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La doctora logroñesa Matilde de las Rivas, investigadora en el Instituto de Biocomputación de la Universidad de Zaragoza, ha sido galardonada con el premio José Tormo, otorgado por la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM). Una distinción que dota con mil euros al ... investigador joven (menor de 33 años) autor del mejor artículo de biología estructural publicado por la prestigiosa revista ACS Central Sciences.
(Para los profanos) ¿Cual ha sido su aportación en la publicación premiada?
-Grosso modo, nuestro estudio se centra en una familia de proteínas presente en el cuerpo humano, que es la encargada de añadir azúcares a otras proteínas localizadas en las paredes de las células de la gran mayoría de las mucosas de nuestro organismo. Este mecanismo (la presencia o ausencia de azúcares en esas paredes) es una de las principales vías de comunicación entre células, y cuando se desregula, afecta directamente a la capacidad de crecimiento y división de las mismas. Así, por ejemplo, en procesos de metástasis aparecen azúcares distintos a los que aparecen en condiciones no patológicas, y el estudio de los mismos es fundamental para caracterizar estas enfermedades y, posteriormente, diseñar vacunas, inhibidores y técnicas de detección precoz. En el trabajo que se recoge en la publicación premiada se ha caracterizado por primera vez el mecanismo de adición de azúcares de 'corto alcance' o glicosilación cercana, que es el que tiene lugar de forma más abundante en las células y del que hasta ahora no se conocían las bases.
-¿Quiénes van a ser los principales beneficiarios?
-La comprensión de las bases moleculares y de los mecanismos a través de los cuales funcionan este tipo de proteínas es el primer paso hacia el diseño de posibles vacunas y tratamientos para un gran número de cánceres y procesos metastásicos. De igual modo, hay también un número importante de enfermedades de otra índole que se han vinculado directamente con el mal funcionamiento de estas proteínas, como son la osteoporosis tumoral, procesos de desregulación metabólica y el alzheimer. Conocer cómo funcionan en el organismo y entender por qué a veces no lo hacen de forma idónea beneficia directamente a todos los pacientes potenciales que, en un futuro próximo, puedan tener este tipo de problemas de salud.
-¿Hay pocos estudios hasta la fecha?
-Son muchos y muy destacados los laboratorios que, a nivel internacional (EEUU, Dinamarca, Tokyo, Portugal, UK...), llevan años centrando sus estudios en este tipo de proteínas y algunas muy relacionadas. Sin embargo, la ciencia básica implica un gran esfuerzo a nivel de tiempo y de coste, y los resultados óptimos no siempre se obtienen todo lo rápido que se desearía. Surgen muchos estudios nuevos cada año y todos ellos van complementándose y añadiendo conocimiento, con el objetivo común y último de comprender mejor las bases de nuestro organismo y poder combatir las enfermedades que le afectan.
-¿Sus resultados son aplicables a la curación del cáncer?
-Sin este tipo de resultados, sin la comprensión basal de cómo funciona el cuerpo humano y sus componentes, a estas alturas no existirían ninguna de las técnicas ni medicamentos que hoy en día se usan y permiten alargar el tiempo y calidad de vida de tantísimos pacientes. Es importante que la sociedad se conciencie de la importancia tan enorme que tiene la ciencia básica y de cómo sin ella no habría avances médicos ni terapéuticos de ningún tipo. Así que sí, claro que son aplicables, si bien hay que entender que no de forma inmediatamente directa, pero sí totalmente esencial.
-¿Qué importancia tiene la revista ACS Central Sciences?
´ACS Central Sciences es una revista estadounidense con un índice de impacto muy elevado (según el Journal of Citation Reports, 11.228), que sólo publica artículos que han superado con éxito una serie de procesos de revisión tremendamente exigentes, llevados a cabo por expertos a nivel mundial en el tema. Para que alguien ajeno se pueda hacer idea, el tiempo que hemos tardado en realizar el trabajo experimental que hay detrás de este artículo ha sido de más de dos años y medio, y el proceso de publicación, desde que se mandó a la revista por primera vez hasta que salió publicado, de cerca de 8 meses.
-Desde su perspectiva, ¿estamos cerca de la curación del cáncer?
Personalmente y hasta donde he podido conocer y estudiar, el término 'cáncer' engloba una abrumadora inmensidad de enfermedades con muchos puntos en común pero con una infinita variedad de matices y diferencias. Está en continuo desarrollo, y aún nos queda mucho por conocer y por avanzar hasta que se pueda hablar de una «curación» total del mismo. No obstante, todos los días se avanza y todos los días estamos más cerca de entenderlo del todo y, en consecuencia, desarrollar técnicas más precisas para combatirlo, detectarlo y paliarlo. El esfuerzo del conjunto de la comunidad científica y médica es enorme, y es importante que todos seamos conscientes de que, sin el apoyo y el reconocimiento común, no sería posible avanzar en esta lucha contra ese verdadero enemigo común que, de una forma u otra, lamentablemente nos afecta a todos a lo largo de la vida.
-En la actualidad, ¿dónde desarrolla su labor investigadora?
-Hace medio año defendí la tesis doctoral en la Universidad de Zaragoza, en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI), bajo la dirección del investigador aragonés Ramón Hurtado Guerrero. Actualmente mi actividad investigadora sigue desarrollándose ahí, si bien hemos estado siempre y seguimos estando en colaboración directa con el Departamento de Química Orgánica de la Universidad de La Rioja, al igual que con otros laboratorios internacionales situados en Oxford, Ohio y Dinamarca, entre otros lugares.
-Como parte del galardón, ha sido invitada este mes a hacer una exposición en julio en Madrid. ¿Qué relevancia tiene esta intervención?
-Daré una conferencia de media hora sobre el contenido del artículo premiado dentro del 42º Congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, que se realiza en Madrid del 16 al 19 de Julio de este año. Este congreso tiene una gran relevancia a nivel internacional, y a él acuden numerosos expertos en las distintas áreas de la Bioquímica, así como investigadores de todas las partes del mundo. Mi conferencia, en concreto, tendrá lugar dentro del simposio del grupo de estructura y función de proteínas, dirigido por el primer ganador de este galardón, el Dr. Fernández-Tornero.
-¿Cómo le surgió el interés por la bioquímica y biología? ¿Ejercieron alguna influencia los profesores del colegio?
Estudié en Logroño hasta 2011, tanto en los tiempos de colegio e instituto (finalicé la ESO en el Colegio Compañía de María y cursé el Bachillerato Internacional en el IES Sagasta) como de mi primera licenciatura (me licencié en Química por la Universidad de La Rioja en el año 2011). Acabada esta carrera me fui a Zaragoza a estudiar la Licenciatura de Bioquímica, que por aquel entonces era aún de segundo ciclo, y ya continué con el Máster de Investigación en Bioquímica y Biología MOlecular y el posterior Doctorado. Lo cierto es que, a pesar de las apariencias, vengo de una familia de tradición profundamente literata y siempre me he considerado una persona con más facilidad para las letras que para las ciencias. Pero supongo que el afán de superación y el placer por descubrir (o intentarlo, al menos) qué es lo que hay detrás de lo que vemos, sumado a que «en casa del herrero, cuchara de palo» y a unos grandes profesores de Biología y Química tanto en el Colegio como en el Bachillerato, me acabaron llevando por el camino de la Química y su rama más biológica.
-¿Cuáles son tus retos y perspectivas futuras?
Personalmente, y pese a que la investigación es un mundo que me apasiona y en el que no se deja nunca de aprender, mi verdadera vocación es ser docente. La importancia de transmitir a las generaciones venideras no sólo el conocimiento sino el respeto por la importancia de la ciencia y su estudio sienta, a mi entender, las bases de una sociedad en verdadero desarrollo, como creo que todos queremos que sea la nuestra. No dejaré la ciencia de lado, porque ha pasado a ser algo intrínseco a mi vida y porque me ha costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí, pero tengo claro que mi perspectiva se orienta más a la difusión y transmisión de la misma que al plano más puramente experimental. Premios como el José Tormo son idóneos para impulsar a investigadores jóvenes como yo a defender con orgullo trabajos de elevadísima calidad científica que, ya sea por su dificultad o por simple falta de difusión, pasan a veces inadvertidos por la gran mayoría de la población, o incluso de los que nos rodean.
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