«No hay fórmulas mágicas, pero es buena la regla de planificación 50-30-20»

La salud financiera debe entenderse y explicarse desde cuatro dimensiones. La primera de ellas, «el equilibrio entre los ingresos y los gastos», expone Manuel Morales. En segundo lugar es importante afrontar «una deuda gestionable» para lo que hay que conocer la capacidad de endeudamiento, el esfuerzo necesario, etc. El tercer punto es «ayudar a los clientes a ahorrar». Desde tres perspectivas, a largo plazo (comprar una casa, ejemplo), a corto (como un viaje a Nueva York dentro de seis meses) y para que si pasa algo exista un colchón. Ya el último punto sería «la planificación y optimización de las inversiones».

El responsable de Producto Digital del BBVA insiste en la necesidad de «adaptarse a la situación de cada uno» y advierte de que «no existen fórmulas mágicas». Pero sí apuesta por la regla 50-30-30. Esto significa que el 50% de los ingresos «se destinan a los gastos fijos irrenunciables», el 30% a cosas «no tan necesarias, pero que nos dan calidad de vida como vacaciones, ir al cine...», y el 20% a ahorro, «a tener un colchón financiero de imprevistos, una planificación para la jubilación o a invertir».

Como en cualquier otro aspecto, en la salud financiera «los hábitos son un componente muy importante» y hay que «dedicarle tiempo». Por ello, desde BBVA apuestan por la combinación de las herramientas 'on line' y las aplicaciones con la atención personal. «El servicio cara a cara es un valor añadido», afirma Morales, antes de añadir que «la salud financiera es una clave estratégica para todo el grupo» que apuesta por «un modelo híbrido físico-digital».