Entre los puntos que los agricultores riojanos han pactado para que los sindicatos los trasladen al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se encuentra «el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria para garantizar que se realicen contratos y los precios superen los costes ... de producción» a fin de «garantizar una agricultura y ganadería rentable». Y es que, clamaban algunos labradores en su reciente protesta: «La gente tiene que ver que nosotros producimos un kilo de patatas a 20 céntimos y en el supermercado lo están comprando a 1,20 euros. ¿Quién está ganando ese euro? ¡Nosotros no! Y un kilo de almendra en cáscara yo lo he vendido a 1 euro y en el supermercado está a 9. Es una vergüenza», clamó Alfredo Balda, agricultor de Villamediana.
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En esa diferencia tiene parte de responsabilidad el consumidor. Obviamente es más cómodo acudir a un hipermercado y en media hora comprar todo lo que una familia necesita para una o dos semanas. A cambio de esa reducción de tiempo en la compra pagamos más por ciertos productos que, si acudiésemos directamente al productor, prescindiendo de intermediarios, no solo saldrían más baratos, también serían de mayor calidad al obtenerlos más frescos. «Aquí sale más barato que en una tienda normal porque nosotros somos los productores. Mucha gente viene, primero, por la calidad, y después, por el precio», expone Virgilio Ochagavía, gerente de la Cooperativa de Albelda, con tienda propia. Raquel Ramírez, de la asociación El Colletero de Nalda, va más allá: «Tenemos que garantizar que los trabajadores del campo tengan un salario suficiente. Y que las mujeres, tan invisibilizadas en las labores agrícolas, también. Si no, se van a abandonar los pueblos provocando la despoblación».
Frutas García, de los hermanos García, vende en sus dos tiendas de Logroño los productos cultivados en su propias fincas agrícolas de Varea
La familia García, del barrio Varea, empezó a vender las frutas y verduras de su propia huerta hace 28 años en el Mercado Patricia de Logroño, origen de sus dos tiendas actuales en las avenidas de Colón y de la Paz. «Toda nuestra familia es agricultora en Varea y mis hermanas decidieron empezar en este mundo para dar salida a los productos de la huerta», explica Rubén García. La tienda es un colorido colmado donde predominan las frutas y verduras frescas pero también embutidos y conservas, prácticamente todo, si no propio, local, producto de cercanía.
Direcciones avenida Colón, 20 y avenida de la Paz, 80 de Logroño.
Teléfono 660 873 312.
Productos frutas y verduras de Varea y otros de cercanía.
«Nuestro, ahora mismo, tenemos las verduras de temporada: borraja, acelga, berzas de asa de cántaro, espinaca...», enumera Rubén. Lo demás, como la alcachofa, la coliflor o el repollo, lo traen de Calahorra. «En verano tenemos calabacín, pimiento verde y rojo, tomates... Y de fruta, cereza y manzana propia», informa Rubén. En cuanto a producto de cercanía destaca la nuez de Alberite, almendruco de Agoncillo, avellanas de Varea, manzanas de Igea, pera de Rincón de Soto... «Para mí es una ventaja poder ofrecer lo mejor de lo mejor porque está recién cogido. Un compañero baja casi todos los días a la huerta a cortar las berzas, acelgas... La frescura que tienen es sinónimo de calidad y de garantía. Si te lo llevas hoy aguanta en casa varios días totalmente fresco», advierte Rubén.
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Esto lo sabe la clientela, claro. «La gente sabe lo que tenemos aquí, por eso viene, porque la verdura es del día. Todos los días traemos verdura fresca, de aquí, de kilómetro 0, que es garantía absoluta», subraya Rubén. Y una ventaja añadida, al no contar con intermediarios, al margen de la mayor ganancia económica, es la calidad asegurada. «Podemos seleccionar mejor el producto. Y si compramos a un agricultor cercano se le paga más. Y al cliente le sale más barato, aunque al final todo repercute en el precio final que paga», expone Rubén.
La Cooperativa de Albelda vende a mayoristas sobre todo, pero también ofrece la posibilidad de compra directa al consumidor en sus propias instalaciones
La Sociedad Cooperativa de Albelda de Iregua cuenta con más de 75 años de historia y ha exportado encurtidos a Francia, Inglaterra, Alemania, Canadá y Australia. Hace 40 años la fruta, y sobre todo el melocotón, empezó a reinar en el Bajo Iregua, por lo que los cultivos iniciaron su reconversión hacia las cerezas, ciruelas, manzanas y peras. Una tienda abierta al público en sus propias instalaciones vende no solo la fruta de sus propios agricultores, también otros productos riojanos, como champiñones de Pradejón.
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Dirección calle Escuelas Pías, 20, de Albelda de Iregua.
Teléfono 941 443 743.
Productos frutas de Albelda y del Bajo Iregua, así como productos de otras cooperativas.
José María, de Lardero, acude a la cooperativa a menudo a comprar fruta de camino a su finca en Sorzano. «Me sale más económico, así que vengo casi siempre porque se nota el precio, sale más rentable», reconoce este cliente. Virgilio Ochagavía, gerente de la Cooperativa de Albelda, destaca que el objetivo de la tienda es dar salida a la fruta propia, al principio, sobre todo, melocotones, ciruela y nectarina, después añadieron productos de otras cooperativas, como naranjas, mandarinas, kiwis y aguacates, y desde hace algo más de un lustro han añadido verduras y conservas, la mayoría de cercanía.
«Lo principal que vendemos son nuestras manzanas, de las cuatro variedades golden, story, fuji y reineta; y pera conferencia», explica Virgilio. Pero la tienda no deja de ser un complemento porque el producto de la cooperativa, mayoritariamente, se vende a mayoristas. «La tienda puede vender un 6% de nuestra producción, que pueden ser 6 millones de kilos de fruta. Vender es complicado. Nosotros estamos dispuestos y no hay ningún problema, solo que no viene más gente a comprar», advierte Virgilio.
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Y eso que sus frutas se venden prácticamente como se recogen del campo, sin manipulación, naturales, mediante cultivo ecológico y residuo cero. «Creo que la gente que viene es consciente y busca esto», confía el gerente de la cooperativa.
El Colletero cuenta con un centenar de socios en su club de consumo y pone a la venta sus productos en su tienda y en mercados
La asociación El Colletero gestiona huertas en la ribera del Iregua, algunas de ellas recuperadas, en las que cultivan hortalizas, tubérculos y verduras que venden directamente, por ejemplo, a través de los cien socios de su club de consumo, recibiendo semanalmente una cesta de alimentos de temporada, frescos y naturales. Buena parte de su producción también la venden en La Tienda del Colletero en Logroño y en mercados como el sabatino del CPAER en Logroño, aunque también colaboran con las cooperativas de Nalda y Albelda.
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Dirección calle Capitán Gaona, 1, de Logroño.
Teléfono 941703310.
Productos comercio justo, producto local y de kilómetro 0, ecológicos y artesanía.
«Ahora mismo tenemos a la venta pasas de ciruela Reina Claudia, frutos secos, lechugas, puerros, acelgas, patatas, calabazas, kale, col de Bruselas, brócoli... El comercio directo es una oportunidad, no la única. Nosotras creemos en la biodiversidad y nos dedicamos a muchos productos, además ecológicos. Pero hay épocas en los que viene mucho producto de golpe, como el caso de la ciruela, y hay que abrir la venta a diferentes mercados porque no podemos consumir toda esa fruta en poco tiempo», expone Raquel Ramírez, una de las mujeres al frente de El Colletero.
Desde la asociación creen en la protección del suelo y defienden el cultivo micorrizado para mantener viva la tierra. «En nuestro caso, generalmente, los productos van de la huerta a las casas, sin pasar por cámaras», destaca Raquel Ramírez. Y la cuestión económica está clara... «Al productor le tiene que llegar al menos el 50% del precio de venta, si no, no es justo. Nosotros nos acercamos al 100% cuando vendemos producto nuestro y cuando compramos lo hacemos por encima del 50%. Esto, aunque es ventajoso, no es la única posibilidad para sacar adelante el campo», advierte Ramírez, quien considera inviable la multiplicación de los precios hasta llegar al consumidor final. «No se puede producir por debajo de costes. Y también coincidimos en que estamos aplastados por la burocracia», considera Ramírez.
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Los hermanos Lafuente Rico ofrecen la cosecha de La Huerta de Rizos al consumidor, restaurantes y a un centro de día
Los hermanos albeldenses David y Ana Lafuente Rico, ingeniero técnico agrícola él y licenciada en ADE ella, pusieron en marcha La Huerta de Rizos en 2016, recogiendo el testigo agrícola de su abuelo. «Desde que empezamos, apostamos por la venta directa, sin intermediarios, porque creíamos en este modelo de negocio. Tenemos una relación cercana con el consumidor y podemos marcar los precios con libertad en función de los gastos y producciones», explica Ana Lafuente.
Dirección Albelda de Iregua.
Teléfono 699 265 037.
Productos verduras, hortalizas, frutas y tubérculos del Bajo Iregua cultivados de forma ecológica.
En su huerta ecológica de la ribera del Iregua cultivan y venden patatas, tomates, pimientos, zanahorias, kale, lechuga, calabaza, calabacín, borraja, puerros, repollo, brócoli, col de Bruselas, coliflor, cebolla, espinacas, apio, hinojo... Su trabajo fue galardonado con el Premio Agricultura Ecológica en el 54 Concurso Agrícola de La Rioja y David, incluso, ha recibido la Orden del Mérito Civil. «El cliente obtiene un producto fresco, ecológico, de aquí, por tanto, de más calidad, y puede conseguir mejores precios», detalla Ana Lafuente. «Al final son precios más justos tanto para el agricultor como para el consumidor, por el valor añadido que tiene el producto local. Ahora estamos vendiendo mucho más barato que el producto convencional porque te quitas intermediarios y transportes», apunta David.
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No obstante, además de al cliente final, La Huerta de Rizos también vende a tiendas especializadas, restauración y a un centro de día. El modo de trabajo con la compra directa es mediante pedidos en su tienda 'on line' y entrega a domicilio o recogida en tiendas de diferentes localidades de La Rioja. «Cada vez son más las personas que buscan directamente al agricultor para comprarle, si bien es cierto que la viabilidad es difícil. Del campo es difícil vivir, intentamos sacarnos nuestros suelditos diversificando, haciendo talleres para aprender a cultivar, recibiendo visitas de colegios y grupos... Así abrimos distintas posibilidades», advierte Ana.
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