Secciones
Servicios
Destacamos
Doctor en Química por la UR desde 2001, con estancias posdoctorales en la Universidad de Copenhague y en el CSIC, profesor visitante de la Universidad de Cambridge, catedrático por la Universidad de La Rioja desde este año... Francisco Corzana López, un riojano de Medrano -aunque ... en su DNI figura Logroño, 1974–, es una de esas mentes privilegiadas que la naturaleza regala a la ciencia. Investigador en la UR desde que llegó en 2005 con un contrato Ramón y Cajal, su prestigio, tanto en su tierra como en el exterior, sigue al alza. Lo saben muy bien sus propios colegas, que le acaban de notificar que a primeros de octubre le harán entrega, en la Universidad de Oviedo, del galardón más preciado en el ramo: la Medalla José Barluenga. Un honor para un hombre amante de su familia, de su esposa, de su hijo y de sus padres y hermanos, amigo de sus amigos, pero un apasionado de la docencia y de la investigación. Feliz en su laboratorio, se sonroja ante el más mínimo halago y enseguida desvía la conversación hacia sus sueños y su trabajo, centrado desde hace años en avanzar en la lucha contra el cáncer y lograr que el sufrimiento se transforme en esperanza. En curación.
– Un premio de prestigio para una persona aún joven. ¿Qué supone este reconocimiento?
– Hombre, muy joven ya tampoco, jajajaja, pero bueno suelen llegar más tarde. Para mí ha sido un honor, porque es un premio a una trayectoria profesional, pero no es solo mío, sino también de mi grupo de investigación de Química Biológica de la Universidad de La Rioja. Es un premio inesperado y que cualquier químico orgánico español joven sueña con tener, porque para nosotros José Barluenga es un referente, ya que fue un pionero de la investigación química y con un gran prestigio mundial.
– ¿Le da envidia lo que ve y oye en otras universidades y centros de investigación?
– A nivel de lo que son conceptos de investigación no hay tantas diferencias, nosotros podemos investigar igual que se investiga en las universidades de gran prestigio, la gran diferencia está, sobre todo, en los medios y en la dotación económica. Lógicamente, si tienes medios cada vez más modernos y más potentes, va a ser más fácil competir y obtener financiación. Aquí el principal inconveniente no en la UR ni en La Rioja en particular sino en España en general, es que en la ciencia hay muy poco dinero destinado a la investigación.
– La pandemia puso a los investigadores en el foco. ¿No ha cambiado nada?
– La pandemia sí logró que la sociedad sea más consciente de la importancia de la investigación, sin embargo yo creo que nos estamos olvidando de forma rápida, igual que nos olvidamos las mascarillas. Cada año se intenta que haya más fondos, pero nunca es suficiente y, especialmente si nos comparamos con otros países, estamos a niveles muy bajos. Sin embargo, hay muy buenos investigadores en España, y cuando salimos al extranjero tenemos fama de muy buenos trabajadores, de ser muy responsables y, además, de que tenemos muy buena formación.
– Formado en La Rioja, también fuera, usted ha podido encadenar ya casi veinte años de investigación en la UR. ¿Se siente un privilegiado? Fácil no es, ¿no?
– No, no es fácil. La carrera investigadora en España es muy dura y muy complicada. Yo, de hecho, conseguí la plaza de titular de la universidad en el año 2017, con 43 años ya; la estabilización es más tarde de los 40 años, con lo que es una carrera con un montón de incertidumbres y eso, al final, va pesando en la persona. Y yo de hecho he tenido suerte, vine en el 2005 con un contrato Ramón y Cajal, que estaba dotado económicamente, y estuve cinco años; después conseguí también un contrato de doctor que he ido encadenando y al final, catedrático. Yo no he parado de tener una seguridad, pero suele ser así.
– ¿Le ha tentado alguna vez dejar La Rioja? ¿Se arrepiente de haberse quedado en una comunidad pequeña?
– No me arrepiento en absoluto de haberme quedado aquí. A día de hoy contamos con unas infraestructuras, y cuando no las tenemos se puede suplir con colaboraciones con otros científicos, que son importantísimas en investigación, además de necesarias, porque la investigación hoy en día es multidisciplinar. Supliendo las carencias que hay siempre en España, yo estoy muy contento de estar en mi tierra y en la Universidad de La Rioja.
– Con las nuevas tecnologías, ¿la única traba es el dinero?
– La única traba sigue siendo el dinero, efectivamente. Hoy en día es mucho más fácil viajar y enviar estudiantes a otros centros o que vengan aquí colaboradores, yo tengo reuniones semanales por videoconferencia con investigadores que están en otros países... Han cambiado mucho las cosas a mejor, pero no podemos dejar de reivindicar que se deberían destinar más medios económicos.
– ¿Docencia o investigación?
– Las dos, creo que son dos pilares claves. El ser un buen investigador te permite tener un punto de vista distinto y aportar nuevas ideas y savia nueva a la docencia. En mi caso particular me gustan las dos y disfruto haciendo ciencia pero también enseñando a los alumnos.
– ¿Qué virtudes necesita un investigador? Suelen ser años de trabajo para, muchas veces, lograr pequeños avances, en el mejor de los casos.
– Hace falta mucha paciencia porque, efectivamente, una investigación, para que dé sus frutos, precisa de muchos años, pero también hace falta ser muy curioso y estar muy al día en lo que se está investigando, ver nuevas posibilidades, nuevas rutas, huecos que no están cubiertos en la investigación y dónde podemos ser útiles. Paciencia y sobre todo curiosidad, que es la que motiva mucho al investigador.
– ¿Cuántas horas a la semana dedica a la investigación?
– Todas, muchas horas. Intentas combinar tu labor con la familia y tus amigos, pero intentas echar todo el tiempo que puedes aquí, porque encima, de alguna forma, lo consideras como un 'hobby' más que como un trabajo. En mi caso, tanto con la docencia como con la investigación disfruto.
– ¿Qué han conseguido, usted y su departamento de la UR, en estas dos décadas largas de trabajo?
– En nuestro caso particular hemos conseguido pasar de una ciencia muy básica, síntesis de pequeñas moléculas, a una ciencia mucho más aplicada, por ejemplo la contribución que la Química puede tener frente al cáncer. Hemos diseñado varias vacunas contra el cáncer que funcionan muy bien en ratones, aunque, claro, no hemos pasado de ese nivel; y actualmente estamos trabajando también en sistemas de detección temprana de tumores, tanto del Plan Estatal de Investigación como europeos. También otro, el proyecto Innova 2023, de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) para desarrollar sistemas de detección temprana de tumores en particular de páncreas y de próstata. Respecto al campo del diseño de vacunas, tenemos aparte financiación nacional y europea, con dos proyectos -Dirnano e ITN-ProteinConjugates- hemos tenido un proyecto japonés, de la Mizutani Foundation for Glycoscience, para el desarrollo de una vacuna basada en nanomateriales derivados de carbono. Serían vacunas para cáncer en general, pero terapéuticas. No son vacunas para prevenir la enfermedad, sino que una vez detectado el cáncer inocular esas vacunas diseñadas para entrenar al sistema inmunitario del paciente para que pueda ser capaz de destruir de forma selectiva las células tumorales. Eso se ha probado ya en ratones, colaboramos con el Cibir, y funciona perfectamente. Hemos patentado una vacuna y también un sistema para detección de cáncer de páncreas mediante un biosensor.
– ¿Hay más confianza en los avances en el diagnostico precoz, que es clave, o incluso en la curación del cáncer?
– Yo creo que los avances van parejos, en los dos sentidos. A raíz de las vacunas contra el covid, se están diseñando nuevas vacunas también de ARN mensajero con las que se supone que dentro de un tiempo podamos combatir también el cáncer. A nivel de detección también se está avanzando muchísimo.
– Hablar de plazos es imposible, ¿no?
– Sí, es imposible. Falta tiempo, pero digamos que, de momento, vamos en la buena dirección para ambas cosas, para la detección temprana y la futura curación del cáncer. Vamos en el buen camino, cada vez sabemos más. Afortunadamente, hay más grupos de investigación trabajando y cada año se pone un granito de arena y se sube un nuevo peldaño. Vamos bien, pero falta tiempo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.