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Luis Cacho capitalizó el inicio de la semana más decisiva para la corta historia del Gobierno en que milita (la semana que debe concluir mañana con la aprobación del Presupuesto) con una comparecencia en el Parlamento para detallar las cuentas de su Consejería, con récord ... regional incluido: empezó de buena mañana y acabó pasadas las seis de la tarde, cuando ya anochecía. La dimensión de su cartera justifica la concesión de un ancho horario para explicar las particularidades de la encomienda educativa, pero también puede alegar como coartada para tales excesos horarios la relevancia que sus competencias tienen en el conjunto del Presupuesto. Su carácter de clave de arco para convencer al inquieto socio de IU de que por el Palacete le tienen en cuenta, o al menos lo aparentan. Con éxito: ya ha logrado sublevar a la educación privada, que se apunta al festival de teatro con una función para adolescentes en la Bene. Arriba el telón.
Lunes, festividad de Santa Adela. Inspirado en su ejemplo (aquella santa fue emperatriz y cuenta la leyenda que consideraba el poder como una carga y un servicio para el bien del pueblo), Cacho prolonga el cortejo del decisivo voto de IU con una maniobra envolvente que de momento apacigua los humores de Henar Moreno, la diputada tan propensa a la dramaturgia. Que aguardó al día siguiente para la segunda tanda de ducha escocesa: calor para Cacho, frío para Eva Hita. La consejera de Agricultura se llevó los dardos que Moreno escatima con el resto de consejeros, con una teatralizada exageración que amenaza con transformar el Parlamento en el vecino Bretón y ayuda a escenificar lo alambicado del organigrama gubernamental: qué pintan las competencias de vivienda en el ámbito agrícola. Misterios de la X Legislatura. Una obra de suspense.
Martes, San Lázaro.Una efeméride muy apropiada porque apela a la médula del sistema político: su capacidad para la resurrección. Véase Pedro Sánchez, perito en reinvenciones, que ese día telefonea a Concha Andreu para la puesta en escena que exige la seducción del nacionalismo por la vía de fingir que La Rioja y el resto de regiones que (todavía) carecen del estatus de nación son tan importantes para Moncloa como Cataluña o el País Vasco. Los espectadores contienen la risa: la X Legislatura también tiende a la comedia. Ojalá fuera alta comedia. De momento, vodevil.
Miércoles, Virgen de la Esperanza. Lo último que se pierde, la siempre necesaria dosis de esperanza que permita navegar por las procelosas aguas gubernamentales para interpretar (sin caer en la depresión) las piruetas de los apoyos legislativos que garantizan al PSOE su aún flamante banco azul. Oscilante según cómo se levante cada mañana su coaligada Moreno, que confirma ese día su talante veleta: ante Sara Alba, quien defiende sus cuentas ante la comisión parlamentaria, se inclina por concederle su plácet. O será que se siente propensa a la tragicomedia, ese género teatral igual de veleidoso, hasta olvidarse del compromiso de cancelar el acuerdo con Viamed y aceptar esa vaga promesa que lo sustituirá mañana. Una de ciencia ficción.
Jueves, Santa Eva.Muy acorde con el espíritu adánico que distingue a su Gobierno, Concha Andreu atiende a Diario LA RIOJA en la festividad consagrada a la primera mujer sobre la Tierra en su condición de primera mujer en el Palacete. Más contenida que de costumbre, Andreu exhibe dominio de las tablas en el encuentro con los periodistas, a quienes pasea desde su despacho a la sala llamada del Rey, porque la preside un cuadro de Sainz Ochoa (Fernando) dedicado al Monarca, donde ahora se reúne el Consejo de Gobierno: la parte noble de la sede gubernamental, Salón Rojo incluido, se reserva para cuestiones protocolarias. La presidenta prefiere una estancia más informal, lo cual debe encerrar una metáfora cuyo sentido tardará en desvelarse. Tal vez necesite toda la X Legislatura, porque la palabra más repetida por Andreu durante la entrevista es tiempo. Más tiempo, para conocer la sustancia de su mandato. Si drama o comedia. O las dos cosas: ya avisaba Woody Allen que la comedia es drama más tiempo.
Viernes, Santo Domingo de Silos. Uno de los raros santos riojanos, nómina que se ampliará en la X Legislatura entre quienes sigan los pasos de Raquel Romero y su equipo riojano-manchego, que ese día desvela el misterio entre los misterios del Presupuesto: a cuánto le sale al contribuyente esa ocurrencia que hoy reina en Los Chapiteles. Porque se precisa la paciencia de aquel Domingo (de Silos) para digerir el espectáculo que supone, en medio de un paisaje social que exige allegar los recursos públicos disponibles para sofocar situaciones de auténtica emergencia, conceder a Podemos 8,4 millones de euros. Alega Romero que es la Consejería más barata y lleva razón: su presupuesto evidencia que es prescindible. Aunque pertinente: gestiona la Oficina de Retorno, con éxito. La consejera es la primera beneficiaria, seguida por sus asesores. Una gran compañía actoral para escenificar una de miedo.
Abajo el telón.
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