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Isabel Álvarez
Domingo, 31 de agosto 2014, 20:44
Han sido siete días frenéticos. Una semana de intensa actividad que a muchos, sobre todo a los más pequeños, les ha sabido a poco. Calahorra despedía ayer sus fiestas de verano honrando a sus patronos San Emeterio y San Celedonio. El último día de las ... celebraciones, aunque el más importante de todos, congregó a numerosos calagurritanos en el casco antiguo de la ciudad, por donde discurrió la procesión con las urnas con las reliquias de los mártires.
Un grupo de corredores del encierro de Calahorra y aficionados a los recortes ejercieron en esta ocasión de trabadores. Los jóvenes, que por primera vez participaban de esta manera en el desfile, llevaban varios años esperando este momento. Y es que, la cofradía de los Santos Mártires, cuyos cofrades son quienes habitualmente llevan las arcas, tiene una lista de espera de personas que desean llevar a hombros a los santos.
Las peñas de la localidad; la reina y damas de las fiestas, vestidas con el traje de calahorrana; los miembros de la escuela de danzas y del grupo Coletores; el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, junto a otros sacerdotes y religiosos de la ciudad; y distintas autoridades regionales y locales participaron en la procesión, en la que no faltaron las jotas a los patronos.
Entre la comitiva que arropaba a los santos pudo verse al presidente de La Rioja, Pedro Sanz; acompañado del consejero de Presidencia, Emilio del Río; su homólogo en el Parlamento de La Rioja, José Ignacio Ceniceros; y el máximo dirigente del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, Ignacio Espinosa. Todos ellos desfilaban en compañía del alcalde de Calahorra, Luis Martínez-Portillo.
El resto de la Corporación municipal, alcaldes de municipios limítrofes, los senadores Javier Pagola (PP) y Francisco Martínez-Aldama (PSOE) ó el diputado regional del PR+, Rubén Gil Trincado tampoco quisieron faltar a la procesión, que cerraba la Banda Municipal de Música.
Delante de la iglesia de Santiago, en la plaza del Raso, las familias calahorranas cumplieron con la reciente costumbre de pasar a sus hijos más pequeños por los santos.
La procesión acabó en la catedral, donde el obispo de La Rioja, Juan José Omella, presidió la misa mayor. Omella centró su homilía en el martirio que sufrieron los santos calagurritanos e invitó a reflexionar sobre la libertad de creencias religiosas.
«Hay hermanos nuestros, mayoritariamente católicos, que siguen siendo martirizados. ¿Qué mal hacen?», dijo. «El siglo XXI está siendo un siglo de mártires como lo fue el siglo III», afirmó el obispo.
Hoy, continúa la feria de atracciones
Las fiestas acabaron con el entierro de la cuba y una traca de cohetes. Tras la retirada del pañuelo a la estatua de Quintiliano, los calagurritanos se despidieron de unas celebraciones que han estado marcadas por el buen tiempo. Hoy, que es festivo en la ciudad ya que el día grande ha caído este año en domingo, será aprovechado para descansar.
Sin embargo, los que todavía tengan fuerzas y ánimo para continuar tendrán hoy abierta la feria con todas las atracciones y las casetas.
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