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Cada vez existe una mayor preocupación por la salud y por el papel que juega la nutrición en ella. Sin embargo, las distintas encuestas y estadísticas ponen de manifiesto el gran impacto negativo que el sobrepeso y la obesidad tienen en la sociedad. Los datos ... son alarmantes. Según el estudio elaborado por la Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI, por sus siglas en inglés), el 39% de los menores españoles de entre 7 y 9 años presentaba sobrepeso, frente al 16% que sufría obesidad antes del COVID. Un porcentaje que se repite entre los adultos, según la última Encuesta Europea de Salud en España (EESE).
Esta patología, que provoca cada año la muerte de cerca de 2,6 millones de personas, tampoco se queda atrás en La Rioja, donde según la citada estadística el 15,8% de los adultos padecía obesidad en 2020. De ahí la necesidad de adoptar ciertas tácticas, como la Estrategia Naos –implantada en el año 2005 por el Ministerio de Consumo–, para controlar la obesidad. Todo, a pesar de que su minimización, como apunta María del Carmen González, directora del máster en Nutrición, Obesidad y Técnicas Culinarias de UNIR, es «una cuestión muy personal».
En qué consiste El máster en Nutrición, Obesidad y Técnicas Culinarias de UNIR permite elaborar planes para una alimentación equilibrada basada en un buen patrón alimentario.
Competencias Favorece el aprendizaje de técnicas culinarias que producen cambios en los alimentos, todo lo relativo a su etiquetado y el tipo de alimentación que necesitan los pacientes.
«Hay muchas ideas, pero dentro de esta estrategia está el código PAOS, una sección destinada a los niños, en la que se realizan distintas campañas, como 'Azúcar, te dejo' o la promoción de los desayunos en los colegios para que en el ámbito escolar se eduque a los niños en los patrones de alimentación más adecuados».
Sobre todo, porque la gastronomía y la tradición culinaria se erigen como las principales vías para minimizar la obesidad. «Es importante que las comidas sean un momento de disfrute, de ahí que cuanto más variadas y sabrosas sean, más nos apetecerá nutrirnos». En este sentido, resalta que lo interesante en el mundo de la gastronomía –La Rioja acaba de sumar dos estrellas Michelin– es «aprovechar todos los recursos y oportunidades que nos ofrece la tierra». De ahí que conocer distintas técnicas culinarias, «saber cómo cocinar los alimentos, nos ayudará a dar más variedad y comer mejor». En este sentido, «hacer una dieta con pollo a la plancha y lechuga, aporta poco, porque se pueden conseguir los mismos objetivos con un pisto o verduras elaboradas, que son más completas, más palatables y apetecibles».
Son muchos los beneficios de los productos ecológicos. «Lo bueno de disponer de esta riqueza de la tierra, es que hay menos desplazamientos y no hay que refrigerar los alimentos durante mucho tiempo en las cámaras frigoríficas». También suponen un tractor económico. «La gastronomía es un motor económico, porque siempre hay un responsable que compra los alimentos de cercanía al productor más cercano, que también se ve beneficiado. Ya no solo se trata de una cuestión de servicios, sino que estamos todos relacionados».
Con respecto a los productos de la huerta, asegura que «cualquiera es bueno, porque hay muchas variedades y nutricionalmente nos ofrecen muchas opciones, porque aportan minerales y fibra». Pero no todos resultan igual de asequibles. «Hay que utilizar los alimentos de temporada, porque vienen directos del agricultor, no han pasado tiempo en las cámaras frigoríficas, duran más frescos y tienen mejor aspecto». En este sentido, además de provocar «un mayor beneficio económico y medioambiental, también nos ayudan a ver el ciclo del tiempo, porque si aprovechamos las verduras de temporada tendremos más variedad y no tendremos esa sensación de aburrirnos por comer siempre lo mismo».
La prevención se erige como la mejor herramienta para evitar el sobrepeso y la obesidad. «Hay que estar siempre alerta, pero no está reñido con comer, porque se pueden cocinar alimentos de forma apetecible y sabrosa y que sirvan para perder peso o controlarlo». Por eso, recomienda que, a nivel general, se recuperen «las recetas olvidadas, las que nos suenan a casa de la abuela, porque nos dan todas las proteínas». Lo ideal es preparar un plato multicolor, por su gran carga de vitaminas y acompañar las verduras de legumbres. Pero también que el 70% de los alimentos frescos de la cesta de la compra estén «libres de etiquetado» y que, los que estén envasados, «cuantos menos ingredientes tengan y mejor sepamos identificarlos, mejor».
La gastronomía riojana vive un gran momento de esplendor: no solo por la dos últimas estrellas Michelin concedidas y la calidad de sus productos, también por sus técnicas culinarias, que la erigen como una de las gastronomías más importantes del país. «Todo lo que ofrece nuestra tierra, que en los últimos años ha experimentado una explosión de restaurantes que están marcando pautas que están siendo observadas en distintas partes de España, se proyecta en una gastronomía de mucha calidad», explica Pedro Barrio, presidente de la Academia Riojana de Gastronomía, que el miércoles participó en la VII edición del Ciclo de Conferencias Gastronómicas, en la que también colaboró UNIR.
Un evento de crucial importancia, en el que cinco prestigiosos cocineros –Luis Alberto Lera, Nacho Manzano, Andoni Luis Aduriz, Ignacio Echapresto y Fernando Sáenz Duarte– debatieron sobre el papel de la gastronomía como motor de la economía. «La gastronomía está muy vinculada al turismo y a la actividad económica; está demostrado que en aquellas zonas donde hay un atractivo gastronómico, hay un turismo de mayor calidad que deja una impronta económica de la que se beneficia la zona». Por eso, en el ámbito rural, donde la despoblación es «un verdadero problema», «los restaurantes son capaces de atraer ese turismo gastronómico y lograr que, a su alrededor, se recupere la actividad agroalimentaria, la producción de calidad; y que dado ese nivel puedan pagarle lo que se merecen los agricultores y ganaderos de la zona». La clave para que se conviertan «en un foco de atracción de quienes se mueven buscando la satisfacción de la gastronomía, está en la excelencia y en el tratamiento del producto con una preparación culinaria alta». «Deben formarse y ser respetuosos con sus principios, porque la honestidad, junto a la calidad de la oferta, son las claves para que se conviertan en referentes». Pero esta dinamización también se potencia a través de UNIR, «donde seguro que aparecerán colaboraciones que servirán para estimular La Rioja a través de la gastronomía y que se beneficie en todos los aspectos».
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