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Entre Torrecilla en Cameros y Freetown, la capital de Sierra Leona, median miles de kilómetros. Y, sin embargo, ayer ambos municipios se sintieron muy próximos. La localidad riojana celebró su XXII Fiesta de la Solidaridad, con el objetivo de alcanzar la mayor recaudación posible para ... rehabilitar y equipar un centro de salud materno-infantil que atiende a recién nacidos, niños menores de 5 años y mujeres en la comunidad de Goderich, una población con unos 20.000 habitantes situada a las afueras de Freetown.
La suma final que, a través de la ONG Diamond Child, se enviará al país africano se conocerá en los próximos días. Pero como ha ocurrido en años anteriores, y apuntó durante la jornada de ayer la masiva participación de torrecillanos y visitantes, será cuantiosa.
Y es que durante la mañana no hubo más que ver las plazas de Ricardo García y Constitución completamente abarrotadas de gente que, por hambre de ayudar a los más vulnerables, no paraban de hincarle el diente a las degustaciones. Las hubo de todo tipo: de gulas, pisto riojano, champiñones, tortilla, migas de pastor, salpicón de marisco... Las colas frente a la caseta de la Peña Torrecilla y otros puestos aledaños resultaban felizmente interminables. Al igual que una marea de gente que lució la camiseta blanca y el pañuelo color vino que, en el 2017, ha constituido la indumentaria 'oficial' de la XXII Fiesta de la Solidaridad.
«El evento congregará hoy (por ayer) a más de 4.000 personas en Torrecilla», estimó en una primera aproximación el alcalde del municipio, Sergio Martínez Astola, quien acompañó por los distintos actos al presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros (que vestía también la camiseta y el pañuelo solidarios), y a la consejera de Salud, María Martín. El regidor se felicitó de que la fiesta «vaya a más». No en vano, constituye la celebración que más visitantes atrae a Torrecilla, más que los festejos patronales. «Se está consolidando y se escucha ya fuera del pueblo y de la comarca. Viene mucha gente de Logroño y de otras localidades del valle del Iregua», indicó.
Como reclamo, durante la jornada se sucedieron un multitudinario flashmob, el rastrillo con diversos puestos, una comida popular a base de patatas con chorizo, conciertos... Y, como novedad en esta edición, diferentes actividades ligadas al proyecto al que irá destinada la contribución solidaria. En este caso, la ONG Diamond Child planteó sesiones de cuentacuentos africanos y talleres de percusión, danza y cocina de este continente. «Nuestra entidad se dedica a divulgar la cultura africana a través de sus artes para sensibilizar acerca de la realidad del continente», señaló el músico de Sierra Leona afincado en España y fundador de Diamond Child, Seydu.
Así, Torrecilla vibró tanto con los temas de los 80 que pusieron música al flashmob como con los tambores africanos. Y es que la fiesta demostró que Cameros tenía ayer en su mente y en su corazón a África.
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