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Miembros de la asociación TDAH Rioja posan junto al arco del Revellín, el pasado jueves, tras el acto institucional en el Parlamento de La Rioja. L. R.
Un faro con destellos naranjas para dar visibilidad al TDAH

Un faro con destellos naranjas para dar visibilidad al TDAH

La asociación TDAH Rioja, que cumple 25 años, celebra este domingo el día del déficit de atención e hiperactividad, un trastorno que sigue aún bajo los estigmas del «infradiagnóstico y la incomprensión»

Domingo, 27 de octubre 2024, 19:25

Nació en diciembre de 1999 entre sorbos de café, inquietud, preocupación y algunas lágrimas y hoy, 25 años después, aquella asociación que germinó en un bar logroñés empujada por el desasosiego de las madres y padres de siete familias, bajo la presidencia de Paloma Miguel y el asesoramiento de la neuropediatra Marisa Poch, se ha convertido en el faro que lanza los destellos naranjas para visibilizar el TDAH, el trastorno del déficit de atención e hiperactividad, para lograr que la sociedad normalice una realidad que afecta a más de cuatro millones de personas en España.

La vieja Arpanih, rebautizada desde el pasado año como TDAH Rioja, está de celebración. Por el cuarto de siglo de labor de la entidad y este domingo, 27 de octubre,, con una fiesta en el Espolón, para hacer lo que mejor sabe, poner el foco en el trastorno, en una jornada en la que se conmemora el Día del TDAH. «Nuestra arma principal es la visibilización, dar pautas a la sociedad, informar y explicar cómo detectar si una persona puede tener el trastorno porque cuanto más podamos diagnosticar y cuanto antes se pueda diagnosticar cada uno de los casos antes te puedes poner manos a la obra, tanto en la parte psicológica, como educativa, etc...», explica Marina Grijalba. Presidenta de TDAH Rioja desde 2023 al tomar el testigo que Josefina Rodríguez cedió tras doce años en el cargo, cree que «la sociedad está empezando a comprenderlo», pero también admite que «queda todavía mucho por hacer, porque no es algo físico y visible, como cuando alguien se ha roto un brazo, y muchas personas no saben cómo enfrentarse a ello, a la impulsividad, a la falta de atención en muchos de los casos y muchos otros rasgos».

En primer lugar ni siquiera hay registros. «No hay estadísticas públicas de cuántos casos hay diagnosticados en La Rioja, siempre trabajamos con la suposición. La OMS dice que en torno al 8% de la población es TDAH, con lo que aquí debería haber unos 3.000 diagnósticos y no llegamos ni por asomo, con lo cual todo ese mito del sobrediagnóstico es falso. De hecho, está infradiagnosticado, sobre todo en los adultos, porque ahora sí que es cierto que en la infancia se detecta mucho más que antes ya que tanto las familias como los centros escolares tienen más sensibilidad», tercia el psicólogo Jonathan Apellániz, coordinador de TDAH Rioja.

«Una vivencia general en todas las familias es la incomprensión social, se sienten juzgados en su tarea educativa»

«En los colegios son más conscientes de los perfiles que pueden encontrarse en críos de edades tempranas y ahí estamos poquito a poco ganando esta batalla», se felicita Marina Grijalba, quien destaca que «hay muchos casos de adultos que reciben el diagnóstico de sus hijos y en ese momento se ven identificados de algún modo y dicen 'Pero si yo era parecido cuando era pequeño'».

Jonathan Apellániz y Marina Grijalba, en TDAH Rioja. Irene Jadraque/sadé-Visual

Jueves, 24 de octubre

  • Acto institucional en el Parlamento de La Rioja.

Domingo, 27 de octubre

  • Día del TDAH en España. Fiesta en el Espolón con música, palomitas y espectáculo cultural infantil 'El Torico'. De 11.30 a 14.30 horas. Además, iluminación de monumentos en naranja (puerta del Revellín y fuente de Murrieta).

Lunes, 28 de octubre

  • TDAH Rioja participa en el acto organizado por la federación, Feaadah, en el Congreso de los Diputados.

Hasta fin de año

  • Actividades de visibilización con motivo de los 25 años del nacimiento de la asociación riojana, en diciembre de 1999.

El camino es hoy en día más sencillo, pero quedan algunos baches. «Una vivencia general en la asociación, y me imagino que en todas las familias que tienen alguien con TDAH, es la incomprensión social, viven con mucha vergüenza porque se sienten juzgados en su tarea educativa. Lo primero que hace mucha gente cuando ven a ese niño, sobre todo en la parte más hiperactiva, que igual es la más llamativa, es juzgar si los padres han hecho una buena tarea educativa y deciden que el niño se mueve porque los padres lo han maleducado. Todavía hay incomprensión y las familias sienten que no se entiende el trastorno de su hijo y se sienten juzgadas y cuestionadas», destaca el psicólogo, quien no olvida ofrecer algunas claves para una detección temprana que es imprescindible.

Síntomas y tratamiento

«Cuando hablamos del TDAH, los síntomas nucleares, que son los que le dan el nombre, serían la inatención o dificultades para mantener de manera continuada la atención a un estímulo, por ejemplo, atender una clase; la hiperactividad, que es la dificultad para mantenerse quieto durante mucho tiempo; y la impulsividad, que es la dificultad para controlar los impulsos internos. Pero después se dan muchos más, porque el TDAH afecta a un nivel mucho más global, lo que está afectado es lo que se llaman las funciones ejecutivas, las funciones superiores que tiene nuestro cerebro para controlar y gestionar la conducta. Ahí pueden aparecer dificultades en la planificación y en la organización, lo que puede suponer pues dificultades para llevar a cabo tareas, para organizar nuestro día a día, dificultades en el control de impulso general y a la hora de expresarte emocionalmente, dificultades a la hora de controlar tu gestión económica, tu gestión del tiempo, de pareja, de amistades, despistes generalizados... En definitiva tiene una afectación tanto en la vida escolar o laboral, como en la familiar y social», detalla el experto.

Todo cambia, de hecho tras el diagnóstico gracias a un tratamiento que combina tres posibles patas: la farmacológica, con receta médica, para regular la concentración; la psicológica, con trabajo comportamental y emocional; y la psicopedagógica, en la que se incide en las necesidades educativas que puede tener el menor.

Trabajo con el niño y su entorno, tanto en el centro escolar como con la familia amplia, y apoyo y ayuda es lo que ofrece la entidad, que hoy cuenta con más de 250 familias asociadas y que esperan con los brazos abiertos a otros afectados en su sede de avenida de La Rioja, 12, en el Espolón logroñés, con la que se puede contactar vía telefónica, en el 608 692 614 (los martes y jueves de 10.30 a 12.00 horas) o por correo electrónico: info@tdahrioja.es.

Una de las primeras fotos de la entidad, en el año 2000, en la imagen superior. Bajo ella, algunos miembros de la asociación riojana, en el año 2012. Y sobre estas líneas, intervención en el Parlamento de La Rioja de Josefina Rodríguez, presidenta de la entidad durante doce años. E. Del Río/D. Uriel/J. Rodríguez
Imagen principal - Una de las primeras fotos de la entidad, en el año 2000, en la imagen superior. Bajo ella, algunos miembros de la asociación riojana, en el año 2012. Y sobre estas líneas, intervención en el Parlamento de La Rioja de Josefina Rodríguez, presidenta de la entidad durante doce años.
Imagen secundaria 1 - Una de las primeras fotos de la entidad, en el año 2000, en la imagen superior. Bajo ella, algunos miembros de la asociación riojana, en el año 2012. Y sobre estas líneas, intervención en el Parlamento de La Rioja de Josefina Rodríguez, presidenta de la entidad durante doce años.
Imagen secundaria 2 - Una de las primeras fotos de la entidad, en el año 2000, en la imagen superior. Bajo ella, algunos miembros de la asociación riojana, en el año 2012. Y sobre estas líneas, intervención en el Parlamento de La Rioja de Josefina Rodríguez, presidenta de la entidad durante doce años.

«No lo hemos escondido nunca, lo más importante es normalizarlo, como la gripe», defienden los usuarios de TDAH Rioja

Para muchos el sufrimiento es un recuerdo ya lejano, para otros aún permanece fresco. Aunque ninguno ha olvidado las horas de trabajo, los desvelos e inquietudes, todos vuelven hoy a sonreír en esa gran familia de acogida que encontraron en TDAH Rioja desde que era Arpanih (Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos).

Jose Mari Burgos y Ana Isabel Collado llegaron a la entidad hace más de década y media, cuando a su hijo le diagnosticaron TDAH con 7 años. «Fue a una edad más o menos razonable, con lo cual sí que pudimos trabajar con él bastante a nivel escolar y formarnos nosotros mucho e informarnos. Eso fue la parte importante de la asociación, la acogida familiar, porque cuando te dan el diagnóstico todos estamos como muy despistados porque es un tema que a nivel familiar impacta muchísimo», explica Jose Mari. «Para nosotros era totalmente nuevo, ni habíamos oído de ello. Si que habíamos notado comportamientos en nuestro hijo diferentes en relación a otros niños de su edad. Era muy impetuoso, no paraba quieto, estaba constantemente interrumpiendo, de repente lo veíamos completamente despistado y él mismo nos decía 'Es que me he ido a mi mundo'», tercia su mujer.

Con el diagnóstico llegó el tratamiento y todo cambió. «Se asentó más, seguimos trabajando con él y claro, año a año iba madurando y se iban creando herramientas de trabajo y de comportamientos y a día de hoy, siendo ya adulto, tiene 24 años, lo sigue haciendo», relata la pareja que incide en que «eso demuestra que, pese a lo que mucha gente cree, el TDAH no desaparece, lo vas a tener siempre pero vas a aprender solucionarlo y a llevar una vida normal». La receta, de lo más sencilla: «Hay que normalizarlo. Nosotros, de hecho, no lo hemos escondido nunca, siempre lo hablamos con él y con su entorno. Hay mucho trabajo, muchas horas, pero lo más importante ha sido normalizarlo, como la gripe. Eso ha sido clave, para él y para nosotros».

María José Hernández sonríe a su lado. Ella llamó a la puerta de TDAH Rioja hace tres años, cuando le diagnosticaron el trastorno a su hijo de 12 años. «Al principio no tienes ni idea de a lo que te enfrentas y por eso nos pusimos en contacto con la asociación y en ella seguimos y, además, muy contentos», explica María José que confiesa que «al inicio te sientes juzgado, parecemos padres que no sabemos educar a nuestros hijos, pero luego ves que hay que hablar de ello, visibilizar y normalizar este trastorno».

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