Grajea abandona el grupo de Ciudadanos y pide seguir como parlamentaria no adscrita

Su salida ahonda el cisma que vive Ciudadanos en La Rioja, a sólo cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales. Se trata además de una nueva renuncia de un alto cargo a lo largo del presente mandato, puesto que su abandono se une a otras dos deserciones en el otro gran foro institucional de la vida pública regional, el Ayuntamiento de la capital. Sus ediles Nazaré Quijano y Elvira González ya dejaron el salón de plenos logroñés; la primera, envuelta en una polémica por sus retribuciones irregulares; la segunda, desanimada por la trayectoria que seguía la formación.

Grajea abandona Ciudadanos en medio de una creciente división interna, enfrentada a sus compañeros de grupo y entre críticas por la falta de apoyo que detecta en la dirección regional, luego de la abrupta marcha de la coordinadora parlamentaria, que denunció su despido ante los tribunales donde acabaron por darle la razón: sentenciaron que fue improcedente. También Grajea ha visto desestimada sus quejas en la cúpula nacional de su partido por el acoso al que asegura haberse visto sometida por parte de los responsables del Grupo Parlamentario, con su portavoz Diego Ubis a la cabeza, tanto de índole personal como política.

En el escrito de renuncia de su adscripción a su actual grupo parlamentario, al que ha tenido acceso este periódico, Grajea se acoge «al amparo de lo establecido en el artículo 22 y siguientes del reglamento del Parlamento», para elevar a la Mesa su petición «de separarse del Grupo Ciudadanos y adquirir la condición de diputada no adscrita». Ese artículo al que alude dictamina, en efecto, lo siguiente: «Los diputados que se separen de un Grupo Parlamentario tendrán la condición de no adscritos». Y añade: «No podrán incorporarse a otro grupo distinto al de origen».

Su salida, en todo caso, no tiene consecuencias para la mayoría del PP ni para su pacto, ahora roto, con Ciudadanos: sus otros tres diputados le siguen dando mayoría absoluta.