Que se quede como está

- ¿Y los coches?

- Por un túnel. Como en Madrid.

Esa ocurrencia me pareció entonces temeraria. Con el paso del tiempo, sin embargo... Con el paso del tiempo, echo en falta alguna audacia semejante entre nuestros ediles, tanto los presentes como quienes les precedieron. Porque paso cada día por Vara de Rey y la tengo entronizada en el podio de calles peor tratadas de Logroño, con la particularidad de que se trata de un arteria central, decisiva para el tránsito interior y clave también para las entradas y salidas de la ciudad: quien ingrese por primera vez en Logroño a través de Vara de Rey tendrá que resistir la tentación de irse por donde ha venido, habida cuenta el escalofriante espanto que reciben el visitante y el indígena en gran parte de sus tramos.

Veo también la calle estos días, limpiada del molesto mobiliario, que apenas nada añade y casi todo lo enturbia. La veo con tanto y tanto coche despachado de esas magras plazas de aparcamiento que sólo afean el conjunto y apenas aportan alguna comodidad. La veo con ojos distintos, porque está distinta. Más amplia, aseada, cívica... La que uno recuerda de cuando era calle principal de Logroño y ni la incuria ciudadana ni la inepcia política conspiraban para dejarla abandonada de la mano municipal. La calle de cuando uno viajaba de crío hacia el sur logroñés, al encuentro de Las Gaunas. La calle que me lleva a concluir lo siguiente: ojalá el lunes se quede como está. Porque la alternativa es volver al feísmo de rigor. Esperando que la próxima Corporación prometa de nuevo lo que ninguna cumple: sacar de un cajón la enésima reforma. Esperando que Vara de Rey salga indemne de tanto error. De tanto horror.