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Ha habido que esperar hasta las 11.27 horas y a la quinta tabla para que saliera el número más esperado el 72480, el Gordo ... de la Lotería Nacional. Cinco dígitos –siete, dos, cuatro, ocho y cero, así ordenados– que, en segundos, han puesto a Logroño en los titulares informativos de la mañana del primer domingo del recién llegado invierno, un domingo frío, pero soleado, en la capital riojana. La inmediatez de las páginas web, de las emisoras de radio y de las televisiones, que en un día como este ceden en exclusiva toda su atención al sorteo de los sorteos, hicieron creerse especialmente afortunados a los logroñeses antes de que el reloj del Espolón aventase el «ya se van los pastores...» de cada mediodía.
El Gordo, íntegro en Logroño también sonó a música celestial y los logroñeses se creyeron tocados por la magia. Una magia, sin embargo, que apenas duró lo que dura un padrenuestro. Los aleluyas dejaron paso a los gorigoris casi sin solución de continuidad, según la vecindad se iba enterando de que si, en efecto, el primer premio de la lotería se había vendido en la administración número 6, la de María del Carmen Alda, casi la mitad de los billetes vendidos han viajado al barrio madrileño de San Blas-Canillejas a través de un club de baloncesto de cantera, el DistritOlímpico, que ha distribuido la nadería de 417 millones de euros en participaciones que, mayormente, se repartieron sus socios, sus familias, allegados y vecinos de escalera como es costumbre.
Cada comprador había pagado cinco euros para jugar dos euros en dos números diferentes. Uno de ellos el 72480 (el otro, el 70559, qué más da). El euro que cierra la operación permite maquillar la economía del club, seguro que maltrecha como la todos sus semejantes. Cada papeleta vale desde este domingo 40.000 euros que, además, están exentos de impuestos ya que es el límite que marca Hacienda.
Loterías del Estado, el siempre principal ganador de este y de casi todos los sorteos, se quedará con los 352 millones en premios que no tiene que pagar por los 880 décimos no vendidos que le devolvió la administración logroñesa.
Y así, poco después de que Piero Rai Chávez y Alisce Ríos cantaran las dos cifras más deseadas (el del décimo y la cifra de cuatro millones de euros), la expectación y la alegría que se desperezaban al lado de la Glorieta del doctor Zubía de Logroño viajaban al madrileño San Blas-Canillejas, barrio popular de currantes y clase media, gente de bien que quizás hoy ande buscando como llegar a La Rioja para celebrar la fortuna que en forma de miles de euros le llegó desde 333 kilómetros al Norte este primer domingo del invierno de 2024.
Mientras las botellas de cava empezaban a duchar al personal que se agolpaba frente al local 6 del número 131 de la Avenida de Canillejas a Vicálvaro, la sede del DistritOlímpico, en Logroño, solo algunos curiosos y los regentes y empleados de la administración lo celebraban con moderación y vino de Rioja, que tampoco era mal plan. Al fin y al cabo, no todos los días hace uno un regalo así de millonario aunque se te quede la cara que se te queda.
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