Piscinas climatizadas, gimnasio, frontón... el polideportivo municipal de Sojuela costó cerca de 4 millones de euros cuando el pueblo no llegaba a 100 habitantes. Construido al albor del campo de golf, nunca se puso en funcionamiento y el mostrenco de hormigón quedó como un ... dinosaurio muerto. La pretensión era que la urbanización Moncalvillo Green tuviera más de mil viviendas y Sojuela superase los 3.000 residentes, lo que provocaría la necesidad de servicios, pero dos décadas después, en lugar de multiplicar el censo por 38 apenas lo ha hecho por 8. El proyecto, con la socialista Milagros Díez como alcaldesa, lo heredó el popular Miguel Pajares, que nunca lo puso en marcha y desde hace más de un lustro permanece completamente vandalizado e inútil.
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«El año pasado lo terminamos de pagar porque se pidió un préstamo de más 500.000 euros que ha endeudado al pueblo más de una década», explica Tomás Corral (PP), alcalde de Sojuela, quien calcula que terminar la obra, pues además de rehabilitar las instalaciones necesita depuradora, transformador y rotonda de acceso, costaría otros 2 millones de euros y solo el mantenimiento supondría la mitad del presupuesto anual del municipio, unos 700.000 euros. «Lo malo es que, encima, está a 2 kilómetros. Nosotros no podemos asumir el gasto, nos vendría bien que alguien se hiciera cargo y que diera servicio a toda la zona. El frontón es más grande que el Adarraga», expone Tomás Corral.
Muy cerca se encuentra el nuevo cementerio de Entrena, que después de catorce años de su inauguración y con más de 817.683 euros invertidos entre construcción y acondicionamiento de los accesos, continúa sin albergar a muerto alguno. El proyecto lo impulsó, en este caso, el alcalde popular Ricardo Cerrolaza, lo heredó y presentó el socialista Manuel Rodríguez, inauguró los accesos Esteban Pérez (PP) y, actualmente, Dolores Aragón (PP) invierte para, asegura, poder utilizarlo en un futuro. «Recientemente se ha limpiado el recinto y próximamente se van a realizar obras de conservación y mantenimiento de las instalaciones», afirma la alcaldesa. Lo insólito de este caso es que se llegaron a vender siete panteones por 15.000 euros cada uno, dinero que el Ayuntamiento devolvió sumando 2.500 euros a cada comprador en compensación por no prestar el servicio, lo que, añadido al coste de reparaciones por los actos vandálicos sufridos elevan la cifra del coste hasta el millón de euros. «Habría que valorar lo que supondría ponerlo operativo y votar para que el pueblo se pronuncie», propone José Antonio Palacios, concejal del PSOE.
Tomás Corral (PP) | Alcalde de Sojuela
Leopoldo García (PR+) 1 Concejal de Turismo de Haro
Otro caso sangrante es el de la presa de Soto-Terroba, cuya obra se licitó en 2006, finalizó tras 18 millones de euros de inversión en 2020 y aún no solo no se ha puesto en marcha sino que ni siquiera se ha completado el necesario proceso de carga previo. Recientemente, tras haberse sucedido en los gobiernos autonómico y estatal con PP y PSOE, trascendió que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) estimaba que no es posible indicar una fecha de entrada e funcionamiento debido a «carencias y deficiencias». El alcalde de Terroba, José Antonio Íñiguez (PSOE), lamentó cómo años atrás se movilizó por los problemas generados por la presa y nadie le apoyó. «Tenemos lo que nos merecemos», indicó, aunque consideraba las excusas «absurdas y falsas».
Esta no es la única chapuza hidráulica en el valle del Leza. En 2002 se empezó a construir una presa en Laguna de Cameros en la que, entre estudios, obra y vigilancia, se plantearon más de 5 millones de euros, de los que se llegaron a invertir 1,4. La obra se paralizó en varias ocasiones debido a problemas en la cimentación, hasta que se abandonó e indemnizó a la empresa adjudicataria con 339.238 euros. Finalmente, la presa proyectada se reconvirtió en balsa de riego, a la que se destinaron otros 1.136.163 euros.
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Con la previsión de inaugurarlo en 'La Rioja Tierra Abierta' de Haro en 2013 el PP quiso hacer navegable el Ebro. Para ello anunció un catamarán solar que recorrería los meandros y construyó un embarcadero que costó 254.057 euros. El bautizado como 'Barco del Vino' se licitó dos veces y quedó desierto ambas, a pesar de ofrecer 40.000 euros anuales. Una riada en 2015 destruyó la plataforma flotante. Desde entonces el embarcadero, que no se llegó ni a inaugurar, permanece en desuso.
«El tramo que querían que fuera navegable era tan pequeño que no era viable ponerlo en marcha», recuerda Leopoldo García (PR+), concejal de Turismo que calcula el coste total, entre proyecto, construcción y otros gastos, en cerca de 600.000 euros. «Es un proyecto que, sin haberse puesto nunca en marcha, nos sigue costando dinero porque no hay camino público para acceder sino que hay que alquilar un terreno. Hemos intentado mantenerlo y darle otro uso, pero no lo encontramos. Quizá si acogemos un triatlón puede ser el acceso al agua», avanza García.
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La capital riojana no se libra de obras faraónicas que no han servido para casi nada. El caso más rimbombante es el del Centro de la Cultura del Rioja, en cuya construcción se invirtieron 12 millones de euros. El proyecto que nació con el PSOE y el PR+ en el gobierno de Logroño se inauguró en 2011, abrió en 2015 (con una adjudicación por la gestión de cerca de un millón de euros) y el PP lo cerró en 2016 para convocar después una oposición a director del CCR que el actual equipo de Gobierno (PSOE, UP y PR+) invalidó justificando una «cambio de modelo estructural y organizativo».
Después de muchos anuncios sobre su inminente apertura, la realidad es que el CCR lleva cerrado seis años. El Consistorio logroñés ha licitado recientemente los servicios de limpieza y auxiliares de este edificio por casi 3 millones de euros y la seguridad por 288.181,45 hasta 2025, con la previsión de reabrirlo en 2023. Un auténtico pozo sin fondo. «Se están adjudicando contratos para abrirlo cuanto antes», anuncia el equipo de Gobierno.
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Algo parecido sucede con la estación de autobuses de Logroño, la hermana melliza muerta de la de trenes. La obra comenzó en 2017 con una adjudicación de 16,3 millones de euros (incluyendo la cúpula y la ampliación del parque Felipe VI) que recientemente se han incrementado en 217.447 euros en compensación por la ampliación del plazo de ejecución. El plazo inicial concluía en 2018 y un lustro después no solo continúa cerrada sino que la previsión es abrirla, «si todo va bien, para octubre de 2023», después de un modificado del proyecto que supuso 1,5 millones más en 2019 y de quedar desierta en 2022 una primera licitación de la gestión de la infraestructura, ofertada por más de 2 millones de euros.
1. Polígono Industrial Las Cañas de Logroño: Más de 45 millones de euros en 2014.
2. Presa de Soto-Terroba: Más de 18 millones de euros desde 2006.
3. Estación de autobuses de Logroño: Más de 18 millones de euros desde 2017.
4. Centro de la Cultura del Rioja de Logroño: Más de 13 millones de euros desde 2011.
5. Polideportivo de Sojuela: Cerca de 4 millones de euros desde 2006.
6. Cementerio de Entrena: Cerca de 1 millón de euros desde 2011.
7. Barco del Vino de Haro: Sobre los 600.000 euros desde 2012.
También cabe señalar las optimistas ampliaciones de polígonos industriales como Las Cañas y La Portalada de Logroño, El Recuenco de Calahorra y La Senda de Alfaro. El Ayuntamiento logroñés recibió Las Cañas en 2014 y en sus 868.000 metros cuadrados de suelo industrial solo hay instaladas dos empresas. Lo inauguraron Cuca Gamarra y Pedro Sanz (PP) presumiendo de una monstruosa inversión de más de 45 millones de euros, con grandilocuentes enumeraciones: como 180 campos de fútbol, 33 kilómetros de aceras, otros tantos en tuberías, 600 farolas... Tal es la situación de abandono que en 2021 se calculó que la inversión para rehabilitarlo sería de 4,6 millones de euros. Lo más destacado que se ha hecho allí son carreras de coches ilegales.
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Recientemente el Consistorio logroñés puso a la venta nueve parcelas municipales por valor de 3,4 millones pero solo se han presentado ofertas por dos, por las que no llegaría ingresar ni 473.000 euros. «Se trata de un parque industrial grande, moderno y con las mejores comunicaciones, que va a ser clave en la recuperación económica de la ciudad», declaró el entonces edil popular de Desarrollo Urbano.
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