Faustino 'ficha' de nuevo a Norman Foster para modernizar las bodegas de Oyón

La familia propietaria ha llegado de nuevo a un acuerdo con uno de los arquitectos de mayor renombre internacional y ganador del Pritzker, Norman Foster, con quien ya diseñó la espectacular Portia, en Ribera del Duero. Faustino ya ha comenzado a remodelar, de la mano de Foster, las actuales instalaciones, aunque el proyecto definitivo se reserva de momento para una próxima presentación y supondrá la construcción de un nuevo edificio emblemático innovador y sostenible firmado por el arquitecto británico.

Familia Martínez Zabala invertirá alrededor de quince millones de euros en este nuevo complejo para la bodega que Julio Faustino Martínez, patriarca de la saga, levantó en Oyón a finales de los años 50 del siglo pasado y desde donde se convirtió en uno de los grandes exportadores de vino de Rioja.

El Legado de Bodegas Faustino supone un rediseño completo de las instalaciones, con la construcción de nuevas zonas para visitantes y nuevos edificios, así como una serie de intervenciones de renovación de instalaciones existentes, que ya han permitido aplicar los desarrollos más vanguardistas e innovadores en tecnología y sostenibilidad para la elaboración y crianza de Faustino, marca líder en producción y exportación de grandes reservas de Rioja», informa la compañía. «Familia Martínez Zabala es una empresa pionera en el desarrollo arquitectónico en el mundo de las bodegas. Hace más de 30 años construimos Bodegas Campillo, y hace doce creamos Bodegas Portia, la primera bodega construida por Foster+Partners, y ahora es lógico dar un paso adelante y consolidar 'El Legado de Bodegas Faustino' como una nueva dimensión del enoturismo, que albergue un conjunto de experiencias mucho más completo y vanguardista y que nos permita aumentar el grado de conocimiento sobre los viñedos y el vino de nuestros visitantes», explica Carmen Martínez Zabala, presidenta de la compañía vitivinícola.

La primera parte de la intervención ya es parcialmente visible con la modernización integral de las históricas instalaciones, con cubierta vegetal de las fachadas y con un objetivo claro de mejorar la funcionalidad y la sostenibilidad. En este sentido, el equipo de Foster ya ha aplicado un nuevo color a las fachadas y al pavimento y ha colocado placas solares para autoconsumo. También se ha construido una nueva nave de elaboración específica para vinos blancos. El complejo se está diseñando además con un claro objetivo enoturístico para «hacer compatible la actividad productiva con la recepción de visitantes».