Fernando Melchor | Presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en La Rioja
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Fernando Melchor | Presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en La Rioja
«Nos parecen muy bien las ayudas, pero hay que tener ya un diagnóstico del trabajo autónomo»Hasta el 5 de julio más de 5.000 autónomos riojanos tienen plazo para solicitar la ayuda que les concede el Gobierno regional a todos ellos, de 2.700 euros en una primera fase. El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos en La Rioja ( ... ATA), Fernando Melchor, repasa en esta entrevista el sufrido día a día de su colectivo, sus necesidades y sus demandas.
– ¿Qué esperan de las ayudas aprobadas por el Ejecutivo? ¿En qué medida pueden resolver los problemas de su sector?
– Son ayudas que no van a solucionar nada, dicho así en crudo. Porque son 2.700 euros en esta primera fase para menores de 30 años y mayores de 60 –en julio se abrirá una segunda fase para el tramo entre esas edades, con aportaciones de 2.100 euros–, un dinero que se invertirá, en el caso de los jóvenes, seguro que en sufragar gastos para poner en marcha su actividad. No serán ayudas que solventen problemas, sí los aliviarán. Es, sobre todo, un reconocimiento, porque históricamente siempre nos hemos quedado fuera de todas las convocatorias de subvenciones.
– Hablan de un reconocimiento que nunca habían tenido. ¿Se sienten más cómodos con el Ejecutivo de Gonzalo Capellán?
– Nuestra aspiración no es sentirnos más o menos cómodos con uno u otro gobierno, sino reivindicar nuestra posición y los problemas que arrastramos. Sí es cierto que con el nuevo ejecutivo y con el presidente Capellán, en estos nueve meses nos hemos reunido más veces que en toda la legislatura con el gobierno de Concha Andreu; con ella no estuvimos ni una vez, sí con el consejero José Ángel Lacalzada. Tomaron decisiones sobre los autónomos que nunca nos consultaron y nos dejó un sabor amargo. Esperemos que ahora la situación cambie y que haya mayor colaboración, que se convoque el Consejo de Trabajo Autónomo que lleva seis años sin reunirse.
– ¿Cómo interpretan ustedes esa diferencia de cuantía en las ayudas en función de si el autónomo tiene entre 30 y 59 años o está por encima o debajo de esa edad? ¿Tiene sentido?
– Es el criterio que ha establecido el Gobierno y desde el punto de vista de la igualdad sí hubiese sido mejor el mismo dinero para todos. Quizá han entendido que por debajo de 30 años se necesita más apoyo porque igual se acaba de emprender un negocio y por encima de los 60 se busca ya una salida rápida hacia la jubilación y un mayor incentivo puede ayudar.
– Por cierto, entre el colectivo de abogados que usted conoce bien esta orden de ayudas ha generado rechazo y el Colegio estudia recurrirla porque no contempla a quienes hacen trabajo por cuenta propia, adscritos a mutuas alternativas a la Seguridad Social. ¿Qué le parece?
– Pues que puede haber 300 profesionales entre la abogacía y la procura que se pueden quedar fuera, estamos hablando de 800.000 euros que no se podrían repartir. La orden incluía a los trabajadores que estuviesen en el RETA –régimen de autónomos–, no a los que estuviesen cotizando a través de sus mutuas profesionales. Hay que insistir al Gobierno que modifique la orden para no cometer una injusticia.
– La Rioja ha perdido uno de cada cuatro autónomos desde el año 2008 y al cierre de febrero había 24.378. ¿Qué le dice esta tendencia y este dato?
– Es preocupante porque siempre hemos estado en La Rioja dos décimas por encima de la media nacional, respecto al alta de autónomos, y ya ha dejado de ser así. Y la tendencia es de seguir cayendo por el alto porcentaje de mayores de 60 años.
– ¿Y qué propone para revertir esa inercia?
– Lo primero es establecer un diagnóstico de cuál es nuestra situación. Agricultura y ganadería, construcción y comercio son algunos de los principales sectores de nuestra actividad y habría que fijar qué necesidades tenemos en cada uno de ellos para poder dirigir las políticas de una manera adecuada, en colaboración con las administraciones. El Gobierno de La Rioja, como cualquier ejecutivo autonómico, no tiene las competencias exclusivas en materia de autónomos porque también hay normativa nacional, pero sí es cierto que hay políticas de incentivo o de promoción que puede poner en marcha y ser interesantes para nuestro colectivo.
– ¿Y qué reclamaciones en concreto hacen a la Administración regional?
– Sobre todo, que defina una estrategia y así se lo hemos dicho directamente a la consejera Belinda León. No sirve de nada disparar a todos los sitios sino tener las cosas claras y por eso debemos implicarnos todos. Nos parecen muy bien las ayudas, pero también hace falta ya un diagnóstico sobre el estado de situación del trabajo autónomo en La Rioja para saber cómo afrontar el futuro.
– ¿Y también el presente no? ¿Se pueden identificar sectores que lo están pasando especialmente mal en los últimos tiempos?
– Los que están muy expuestos a las variaciones de precios de energía, por todas las oscilaciones que está habiendo. Me refiero por ejemplo a panaderías, a talleres... Los incrementos afectan a su competitividad y luego no se puede repercutir esa subida en el cliente final. Por supuesto que el comercio está sufriendo... Quienes han podido salir a vender al extranjero quizá hayan podido superar mejor estos momentos de gran incertidumbre.
– Con un porcentaje «alto» como dice usted de autónomos por encima de los 60 años, el relevo generacional ¿será una de las prioridades de la federación que usted preside verdad?
– Desde luego que sí porque además tiene difícil solución y es muy complicada encontrarla porque de lo contrario ya lo habríamos hecho. Hay que trabajar en ello, mirar al sector de la inmigración para saber cómo viven, cómo se han establecido aquí con sus familias... Todo ello lo debemos contemplar a la hora de buscar alternativas al relevo generacional. Hay que hablar también con la Universidad de La Rioja, que a través de sus cátedras de comercio o empresa familiar nos puede dar líneas de trabajo.
– 'Es una heroicidad abrir la puerta o levantar la persiana del negocio todos los días'. Es una frase que habitualmente se dice de ustedes los autónomos, también por parte de dirigentes políticos. Este reconocimiento público ¿ha de llegar acompañado de...?
– De decisiones que nos hagan más fácil nuestro día a día, por ejemplo algo en lo que últimamente se viene insistiendo mucho por parte de los agricultores y ganaderos que han protagonizado las tractoradas. Me refiero a la necesidad que tenemos de eliminar las trabas administrativas, de reducir toda la burocracia que nos entorpece el trabajo del día a día. Por ello aplaudimos la ayuda del Gobierno regional, porque sólo con entrar en la página de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER), rellenar un formulario y dar nuestro DNI ya se habrá terminado todo el proceso. Es fácil verificar los datos y así no tendremos que esperar años a cobrar la subvención y llegará aún con el negocio en marcha.
– ¿Debiera ser el emprendizaje una asignatura obligatoria ya desde la etapa escolar?
– Por supuesto que sí. Y debieran ser materias prácticas, que no se queden sólo en lo académico de cómo montar un negocio o hacer un plan de empresa. Hay que poner en valor las experiencias de la gente que ha emprendido, qué problemas tienen, cómo se toman las decisiones...
– Vistas todas las dificultades de su día a día, ¿entienden que los jóvenes prefieran ser funcionarios antes que empresarios?
– Sí porque incluso los autónomos muchas veces nos preguntamos dónde nos hemos metido. Compañeros míos que están en la mutua de la abogacía dicen 'menuda historia nos vendieron de que la mutua era algo seguro pero ahora nos podemos quedar fuera de las ayudas'. Es un ejemplo. Los hijos cuyos padres somos trabajadores por cuenta ajena ven a diario nuestra situación, la carga impositiva que soportamos, la necesidad que tenemos de sacar horas de donde sea y en días de fiesta o de vacaciones para llegar a todo... Así que muchos dicen 'yo prefiero estudiar una oposición'. Eso tampoco nos beneficia a la hora de encontrar el relevo generacional.
Logroño concentra la mitad de la población de La Rioja pero Fernando Melchor reconoce que el colectivo de autónomos tiene carencias incluso más acuciantes fuera de la capital, «sobre todo en las zonas rurales donde quizá no haya conexiones tecnológicas en condiciones».
Por este motivo, no duda en plantear la necesidad de «dar incentivos» para el establecimiento de negocios regentados por autónomos «en los pueblos de nuestra comunidad, así como estímulos para irse a vivir allí. Eso beneficiaría a ambas partes, para luchar contra la despoblación y para generar nuevas actividades económicas».
Porque cuando cierra un comercio o una tienda «es muy difícil que vuelva a abrir. Lo estamos viendo en Logroño casi a diario, así que en localidades pequeñas, con escasa población o de difícil acceso, la situación todavía se complica más. Estamos hablando de dar futuro a los pueblos», concluye el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos.
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