El Grupo Apex invertirá 3 millones y creará 50 empleos en Patatas Lahera, en Alesón

Aunque paradas, actualmente Patatas Lahera cuenta «con un tren de frito en continuo, dos sartenes y dos envasadoras», informa el Grupo Apex, aunque la intención es realizar inversiones para reforzar esas líneas e incluso añadir otras para aperitivos fritos. El CEO de la firma, Santiago Sala, asegura que la fárbrica comenzará «con un turno, en enero se implantará el segundo y luego el tercero porque nuestras plantas trabajan siempre con tres turnos». Con esta actividad, la compañía navarra espera llegar a medio centenar de trabajadores en 2024, lo que supondría una enorme inyección económica para el municipio y su entorno ya que, en el momento de su cierre, contaba con 16 trabajadores. «Hemos comenzado el proceso de selección y estamos muy satisfechos. Nos han llegado muchísimas solicitudes y serán trabajadores de la zona», incide el responsable.

La fábrica permitirá al Grupo Apex «seguir creciendo». «Somos muy competitivos y siempre nos marcamos ese objetivo. El pasado verano sufrimos porque nos vimos apurados, necesitamos más toneladas de producción», señala Sala.

La elección de Lahera casi ha sido fortuita: Grupo Apex quería maquinaria pero comprobó el potencial de la instalación, su capacidad de producción, almacenamiento... y acabó comprando.

La inversión ha sido recibida con una enorme alegría en el municipio. Luis María Melón, alcalde de Alesón, celebra que «después de los dos cierres anteriores, para el pueblo, la comarca de Nájera y en general para La Rioja es una buena noticia que se instale aquí una empresa nueva, ya que además están las instalaciones realizadas». El primer edil explica que el objetivo muy cercano de contar con tres turnos y hasta cincuenta trabajadores «es una gran noticia para nosotros».

El último propietario de Patatas Lahera fue el grupo murciano Patatas Rubio (Snacks Rubio), que recaló en Alesón en 2018, pero la empresa cuenta con una larga historia en la zona. Su momento más crítico se produjo en 2010, cuando un incendio causó el fallecimiento de una trabajadora y la destrucción de la nave. Posteriormente, la propiedad levantó una nueva planta en la misma ubicación, pero años después no pudo superar el concurso de acreedores.