Gregorio López recoge el premio que homenajea a todos los agricultores

Todos los premiados han llegado a la gala de entrega de premios habiendo sido galardonados. Todos menos uno. Gregorio López no lo sabía, «estoy aquí por alguna que está por ahí sentada»- dijo desde el escenario- y añadió en tono jocoso: «Ya hablaré luego con ella» en referencia a su esposa que ejerció de 'gancho' de la organización.

Esta sorpresa ha hecho que no tuviera nada preparado para agradecer un premio que iba mucho más allá de su historia personal. Gregorio López Negueruela es un agricultor de Zarratón al que el coronavirus castigó en lo personal, pese a lo cual, y sin poder recuperarse del mazazo anímico, tuvo que seguir al frente de sus cultivos hortícolas para no perder la producción: «Pese a la situación tan difícil que parece que tocaba, había que seguir...», dijo mientras se emocionaba y reconocía que «el campo es mi vida».

Aunque el premio ha sido para él, ese galardón iba dirigido -por extensión- a los muchos hombres y mujeres que se tuvieron que sobreponer a situaciones muy complicadas para seguir cultivando su campo o atendiendo a sus animales.

El premio que concede específicamente Diario LA RIOJA a la trayectoria personal de un hombre o mujer del campo, quiso así homenajear en Gregorio López a un agricultor anónimo que luchó contra la adversidad para mantener su actividad y seguir ofreciendo sus productos por encima de las condiciones tan difíciles de este año. Él ha sido en la gala de entrega de los IV Premios del Campo, el representante de los que han estado trabajando mientras el resto ha permanecido varios meses confinados en sus casas.

María José González es una ganadera del Alto Leza. Lo es por sangre, sus abuelos ya eran ganaderos, pero -principalmente- lo es por convicción: «Si contara las horas, no sería ganadera, pero es que me gusta... lo que no me gusta es trabajar en la ciudad. Ya lo hice, y me tuve que marchar», explica esta mujer orgullosa de lo que hace, aunque advirtió con pesar que «no es lo mismo la vida en el campo, que la vida en el monte» como hace ella, «es mucho más difícil vivir en el monte».

Pero para ella casi es un disfrute, ni siquiera los meses de mayo y junio -«no es que sean los más duros, pero si los más intensos, por los partos del ganado»- hacen que se replantee su situación o se le pase por la cabeza dejar el pueblo.

El premio a la juventud es el único que va acompañado de una dotación económica (1.000 euros) que Bankia aporta para apoyar el inicio de la actividad agroalimentaria. Diego López, un joven agricultor de Hormilla, lo ha recibido por su dedicación a un cultivo tradicional, el del caparrón 'morito', que el produce de forma ecológica.

«Aunque también tengo viña, a mí lo que más me gusta es la huerta. Y veo que el caparrón tiene salida, por eso me gustaría ir creciendo poco a poco», señala este agricultor de sólo 24 años, que se enteró de que había ganado el premio cuando una llamada telefónica le sorprendió podando y que reconoció sentirse mucho más tranquilo en el campo que recogiendo un premio en el escenario del Aula Magna del Edificio Quintiliano de la UR.

Javier Martínez, en su calidad de presidente de la Asociación del Queso Camerano, ha sido el encargado de recoger el premio al Mejor Producto, aunque ha querido hacer extensivo el galardón, en primer lugar a «los ganaderos que son los que están detrás de este queso, porque ellos son los que madrugan cada día para ordeñar a sus animales, y también a los queseros. El premio es para ellos».

Javier Martínez ha recordado que un 20 de noviembre de 2009 se ponía la etiqueta cero de la Denominación de Origen Queso Camerano.

También ha mencionado que recientemente un experto, ante un auditorio de ganaderos, dijo: «El que no ame a las cabras, que se vaya», señalando con ello que el oficio «tiene mucho de vocación y de pasión».

Raúl Sanz trabajaba en la industria del mueble, pero un amigo ingeniero agrónomo le habló de las posibilidades de la zona de Cornago, Igea y Cervera para producir manzanas, y en 2005 se lanzó a ello. Ahora se reconoce encantado y se enorgullece de que «el nombre de La Rioja suene también como productor de manzana Fuji: «El terreno tan pobre de esa zona de la Rioja Baja, la climatología... hace que se den unas condiciones favorables para producir una manzana de alta calidad».

Sanz anima a seguir sus pasos, tanto en la zona como en otras áreas de la comunidad: «En todas las partes hay algo que se puede producir... y el campo es muy bonito. Además, creo que 4 hectáreas de manzanos ya pueden mantener a una familia».

En esta cuarta edición de los Premios del Campo es la primera ocasión en la que se da el premio al mejor profesional a una mujer, por eso Berta Valgañón, lo primero que ha pensado es «con la de buenos agricultores hombres que hay...», aunque pocos dejaron su vida para volver al campo como ella hizo, hace cuatro años, cuando falleció su padre y se hizo cargo de las viñas de su progenitor y comenzó a elaborar su propio vino en la pequeña bodega familiar.

Ella admite: «No sé si lo estoy haciendo bien, pero es satisfactorio» y también reconoce que lo que está haciendo responde precisamente a eso, la búsqueda de la satisfacción personal, por ello, «como me gusta la alimentación saludable, no podía hacer otra cosa que no fuera un vino ecológico».

El premio a la Innovación es un premio ofrecido por Bankia. Este año, la distinción ha recaído en Heidi Moreno, directora de I+D y cofundadora de SpectralGeo, una startup riojana dedicada al desarrollo de servicios y soluciones de agricultura de precisión.

Moreno ha explicado que su empresa -nacida hace cinco años- trabaja para el agricultor y lo hace «desde la humildad, sabiendo que el agricultor no tiene que aceptar la tecnología porque sí. Nosotros intentamos acompañarle en la solución a sus problemas», dice la experta en informática de la empresa, y añade: «Tenemos que ser conscientes de que sin los agricultores, nuestra tecnología se quedaría vacía. Tenemos que estar y trabajar junto a ellos».

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