El pastor acusado de envenenar a 18 ovejas sentado frente a la jueza instantes antes de iniciarse el juicio contra él este jueves en Logroño. MIGUEL HERREROS

La Fiscalía pide dos años de prisión para un pastor por el envenenamiento de 18 ovejas

El acusado, extrabajador de la Escuela de Pastores de Brieva, califica como «un abuso» las condiciones laborales del Consistorio

Diego Marín A.

Logroño

Viernes, 26 de enero 2024, 07:18

El Juzgado de lo Penal 2 de Logroño dejó este jueves visto para sentencia el juicio por el envenenamiento de 18 ovejas de la Escuela de Pastores de Brieva de Cameros, en el que la Fiscalía consideró que hay pruebas de cargo suficientes contra ... el único acusado, J. M. D. S. De hecho, la fiscal solicitó, por daños intencionados y continuados contra el patrimonio y maltrato animal, una pena total de dos años de prisión, tres años de inhabilitación para profesión relacionada y tenencia de animales, 2.920 euros y una indemnización por determinar al Ayuntamiento de Brieva por la responsabilidad civil de la muerte de los animales.

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Los hechos se remontan a los días 19 y 20 de octubre de 2021, cuando 18 ovejas del rebaño de la Escuela de Pastores de Brieva, todas las embarazadas, aparecieron muertas por envenenamiento en el pabellón de guarda, hallándose en los comederos restos de urea, fertilizante agrícola con amoniaco, fuente de nitrógeno en pequeñas cantidades para los rumiantes pero muy tóxico si se ingiere incontroladamente.

J. M. D. S. era un pastor que trabajaba para el Ayuntamiento de Brieva cuidando a las ovejas y que, según declaró en el juicio, mantenía un conflicto con el Consistorio porque solo le hicieron contrato los últimos meses, residía con su pareja y tres hijos en una vivienda municipal sin agua caliente ni calefacción y las condiciones laborales eran «un abuso», obligándole a jornadas de trabajo de 5.00 a 22.00 horas.

El exalcalde de Brieva (PSOE) describió al acusado como «muy buen pastor, si todo lo que sabe lo utilizara para bien, sería un gran pastor»

Otra trabajadora de la Escuela de Pastores, la única testigo relevante que, junto al veterinario, aportó este jueves una declaración firme y sin lagunas de memoria, relató cómo advirtió al pastor de que en la carretilla de pienso preparado por este para el día siguiente había unas extrañas bolas blancas, que después supo que era urea, «y me dijo que era pienso, que no me preocupase». Después, contó la testigo, al abandonar las instalaciones todos los trabajadores municipales juntos, el pastor regresó en solitario con la excusa de haber olvidado algo, tardando 20 minutos en regresar. Ante la desconfianza generada por J. M. D. S., la testigo regresó más tarde en compañía de un ganadero del pueblo y comprobó que ya no había urea en el pienso, creyendo a partir del suceso que ya lo había suministrado a los animales y repuesto el alimento en la carretilla. «Estoy segura de que fue él», aseveró la testigo.

No obstante, la fiscal destacó que «este es un juicio difícil de realizar» porque «nadie se acuerda de nada o no quiere acordarse», y señaló que el acusado mintió en su relato de los acontecimientos, actuando de forma «clara y consciente». El abogado defensor, en cambio, dirigió la acusación de faltar a la verdad hacia la testigo. «No tiene sentido, siendo pastor, envenenar a las ovejas», subrayó la defensa. «Soy incapaz de hacer mal a los animales, vivo de ellos», juró el acusado, negando haber suministrado urea a las ovejas.

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El exalcalde de Brieva, Pedro Somalo (PSOE), a quien la fiscal llegó a preguntar como testigo si tenía «algún problema de memoria» al no acordarse de la mayoría de lo que le preguntaba, describió al acusado como «muy buen pastor, si todo lo que sabe lo utilizara para bien, sería un gran pastor».

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