono móvil está disponible las 24 horas. «Mientras mi salud me lo permita seguiré ayudando a esta asociación que con tanto cariño fundamos y hemos mantenido. Seguiré peleando hasta que se pueda para ayudar a estas personas y a sus familias porque los que hemos pasado por esto sabemos que encontrar una puerta abierta y una mano tendida es un gran apoyo», se conjura.