El gasoducto de El Villar de Arnedo, clave para que España no paralice el suministro a Europa

El incendio de dos transformadores en la instalación guipuzcoana ha precipitado que, desde el miércoles, el único canal factible para seguir bombeando producción desde la península hacia el norte del continente sea el gasoducto entre Yela (Guadalajara) y El Villar de Arnedo (La Rioja), plenamente operativo desde 2012.

La tubería del eje del Ebro (conecta en Corella a La Rioja con Navarra) y la de Irún son las dos únicas interconexiones entre España y Francia. Entre ambas suman una capacidad conjunta de 8.800 millones de metros cúbicos.

El gasoducto en su trazado por la comunidad es una infraestructura estratégica puesto que enlaza el almacenamiento subterráneo de Yela (Guadalajara) con La Rioja y permite garantizar el suministro de gas natural de la zona norte de España así como reforzar la capacidad de las conexiones internacionales con Francia.

La longitud total del gasoducto entre la localidad guadalajareña y El Villar de Arnedo es de 250 kilómetros. El conducto, que cubre toda la zona del eje del Ebro y evita problemas de abastecimiento, entra en la comunidad desde el término navarro de Corella y continúa su trazado por Cervera del Río Alhama (7,19 kilómetros); Alfaro (11,48 kilómetros); Aldeanueva de Ebro (757,27 metros); Autol (9,84 kilómetros), Quel (4,27 kilómetros) y Arnedo (3,5 kilómetros), hasta concluir en El Villar de Arnedo (946,25 metros), punto en el que enlaza con la conducción que procede de Aragón. La construcción del tramo norte comenzó en agosto del 2011 y la de la fase sur, un mes más tarde. En total, Enagás invirtió 167 millones de euros, de los que 25 millones correspondieron al tramo riojano.

La construcción del gasoducto Yela-El Villar de Arnedo afectó a más de 300 propietarios de viñas en La Rioja, que no sólo reclamaron que las obras se llevasen a cabo con el menor daño posible a las fincas, sino que estaban disconformes con las cuantías ofrecidas por la empresa constructora.

El conflicto, en el que intervinieron la Consejería de Agricultura y la Delegación del Gobierno en La Rioja, llevó a algunos afectados a protagonizar protestas a pie de viña impidiendo la entrada de las máquinas a las fincas.