El presidente de ATA en La Rioja, Fernando Melchor, denuncia la falta de diálogo con la administración y el envejecimiento de su colectivo.
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– No se ha perdido la cota de los 25.000 cotizantes de milagro.
– De milagro... sí.
– Pero, quizás, ... la lectura más preocupante de las estadísticas es que la comunidad está perdiendo cultura de emprendimiento.
– En efecto. Lo que estamos viendo es una ralentización de la aparición de nuevos emprendedores. Además nos encontramos con muchos autónomos que están casi en la edad de jubilación y que están planteándose adelantarla cuanto antes, porque las obligaciones fiscales, las modificaciones que se están habiendo y, tal y como está el tema económico, pues les suponen un suplicio para poder compatibilizar la jubilación parcial y la actividad. En estos momentos hay una sensación de que el tema no está bien, de que la actividad económica no está funcionando y además, en general, hay un cansancio.
– Mal panorama para una región como La Rioja que, proporcionalmente, ha destacado siempre en el país por la cifra de trabajadores autónomos.
–Pues sí. También hay que tener en cuenta que desde que se modificó el tema de los autónomos del régimen agrario y del régimen ganadero, y pasaron al régimen general, es verdad que ha habido bastante jubilación y no ha habido mucha renovación en las zonas rurales. Y eso supone también un envejecimiento de nuestro colectivo que redunda en que se están dando más bajas que altas.
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–El nuevo sistema de cotizaciones sociales también ha generado incertidumbre.
–Sí que existe esa sensación y no están claras al 100% sus ventajas. Nos han costado mucho las negociaciones y se ha conseguido mantener la tarifa plana durante el primer año, y que se pueda renovar en determinadas circunstancias en el segundo año, etcétera. Y eso es un verdadero aliciente para aquellos que empiezan una actividad y que no saben cómo va a resultar en un corto futuro. Es un balón de oxígeno que nos llega en un momento en el que nos sentimos abandonados por parte de la administración regional.
–¿En qué sentido?
–La Mesa del Trabajo Autónomo se creó hace más de diez años y los dos últimos ejecutivos regionales han prescindido de ella: con el último gobierno del PP, creo que fue el último día del último mes antes de las elecciones, cuando hubo una reunión con la consejera Leonor González Menorca. Se convocó de un día para otro, con lo cual no se puedo hacer nada. Y con el actual de Andreu no ha habido ningún diálogo. Absolutamente nada. No sabemos si el Consejo Económico y Social (CES), en el que están la patronal y los sindicatos mayoritarios, están debatiendo algo, pero nos tenemos que no hay ninguna propuesta sobre la mesa. Por eso puedo afirmar que estamos un poco abandonados por parte de la administración. La Mesa de Trabajo Autónomo nació con vocación de reunión periódica para consensuar políticas de actuación y, sin embargo, se ha pasado de esta figura. El órgano está creado, pero no se hace uso de él.
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