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Celia Cardero posa para Diario LA RIOJA ante la puerta del Revellín de Logroño. MIGUEL HERREROS
Guías turísticos: el gremio cultural de La Rioja más olvidado

Guías turísticos: el gremio cultural de La Rioja más olvidado

Los coletazos de la pandemia y el intrusismo de los 'free tours', los 'manteros del turismo', castigan a un sector que subsiste este verano sin visitantes extranjeros

Domingo, 22 de agosto 2021, 02:00

A estas alturas del verano, los riojanos deberían estar familiarizados con los grupos de turistas que realizan rutas por los lugares más emblemáticos de la comunidad acompañados por un guía. La realidad es que lo que antes pasaba desapercibido, tras la pandemia llama la atención. Y ahora se vuelve la mirada y se aguza el oído para averiguar de dónde pueden ser oriundos los visitantes.

Tras año y medio de pandemia, con un parón de la actividad prácticamente completo (salvo el discreto repunte de actividad del verano de 2020), los guías turísticos profesionales de La Rioja (no más de doce personas, en su mayoría mujeres) han sido el último gremio profesional, en particular de la cultura, en incorporase al trabajo con cierta normalidad. El verano pasado «notamos un cierto repunte de la demanda muy, muy discreto; pero luego llegó el otoño, que tradicionalmente es la temporada alta en La Rioja y las restricciones hacían prácticamente imposible la actividad porque se nos limitaba a salir con un grupo máximo de cinco personas más guía y eso hacía difícil la viabilidad económica de las rutas y visitas», explica la presidenta de la Asociación Profesional de Guías e Informadores Turísticos (APIT) de La Rioja.

Así que, después de un invierno y una primavera muy irregulares, «no ha habido una recuperación aceptable del sector hasta este verano», pero «ha descendido el número de profesionales habilitados». Cardero pone como ejemplo el caso de una miembro de la APIT que «tenía una empresa con tres trabajadores y tuvo que hacer un ERTE, personas que en la actualidad se están dedicando a otros sectores».

«Una comunidad que aspira a la excelencia de su turismo debe actuar contra la actividad que no está regulada»

Celia Cardero | Presidenta de la APIT en La Rioja

La gran mayoría de los guías turísticos son autónomos: «Sí que es verdad que nos hemos podido acoger a las ayudas en un momento dado, pero las limitaciones, incluso cuando se había recuperado la actividad para otros sectores, han sido tan bruscas y tan importantes, que hemos visto bastante complicado desarrollar nuestra actividad».

A pesar de la recuperación de este verano, «todavía no estamos en los niveles que teníamos antes de la pandemia, ni el es el tipo de turismo que recibíamos». Ahora «lo que domina es el turismo nacional, ya que el internacional prácticamente es inexistente, que es muy importante en la parte de actividad que tiene que ver más con el enoturismo». En general, además, las reservas son «muy, muy de última hora y estamos viendo que hay un turismo individual, de pareja, de grupos de amigos, por lo que estamos echando en falta, sobre todo, los grupos con viajes organizados». «Alguno –precisa Carcedo– está llegando en agosto y tenemos previstos para el otoño, pero varias agencias de viajes están cancelando porque no consiguen sacarlos adelante».

El colectivo riojano de guías turísticos oficiales es muy pequeño y está muy feminizado

«Mucho daño»

Y a estas circunstancias se añade otro problema: el intrusismo de los 'free tours' en Logroño. Un problema que «preocupa mucho» a la APIT de La Rioja, «sobre todo, si aspiramos a la excelencia de nuestro turismo», subraya Cardero. En este sentido, lamenta que «precarizan nuestro trabajo y, en casi todos los casos, la actividad no está declarada, ninguno está habilitado como guía turístico, ni dado de alta en la Seguridad Social, ni tiene un seguro de responsabilidad civil, ni declara impuestos, y eso nos hace mucho daño a los profesionales».

«La reservas son de muy, muy de última hora y el tipo de visitantes que recibimos no es el de antes de la pandemia»

La responsable de la APIT asegura haber «denunciado» esta situación en el Ayuntamiento de Logroño y también «se lo hemos hecho saber» a la Dirección General de Turismo, pero hasta el momento no han tenido éxito: «O nos encontramos con silencio o nos dicen que no tienen competencias». Así que los guías turísticos profesionales se sienten «indefensos» porque, a diferencia de «estos 'manteros del turismo', nosotros cumplimos y realizamos una actividad regulada que tiene retorno en la sociedad».

Aptitudes para ser guía

Cardero concede que «cualquiera puede ser un guía turístico», eso sí, «en el momento en el que esté preparado y tenga las dotes para poder hacerlo». ¿Cuáles son esas aptitudes? Desde luego, «tener una formación adecuada» es importante porque da fiabilidad a los clientes; les aporta «garantía» de que la visita que van a realizar colma sus expectativas: «Si buscamos esa seguridad en otros aspectos de la vida, ¿por qué no lo vamos a hacer en este sentido?» Otro factor indispensable es «tener amor por el lugar en el que vives, y trabajar con pasión», pero «además hay un componente profesional detrás notable», que se forja a través de «una vasta» cultura general en historia, patrimonio, cultura y arte. Y don de gentes. Mucho don de gentes. Porque «en los grupos te encuentras diferentes perfiles de visitantes (familias con niños, grupos de adultos...) y se necesita esa capacidad camaleónica para adecuarse a lo que cada uno demanda».

Una vasta formación y amor por la tierra, claves para ser guía profesional

Cardero concede que «cualquiera puede ser un guía turístico», eso sí, «en el momento en el que esté preparado y tenga las dotes para poder hacerlo». ¿Cuáles son esas aptitudes? Desde luego, «tener una formación adecuada» es importante porque da fiabilidad a los clientes; les aporta «garantía» de que la visita que van a realizar colma sus expectativas: «Si buscamos esa seguridad en otros aspectos de la vida, ¿por qué no lo vamos a hacer en este sentido?» Otro factor indispensable es «tener amor por el lugar en el que vives, y trabajar con pasión», pero «además hay un componente profesional detrás notable», que se forja a través de «una vasta» cultura general en historia, patrimonio, cultura y arte. Y don de gentes. Mucho don de gentes.Porque «en los grupos te encuentras diferentes perfiles de visitantes (familias con niños, grupos de adultos...) y se necesita esa capacidad camaleónica para adecuarse a lo que cada uno demanda».

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