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Alberto Carrera acabó el grado de Música que imparte UNIR en septiembre de 2021. La pandemia, como prácticamente todo, paralizó su actividad. Era director de coro, en realidad, de varios, el de Ingenieros de Vizcaya, la Coral Santa María de Portugalete y la Coral ... Canta Laredo. Un trabajo que le obligaba a viajar, incluso fuera de España, para ofrecer conciertos.
Su deseo era completar la formación con la que ya contaba, ampliar horizontes y, por supuesto, una mejora laboral, pero sus continuos desplazamientos y su vida familiar –es padre de una niña de 7 años– le dificultaban disfrutar de una docencia presencial en Medina de Pomar (Burgos), su ciudad de residencia. Investigó, miró opiniones y pese a que le parecía complicado encontrar formación musical de forma on line, vio que existía el grado de Música en UNIR y, además de serio, le pareció la mejor opción. «Fue todo un descubrimiento, justo lo que necesitaba», señala. La experiencia, al final, «ha sido muy satisfactoria por el profesorado y por las asignaturas», precisa. Además, le convalidaron algunos créditos y «eso también me animó a matricularme».
Reconoce que de algunas de las asignaturas que impartían no tenía ningún conocimiento, varias de ellas relacionadas con la composición, con la gestión de eventos culturales y derechos de autor, entre otros. «Todos estos eran aspectos desconocidos que luego me han venido muy bien».
Al final, señala, «es un grado muy completo que ofrece una visión general de lo que es la música a nivel profesional para que luego puedas especializarte con másteres o dar el paso al conservatorio». «Es una opción para todos los que tengan dificultades como yo para asistir presencialmente».
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