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Poco antes de que el antiguo Mercadona de la actual calle Rosa Chacel de Logroño abriera sus puertas el 30 de agosto del 2017, un empleado encontró en el cuarto de calderas del garaje comunitario que comparten los inmuebles en cuyos bajos se ubicaba el ... comercio, una mochila. Llamó a la Policía. Dentro, entre otros objetos, casi 289,94 gramos de anfetamina, 167,97 de MDMA y 101,59 de resina de cannabis. También las huellas de B. H. F., que a esas horas descansaba unas plantas más arriba. Mañana, junto a otros seis procesados (todos de entre 24 y 43 años) se sentará en el banquillo de los acusados como presunto autor de un delito de tráfico de drogas. La Fiscalía reclama para ellos penas de entre 4 años (para los tres cómplices) y 8 años (para los autores).
El cuarto de calderas era, dice el Fiscal en su escrito de acusación, una de las 'guarderías' en las que escondía los estupefacientes con los que traficaba según se desprendió de la investigación de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja. Así, constataron que concertaba citas con «personas catalogadas por la policía como pequeños traficantes o consumidores, con los que mantenía breves encuentros» y que a lo largo del año había comprado entre 3 y 4 kilos de cafeína en la droguería 'Gonsi' de Logroño. Además, eran frecuentes sus visitas a la localidad de Manjarrés (donde él y su familia poseen 3 viviendas y dos merenderos) y punto de conexión entre esta investigación y otra paralela que por aquel entonces desarrollaba la Guardia Civil.
Allí, en noviembre del 2017, entregó 100 gramos de cocaína a uno de sus clientes que fue interceptado poco después por los agentes, y allí coincidió con otro de los acusados, A.V.O., con quien compartía 'oficio', según el fiscal, y que en esos momentos estaba siendo investigado por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil al estar gestionando «la compra de una importante cantidad de drogas». Esa compra se concretó a mediados del mes de febrero, pero la investigación de la Guardia Civil había comenzado meses antes.
Fruto del análisis de la documentación obtenida en dos operaciones anteriores en las que repetidamente figuraba en nombre de A.V.O., que trabajaba en un taller del Polígono de la Portalada de Logroño, era propietario de un chalet en Tricio y que casi a diario acudía a Manjarres (utilizando caminos parcelarios para dificultar el seguimiento policial). Allí, «en el 'chamizo' se reunía con personas relacionadas con el mundo de las drogas». Las sustancias no estaban lejos: cuando llegaban a Manjarrés, A.V.O., considerado el jefe del grupo, la ocultaba en casa de sus abuelos nonagenarios, sin ser ellos conscientes de lo que está ocurriendo en su vivienda y de las actividades delictivas a las que se dedica su nieto, informó en su momento la Guardia Civil.
Las sospechas de que A.V.O. gestionaba la compra de una gran cantidad de droga alumbraron después de que realizara varios viajes a Barakaldo (en alguno de ellos junto a una de las acusadas en calidad de cómplice) en donde se reunió, entre otros, con R.O.F., uno de los proveedores. Ya en febrero del 2018, a Manjarrés llegaron R.O.F. y I.A.CH. (el segundo proveedor de estupefacientes), guiados por I.M.A. (cómplice), quienes le entregaron una partida de speed. Cuando R.O.F. y I.A.CH. emprendieron el camino de vuelta a Vizcaya, A.G.M. y R.A.O. (otros dos cómplices) se reunieron con el jefe del grupo.
A la mañana siguiente, y mientras la Guardia Civil tramitaba la petición de entrada y registro, los dos proveedores regresaron sorpresivamente a Manjarrés y le entregaron al responsable del grupo un paquete negro con el logotipo «RS» que contenía, aproximadamente, un kilo de cocaína.
Cuando los proveedores regresaban al País Vasco, detectaron a los agentes de la Guardia Civil, que procedieron a la detención de R.O.F. y A.V.O. para, posteriormente, completar entradas y registros en locales y viviendas Muskiz (Vizcaya), Manjarrés y Tricio en los que se intervinieron 1.161,82 gramos de cocaína, 307,29 de ketamina, 2.682,67 de anfetamina, 3.106,49 de cannabis, 14,3 de resina de cannabis y 195 pastillas de MDMA.
Así, el fiscal solicita para B.H.F. (el propietario de la mochila que apareció en Mercadona) 7 años de prisión y multa de 22.710 euros mientras que eleva a 8 años la petición de cárcel para el jefe del grupo, A.V.O. (multa de 210.453,65 euros), y sus dos proveedores, R.O.F (multa de 165.845,43 euros) y I.A.CH. (multa de 162.335,12 euros). Por su parte I.M.A., A.G.M. y R.A.O. son considerados cómplices del responsable del grupo y reclama para ellos 4 años de prisión y multa de 29.034 euros.
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