La Fiscalía pide penas de hasta 75 años en el juicio de 'los payasos justicieros' que empieza este lunes

Todo comenzó hace ahora poco más de dos años, en la madrugada del 14 de junio del 2018. D.L.C. y T.G.J. se trasladaron a la calle Los Olivos de Lardero, buscaron el BMW de su víctima y le prendieron fuego. Su 'pecado', haber convencido a T.G.J. para que denunciara por malos tratos a D.L.C. La pareja, junto a I.A.M. y a N.M.M. (también novios), se sentará desde este lunes y durante 15 días en el banquillo de la Audiencia Provincial de La Rioja para enfrentarse a los 14 delitos que les imputa el Ministerio Fiscal. Todos tienen menos de 25 años y las penas llegan a triplicar su edad actual: se enfrentarán a condenas que oscilan entre los 39 años y medio y los 75 años y medio de prisión. El futuro de 'los payasos justicieros', como se hacían llamar en las redes en las que se vanagloriaban de sus acciones, no es precisamente halagüeño.

El escrito de acusación del Ministerio Fiscal, adelantado por Diario LA RIOJA el pasado mes de julio, traza las andanzas del grupo criminal –del que también formaban parte dos menores de edad (al menos uno de ellos ya condenado)– que primero buscó la venganza a través del fuego y después desató sus instintos pirómanos poniendo en serio riesgo, concreta la acusación pública, la vida de los residentes de los bloques de viviendas que acogen los garajes comunitarios que incendiaron.

Esos tres ataques, en los que sufrieron daños 54 vehículos y que afectaron a la estructura constructiva (los daños de los edificios están tasados en 273.535,97 euros), fueron el epílogo de un grupo criminal cuyos primeros ataques fueron ejecutados por D.L.C. y T.G.J. bajo un mismo patrón: quemar vehículos para saldar presuntas afrentas o deudas pendientes.

Así, junto al BMW de la calle Los Olivos de Lardero, la pareja –a quienes pronto se les sumó I.A.M. y, más tarde, N.M.M.– robó y quemó la moto de un conocido en la plaza de Verano de Logroño; un Peugeot 205 en el polígono La Portalada (tras lo que T.G.J. colgó un mensaje en Instagram que decía 'ojo por ojo'); el Citroën Saxo que el padre de D.L.C. vendió a una mujer que, creía la pareja, no había pagado completamente; el BMW de la expareja de T.G.J.; y el Opel Astra de quien en aquel momento era novio de la ex de I.A.M., quien días antes había visto en el Instagram de D.L.C. y T.G.J. imágenes de sus coches con un mensaje que decía que 'los payasos justicieros' le estaban buscando.

También quemaron contenedores (como represalia a la multa de tráfico), una pira de sarmientos de Bodegas Marqués de Murrieta y otros vehículos (varios de ellos abandonados en La Rad) sin que, a priori, mediara relación personal con los perjudicados. El balance que hace el fiscal sostiene que dañaron, en diferentes niveles de intensidad, 68 vehículos.

La particular huida hacia adelante del grupo alcanzó su cenit en tres madrugadas del verano del 2018 con los incendios de tres garajes comunitarios de Logroño: el 11 de julio, en avenida de Colón 73-75; el 14 de julio, en la plaza de Otoño (con Primero de Mayo, 16); y el 25 de julio, en Doce Ligero. Estos hechos fundamentan el grueso de la petición de pena del fiscal, que pide por cada uno de los tres delitos de incendio con riesgo para la vida o la integridad física (de los vecinos) 18 años de prisión. I.A.M., para quien el fiscal reclama 68 años de cárcel, participó en los tres mientras que su pareja, N.M.M (que se enfrenta a 39 años y medio de encierro) y D.L.C. y T.G.J. (que podrían ser condenados a 74 años y medio y a 75 años y medio, respectivamente) tomaron parte en dos de ellos.

Los cuatro jóvenes siempre estuvieron en el punto de mira de la Policía Nacional (que desplegó para su detención un dispositivo, 'Operación Ascuas', en el que tomaron parte 80 agentes). Sobre todo después de que en la madrugada del 20 de julio D.L.C. y T.G.J. circularan entre Logroño y Alberite destrozando con un tirachinas las lunas de 53 marquesinas. Fueron detenidos y puestos en libertad. En el maletero llevaban una garrafa de gasolina...

Ni familias desestructuradas, ni en riesgo de exclusión. Chicos 'normales' que tomaban medidas de seguridad para evitar ser identificados y que se reunían en el Palacio de los Deportes, informaba la Policía antes de trazar su perfil: «Muy violentos, sin empatía y con un trastorno narcisista que les hacía jactarse de todo lo que han hecho». Mañana, a las 10 horas empieza su última actuación.