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Apenas un centímetro de nieve presentaban ayer las pistas de la estación de Valdezcaray. Tres grados marcaba el termómetro. Aún así, a eso de las doce y media, ocho coches aparcaban en el entorno del edificio de recepción y el clausurado telesilla, y otros tantos en el parking grande. Así, sus ocupantes se daban un paseíto. Algunos, con pantalón de monte, otros con vaqueros y 'playeras' pese a que el suelo estaba cubierto y el quitanieves hacía su labor en los tramos congelados de la carretera. Sí, alguna familia se llevó el trineo. Los peques tienen tantas ganas... Pero aún no puede ser.
Las temperaturas, hasta ahora, no han sido lo suficientemente bajas como para usar los cañones. Y las previsiones de tiempo estable anticiclónico para estos próximos días tampoco auguran una apertura inmediata. Si esta situación se prolonga hasta fin de mes, se valorará levantar la persiana para uso turístico, cuenta el gerente de la estación, Gonzalo Morrás.
De las últimas cinco temporadas, solo en una, la de 2017/ 2018, la estación pudo usarse para esquiar en el puente de la Inmaculada. Las otras cuatro campañas, ni en la Inmaculada ni en Navidad.
Los diez años anteriores fueron distintos. En todos ellos se pudieron practicar los deportes de la nieve en las vacaciones navideñas. El año pasado, de hecho, Valdezcaray quedó abierto el 19 de enero y se cerró el 18 de abril. Fue una campaña corta, de 90 días, pero que logró cumplir, dado el buen tiempo, todas las expectativas sociales, en cuanto a cursos, grupos... y finalmente llevó a las laderas del San Lorenzo a 105.000 visitantes, recuerda Morrás, quien señala que la situación de la estación tiene un impacto directo en la localidad, tanto en el empleo, como en la ocupación hostelera. «Si no hay nieve, hay menos gente, sobre todo en diciembre y enero».
Valdezcaray tiene, un fin de semana de nieve, entre fijos y eventuales, con la escuela de nieve, la hostelería, la tienda, la ludoteca... en torno a los 140 empleados, buena parte de los cuales esperan ahora su turno. Entre semana son menos, pero superan el medio centenar. Más de un vecino de Ezcaray compagina otras actividades con las que pueda realizar en la estación.
En la localidad, además de en el empleo, se nota en la misma ocupación de sus alojamientos, tanto hosteleros como pisos y casas que son segundas residencias.
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El alcalde del municipio, Gonzalo Abajo Monge, calcula que, si la población habitual de Ezcaray ronda los 2.100 vecinos de lunes a jueves, un fin de semana de los que se puede esquiar se llega a los 5.000 y ya, si es puente, del estilo del de la Constitución, la cifra puede estirarse hasta los 10.000 residentes ocasionales.
En cualquier caso, esta Navidad, que él mismo esperaba más floja, no ha estado mal de afluencia de visitantes. Y ello a cuenta del buen tiempo, opina. La niebla, que se asentó en el Valle del Oja todos esos días, se quedó en la vecina Ojacastro y propició días de lo más agradables en Ezcaray que quienes acudieron pudieron y supieron apreciar.
Hay fechas en las que el primer municipio turístico de La Rioja se llena con nieve o sin ella, pero en diciembre y enero su ocupación sí está ligada a la actividad de Valdezcaray, que mantiene estos días el cartel de 'cerrado'. Después, desde febrero, el turismo más convencional vuelve a coger aire en una localidad como Ezcaray que ya tiene un atractivo irresistible por sí misma.
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Estíbaliz Espinosa | Logroño
Carmen Nevot | Logroño
Cristina Cándido y Álex Sánchez
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