Ante el silencio del Ejecutivo central, y dado que pasaban los meses, incluso los años, sin que nada sucediera sobre el cambio de nombre de la provincia, el senador Félix Palomo interpeló al Gobierno, casi dos años después (12 de mayo de 1979), sobre ... la situación de expediente de permuta de Logroño por La Rioja. Todavía alegó Madrid que faltaba el informe de la Real Academia de la Historia sobre la viabilidad de la petición. El propio Palomo mantuvo en el Senado un desagradable rifirrafe con varios parlamentarios de la UCD de Adolfo Suárez, del que salió la causa de la dilación: el entonces presidente de la Cámara Alta, Antonio Fontán, habría sugerido «que no era conveniente cambiar el nombre, por la presión del PNV de Álava, a través de su senador José Ignacio Bajo».
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Palomo recuerda que se encaró varias veces con los senadores del PNV, a quienes les tuvo que aclarar que La Rioja, pese a adoptar ese nombre histórico, «no tenía pretensión expansionista alguna» ni sobre Rioja Alavesa ni sobre la Riojilla burgalesa. «Otra cosa habría que decir de ustedes», les espetó.
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