Formación y prevención por todo lo alto

La Rioja registró en 2024 en este ámbito tres víctimas mortales, 188 accidentes laborales leves y tres graves. «Consideramos que es esencial formar a los trabajadores y a los empresarios en caídas en altura. El año pasado fue una de las causas principales de mortalidad en La Rioja», subrayaba este miércoles Pilar Simón, subdirectora general de Diálogo Social y Relaciones Laborales del Gobierno de La Rioja, en su visita a un curso de prevención de riesgos laborales por caídas en altura.

Aunque son varios los factores que pueden intervenir, como las condiciones del andamio, las meteorológicas, o simplemente una cuestión de azar, el trabajador debe tener una formación teórica y práctica que le ayude a prevenir, en la medida de lo posible, estos accidentes. Además, antes de poder llevar a cabo esta labor, debe pasar un examen médico, donde se le asignan una serie de protocolos que varían en función de los riesgos a los que se enfrenta. Después, debe conocer la normativa, los tipos de protección, tanto individual como colectiva, y el uso de cada una de ellas. Todo ello se convierte en lo siguiente a tachar de la lista de 'aspectos imprescindibles'.

A esto le sigue tener todo el material necesario para ponerlo en práctica. «Quienes participan en estos cursos son trabajadores que quieren completar su formación y asegurar su vida», sostenía Simón. A lo que añadía que «el trabajo en altura es un riesgo que necesita de este complemento formativo».

Y, hablando de complementos… Casco en cabeza, arnés, mosquetones de seguridad y cabos son todo el equipamiento que necesita el trabajador para comenzar su trabajo por todo lo alto. Pablo Martínez, responsable de la formación, explicaba que «el arnés irá conectado a un absorbedor de energía y a una línea de vida para que, en caso de caída, este sistema actúe y el trabajador no tenga lesiones graves». Unas lesiones que pueden evitarse haciendo un buen uso de los cabos, tanto de posicionamiento como de anticaída.

Pero, ¿para qué sirve cada uno? Dependiendo de en qué condiciones se esté ejecutando el trabajo -en horizontal o vertical- se elegirá uno u otro. Cuando el trabajador está sobre los peldaños de una escalera, que «tiene que estar a una inclinación de 75 grados con la horizontal», indicaba Martínez, y va a pasar a un tramo horizontal, como puede ser la azotea de un edificio, primero deberá asegurar el enganche al otro tramo haciendo uso del doble cabo, y después pasar a uno de posicionamiento, permitiendo que pueda acercarse o alejarse. «Los dispositivos anticaídas que enganchamos en la escalera, para usarlo como línea de vida, están preparados para que, en caso de una caída libre del trabajador, se bloquee el sistema de la cuerda y evite la caída», añadía.

En el curso, los doce participantes coincidían en la importancia de estas formaciones. Así, por ejemplo, Laura Martín, técnico superior de prevención de riesgos laborales, afirmaba que «es muy necesario para los trabajadores. Así conocen cuáles son los riesgos y las medidas de prevención. Aprender a hacer este tipo de trabajo con seguridad es la solución para evitar accidentes». A su lado, Rafael Gonzalo, trabajador de una empresa que se encarga de diseñar máquinas y equipos para juntas de estanqueidad, aseguraba que «facilita nuestra labor». Una opinión a la que se sumaba Juan Cardoso, autónomo. «Mejora mi seguridad y complementa mi formación a la hora de postularme a empresas que lo solicitan», concluía.

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