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Los Técnicos del Ministerio de Hacienda, asociados al sindicato Gestha, estiman que la Agencia Tributaria pierde 4,7 millones de euros en la lucha contra el fraude en La Rioja dado que, «salvo los jefes de Unidad de Inspección técnicos», el resto de los ... profesionales que trabajan en la Delegación de Hacienda en La Rioja lo hace en espacios abiertos, «lo que dificulta la concentración». En el conjunto de España, Gestha estima que esta situación provoca un 'agujero' de 595,6 millones de euros.
Según explica a este diario el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, «entre las medidas de austeridad» adoptadas por el Gobierno de España durante la pasada crisis económica, «una de ellas fue prescindir de dependencias y edificios que estaban ocupados en régimen de alquiler» tanto en los servicios territoriales como en los centrales: «Había que reducir gastos y eso supuso la supresión de despachos individuales en la Agencia Estatal de la Administraciones Tributaria (AEAT) y en la Intervención General del Estado (IGAE)».
Pero esos espacios de trabajo diáfanos y compartidos, denominados 'praderas', «están afectando a la productividad y al rendimiento de los técnicos», un total de 56 en La Rioja a finales del año pasado, según los datos facilitados por Gestha.
A esta pérdida de recaudación en la lucha contra el fraude, el sindicato suma asimismo «el impacto económico» que supone «la ralentización en el control del gasto sobre el sector público estatal».
Y todavía más. Para los técnicos de Hacienda «esta falta de intimidad» en las estructuras físicas de la Agencia Especial de la Administración Tributaria y de la Intervención General del Estado «podría estar vulnerando el derecho a la intimidad y a la protección de datos de hasta dieciséis millones de contribuyentes en todo el país». Una desprotección, que «está motivada por la imposibilidad de garantizar la confidencialidad, así como la dificultad de preservar el sigilo y la discreción de las actuaciones tributarias, aduaneras y de la contabilidad y auditoría pública».
La supresión de las barreras físicas, opinan los técnicos de Hacienda, «parte de una interpretación un tanto equivocada y restrictiva de una orden del Ministerio de Hacienda del 11 de abril del 2013, que está provocando el descontento y quejas por esta falta de intimidad de los contribuyentes, y los asesores fiscales que se sienten observados y escuchados por personas ajenas». Por ello, Gestha anima a los colegios profesionales de la asesoría tributaria a que formalicen las quejas de sus asociados.
Pero si el trabajo en 'praderas' afecta especialmente a las funciones de más de 7.000 técnicos en el Ministerio de Hacienda, «más crítico resulta todavía la investigación de los presuntos delitos fiscales, blanqueo o contrabando, para los funcionarios de la Unidad de apoyo a la Fiscalía Anticorrupción o para los técnicos de Hacienda en peritajes y auxilio judicial en procesos penales, como ha sucedido con los técnicos de la IGAE en peritajes de control del gasto público de gran resonancia mediática como los ERE de Andalucía, entre otros».
Lo que se adoptó como una medida de ahorro «está teniendo un efecto con el que no se contaba, porque cuando tienes que analizar una contabilidad, ver facturas e, incluso, detectar algún posible delito contra la Hacienda pública, eso necesita de un mínimo de concentración que es imposible conseguir en entornos abiertos donde se suceden las llamadas telefónicas o las conversaciones personales». Así lo asegura el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, quien cifra «entre el 10% y el 15%» la pérdida de rendimiento de los técnicos.
«Y eso -precisa-, sin entrar al problema que genera la falta de intimidad que afecta a los contribuyentes». Para lo que pone un ejemplo: «Imagínese que tenemos que pedir al ciudadano al que estamos atendiendo su protocolo de divorcio porque en la declaración de la Renta ha descontado algunas partidas relacionadas con los gastos de los hijos; y en medio de ese espacio abierto, en el que todo el mundo puede escuchar esa conversación, le precisas que no ha lugar porque no tiene la guardia y custodia». «Es realmente incómodo», lamenta.
Por todo ello, Mollinedo reclama en nombre de Gestha que Hacienda acabe con los espacios abiertos, así como recuperar el número de técnicos, pues «aún estamos por debajo de las cifras previas a la crisis».
Por ello, Gestha pide al ministro de Hacienda que nombre el futuro Gobierno de España «que revise la interpretación de la Orden del 11 de abril del 2013 por la que se organizan los espacios de trabajo, y que mantenga y, en su caso recupere, el uso de despachos individuales para los técnicos de la AEAT y de la IGAE» por «ser imprescindible por las características del puesto de trabajo», y «no sólo para funcionarios de los tres niveles superiores 28 a 30 como sucede en el Ministerio hasta el momento».
Para respaldar sus demandas, Gestha ha elaborado un exhaustivo informe en el que describe la situación en los 42 centros territoriales de Hacienda. Salvo en Cáceres y en Palencia, donde todos los técnicos cuentan con sus propios despachos, el resto de los regionales ofrecen unas condiciones que dificultan el desarrollo de su labor a los técnicos. Desde «mamparas separadoras formando una especie de habitación» a «armarios» que se utilizan para delimitar las áreas de trabajo.
El estudio también documenta zonas de 'pradera' y espacios diáfanos en diversas unidades tan sensibles como las de recaudación y aduanas.
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