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La actividad exportadora de las empresas riojanas siempre arroja luz en los análisis económicos que se hacen sobre la situación de la comunidad autónoma. Dentro ... de un escenario de incertidumbres, la internacionalización aporta certezas y ya nadie duda de la necesidad de salir al extranjero para vender los productos 'made in La Rioja'. El tejido empresarial hace tiempo que recogió el guante y cada vez son más las misiones comerciales más allá de los Pirineos para vender desde vino y todo tipo de alimentos hasta calzado, productos químicos, manufacturas de aluminio y otros metales o incluso estaño, que en los nueve primeros meses de este año se ha exportado por valor de únicamente 110 euros.
Hasta septiembre, las empresas han vendido fuera de España por un total de 1.794,23 millones de euros, un dato que mejora en 36 millones el registro del periodo enero-septiembre del pasado ejercicio, con lo que es fácil aventurar que las exportaciones riojanas se encaminan hacia un nuevo récord al cierre de 2024. En 2023 la cifra final fue de 2.313 millones y para llegar a ese volumen a la actividad internacionalizadora le faltan 519 millones, un reto al alcance del sector económico teniendo en cuenta que en el último trimestre las ventas de muchos productos se elevan de forma considerable.
Es el caso de todo lo relacionado con la industria alimentaria –que incluye también el vino– y que es, precisamente, quien está ejerciendo de locomotora de la exportación. Según los datos publicados por el Instituto de Estadística de La Rioja, el 30% de la comercialización en el extranjero –540,37 millones de euros– procede de esos productos que incluyen bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre; preparados de legumbres, hortalizas, cereales, carne o pescado; y también azúcares y artículos de confitería o cacaos y sus preparados.
Si se suman también las ventas de carne, pescado, crustáceos, moluscos, leche, animales vivos, productos vegetales, café, cereales, semillas, grasas o aceites, el porcentaje se eleva por encima del 35% y la cifra asciende a 631,8 millones de euros.
Alinar, la asociación de industrias agroalimentarias de Navarra, La Rioja y Aragón, representa a las principales empresas conserveras y de champiñón de nuestra comunidad. Su director general, el riojano Diego Galilea, sostiene que «desde el punto de vista de generación de riqueza y empleo y de aportación al Producto Interior Bruto (PIB) somos un sector importante y se aprecia en las exportaciones. Están siendo, además, muy importantes en los últimos años porque desde la pandemia el consumo interno está tardando más en recuperarse».
Los metales comunes y sus manufacturas (aluminio, fundición de hierro o acero, herramientas...) que se producen en La Rioja también tienen salida fuera de España y contribuyen de manera importante a la balanza exportadora de la región, en más de un 18%. El calzado, los componentes para la aeronáutica y la automoción, los productos para la industria química o el caucho y las materias plásticas son otros sectores relevantes y que entre todos tienen, prácticamente, el mismo peso que la industria alimentaria, en torno al 30%.
Para todos ellos, el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, un cliente tradicionalmente bueno para las empresas riojanas –el quinto país que más productos compró el año pasado por detrás de Francia, Portugal, Alemania y Reino Unido–, es motivo de preocupación por la más que posible vuelta a las políticas proteccionistas con aranceles a lo que llegue de fuera. «Supondrá un impacto en el comercio mundial», aventuran algunos empresarios.
Europa sigue siendo el principal destino de nuestras exportaciones. Hasta septiembre ha aglutinado casi el 80% de esas ventas fuera de la geografía nacional, con un valor superior a los 1.430 millones de euros, y un tercio procede del sector agroalimentario. «Francia, Alemania e Italia son clientes importantes», reconoce Galilea, que recuerda que con el 'Brexit' las ventas al Reino Unido se resintieron. En cambio, «en Sudamérica hay un margen de crecimiento considerable», apunta.
Diego Galilea
Director general de Alinar (Asoc. de industrias alimentarias)
Belinda León
Consejera de Economía
En este sentido, el continente americano figura como el segundo mejor mercado, después del europeo, con 194,27 millones, y por delante de África (91,61 millones) y Asia (69,64 millones). Las empresas riojanas siguen abriendo mercados «y nosotros, como Gobierno, tenemos que seguir apoyándolas. Nuestro tejido productivo, con su clara vocación exportadora y su apuesta por la internacionalización, está teniendo mucho éxito y es el responsable del buen dato de la tasa de cobertura –la diferencia entre las exportaciones y las importaciones–», sostiene la consejera de Economía del Ejecutivo regional, Belinda León.
Ese dato en nuestra comunidad arroja un superávit de 482,45 millones de euros –el año pasado hasta septiembre esa cifra era de 426,85 millones– y la tasa de cobertura se eleva hasta el 137,5%, «muy por encima del 90,6% de la media nacional. Por lo tanto, la economía de La Rioja sigue una tendencia superior a la española», incide León.
La Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja destina 1,4 millones a la nueva convocatoria del Programa Estratégico de Comercio Exterior, «vigente hasta el 13 de diciembre y que puede subvencionar la participación en ferias y misiones comerciales o la contratación de personal cualificado en comercio exterior», concluye la consejera.
Mientras las exportaciones riojanas van a ritmo de récord, la inversión extranjera en nuestra comunidad camina al ralentí en el primer semestre del año. El capital foráneo que ha llegado entre enero y junio se reduce a poco más de 2,5 millones de euros, aunque la cifra es tres veces mayor a la registrada en el mismo periodo de 2023 (753.840 euros), según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio.
En 2022 la inversión en la primera parte del ejercicio superó los 5,2 millones pero se disparó después hasta cerrar el año con 178 millones pero fue por el desembarco del fondo Carlyle en el accionariado de la empresa Garnica; no fue, por tanto, una inversión productiva sino un movimiento de capital. Mientras que en 2018, cuando se registró la mayor inversión (188 millones de euros), el primer semestre se cerró con 1,75 millones.
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