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La combinación de signos de suma, resta y corchetes encierra una extraña poesía para la riojana Luz Roncal Gómez (Logroño, 1981). Ya cuando cursaba Bachillerato toda la simbología matemática despertaba en ella una enorme curiosidad. Con los años, ese interés se ha ido ... acrecentando y hoy no duda en afirmar que las matemáticas «enganchan», pese a que muchos estudiantes las tienen por una de las asignaturas más áridas.
La comunión de esta riojana con las matemáticas comenzó en el instituto y este vínculo no ha dejado de fortalecerse con los años, hasta el punto de que recientemente ha cosechado el Premio al Joven Talento Científico Femenino en la categoría de matemáticas, que otorgan la Fundación Real Academia de Ciencias de España (FRACE) y Mastercard.
«Este tipo de premios tienen que animar a más mujeres a estudiar y a dedicarse a las matemáticas», defiende. Luz, doctora en esta ciencia por la Universidad de La Rioja, trabaja desde el 2016 como investigadora en el Basque Center for Applied Mathematics (BCAM) en Bilbao. Allí forma parte del grupo de Analysis of Partial Differential Equations (Análisis de Ecuaciones Diferenciales Parciales).
El galardón acredita su sólida trayectoria y avala sus «relevantes contribuciones al análisis armónico y las ecuaciones en derivadas parciales, plasmadas en más de 30 artículos que han aparecido en numerosas publicaciones científicas como artículos de referencia».
Señala que esta línea de investigación «resulta muy importante» para la tecnología, la naturaleza o para diseñar fármacos más eficaces. «Hay muchas situaciones que se pueden modelizar con ecuaciones matemáticas, pero a veces resulta muy complicado obtener sus soluciones exactas», contextualiza. En hallar aproximaciones o desentrañar propiedades en esos resultados imprecisos se afana la riojana.
«La investigación es muy dura porque a veces resulta muy frustrante si no llegas al resultado esperado», admite. Esa impotencia conforma uno de los ángulos menos reconfortantes de la investigación, junto con que se trata de «un mundo con una competencia muy agresiva y que exige trabajar muy rápido». Sin embargo, remarca que «la ciencia trasciende las diferencias por género». Y es que en un ámbito aún hoy predominantemente masculino, «siempre me he sentido respetada y me han tratado como una igual». Incluso en países donde, fuera de la órbita científica, son palmarias las desigualdades entre sexos.
No obstante, Luz confía en que el futuro de la ciencia se escriba en femenino. «En España, por ejemplo, es cuestión de tiempo», subraya. Y ella estará ahí para protagonizarlo. Ha sido una de las seis personas que este año han conseguido un contrato Ramón y Cajal de investigación en matemáticas. Y la que mejor calificación logró de todas ellas.
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