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María Francisca cumple 86 años este jueves y lo hace con cierta satisfacción, dentro de la tristeza. El pasado 14 de abril, dentro de los actos celebrados en el Memorial La Barranca de Lardero, pudo, por fin, homenajear a su padre, Isaías González Ibáñez, asesinado ... el 16 de octubre de 1936, a los 37 años, y enterrado en la fosa común que hoy está declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico. «Mi madre siempre nos ha comentado que no conoció a su padre. A mi abuelo lo fusilaron en octubre de 1936, cuando ella tenía seis meses, achacándole que era socialista y de la UGT», cuenta Inmaculada Sáenz, alcaldesa de Nieva de Cameros.
Isaías González Ibáñez, abuelo de Inmaculada Sáenz, fue concejal del Ayuntamiento de Badarán y responsable de UGT y del PSOE en la zona, además de propietario de la fábrica de lejía El Gato, que fue expropiada a la familia. «Según la investigación de Jesús Vicente Aguirre, y que publicó en el libro 'Aquí nunca pasó nada', lo detuvieron en su casa y estuvo unos quince días preso en la Escuela de Artes y Oficios de Logroño hasta que lo montaron en un camión y se lo llevaron para fusilarlo», relata Inmaculada Sáenz. La familia, compuesta por su esposa Narcisa Martínez y sus hijas Herminia, Blanca y María Francisca, huyó de La Rioja, primero viajando a San Sebastián y después a Barcelona, donde vivieron buena parte de sus vidas, aunque ese trágico episodio, por lo doloroso, siempre fue tabú en la familia.
Una referencia a Isaías encontrada en un libro de la UGT hizo que Inmaculada empezara a investigar lo sucedido. «Mi madre siempre se echaba a llorar cuando sacábamos el tema», confiesa la alcaldesa de Nieva. La casualidad hizo que un día Inmaculada, participando en una jornada electoral con el PSOE, conociera a un hombre mayor que fue compañero de celda de su padre. «Me contó que habían pasado la última noche presos y que se los llevaron juntos en el camión. Él le dijo a mi abuelo que iba a saltar porque le daba igual morir allí que en otra parte, porque los iban a fusilar, pero mi abuelo le respondió que, por sus ideas, estaba convencido de que no les iban a matar», cuenta Inmaculada. Isaías se equivocó y su compañero logró escapar. Una historia de película.
No obstante, Isaías ha supuesto un enorme orgullo para toda la familia. «Yo estoy orgullosa de saber que mi abuelo, por presidir el partido y el sindicato en la comarca, defendió valores como la justicia y la solidaridad, siempre se ha hablado de él en muy buen tono, que era avanzado de ideas, asistiendo a manifestaciones públicas, como la del 14 de abril, por eso deseábamos que se inaugurara la placa ese día», afirma Inmaculada Sáenz.
María Francisca González ha formado parte de la junta directiva de la Asociación para la Preservación de la Memoria Histórica en La Rioja La Barranca y ha acudido a muchos plenos municipales del Ayuntamiento de Badarán reclamando el homenaje que, por fin, se ha realizado no solo a Isaías sino a la veintena de vecinos y concejales de la localidad que fueron asesinados en la Guerra Civil. «Mi madre ha luchado y peleado para lograr este homenaje y reconocimiento por la figura de su padre, que tanto ha venerado. Esperamos que con la nueva Ley de Memoria Democrática todas las familias tengan ese reconocimiento social de lo mucho que sufrieron. Y que no vuelva a ocurrir nunca más», desea Inmaculada Sáenz, nieta de Isaías González Ibáñez.
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