Secciones
Servicios
Destacamos
Alexa, llama a 'Juan nieto'!». La voz amable que emite el dispositivo apoyado en el mueble del salón reconforta a Manuel. Enseguida escucha los característicos pitidos que alertan de que la llamada ya está en curso. Segundos después, contesta Juan, que saluda a su abuelo con voz cantarina. En España hay 8 millones de personas mayores de 65 años que, como Manuel, viven solas. Para ellas, la tecnología se ha convertido en un elemento esencial contra el aislamiento y la soledad. Pero debe ser accesible y fácil; dos claves para que los mayores la hagan partícipe de su vida.
El director del Máster de Análisis y Visualización de Datos Masivos e investigador del grupo 'Ciencia de Datos' de UNIR, Marlon Cárdenas Bonett, reafirma esta premisa: «la tecnología debe ser cercana porque por muy sofisticada que sea, si no es accesible, no será útil», afirma. A este respecto, el investigador de UNIR, destaca el papel importante de la familia y del cuidador para ayudar a los mayores a utilizar la tecnología. «Los mayores tienen sus hábitos, su cultura y la tecnología debe adaptarse a ellos. En uno de los proyectos tratamos de monitorizar a mujeres mayores pidiéndoles que llevaran puesto un reloj que recogía los datos sobre sus rutinas», recuerda Cárdenas, «pero la mayoría se olvidaba de ponérselo y optamos por instalar el sensor en el mando a distancia».
Marlon Cárdenas
Dir. Máster en Análisis y Visulalización de Datos Masivos de UNIR
El profesor insiste en la importancia de la tecnología para mejorar, por ejemplo, la salud de estas personas. Recabar datos sobre sus rutinas de ejercicio físico e incluso su estado de ánimo puede ayudar al sistema sanitario o a los servicios sociales de cada comunidad a optimizar los recursos destinados a las personas mayores.
Noticia Relacionada
El análisis de datos es clave porque el trabajo de analista es 'traducir' esa información, identificar patrones de comportamiento y hacérselos llegar, al médico o a la familia. Pero hay un hándicap: la tecnología es cara. «Ha evolucionado mucho pero sigue teniendo un coste elevado, no solo el de los dispositivos sino de los equipos de recogida de datos. Además, si la tecnología fuera más sencilla, con aplicaciones más fáciles, se podría recibir más y mejor información».
Uno de los retos que tienen por delante las personas mayores es superar la brecha digital. Muchos de ellos sienten miedo a lo desconocido, a sentirse derrotados por no aprender a manejarse con las nuevas tecnologías. «Debemos ayudarles a superar la transición digital, que se sientan acompañados en el camino», asevera el director del máster de UNIR, «tengamos en cuenta que la soledad no suele ser muy atractiva para estas personas. Necesitan estar conectados pero debemos entender que la tecnología no está en su cultura, no la llevan en la sangre como los niños que casi nacen con una tablet en la mano». Por eso, es importante no abandonar a su suerte al mayor frente al ordenador. «Hay que transmitirles que no tengan miedo, puede que aprendan más despacio, pero detrás de la tecnología hay personas. Lo peor que puede pasar es que se apague el 'aparatito'», insiste.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.