Parlamento de La Rioja. Sonia Tercero

Expertos en demoliciones

Jorge Alacid

Logroño

Jueves, 4 de junio 2020, 12:46

Como siempre, lo mejor estaba ahí afuera. Atravesar los muros del Parlamento significa toparse con la realidad en diferido, de manera que los plenos prestan al contribuyente el mismo servicio que a los telespectadores esa antigualla con que comenzaba la última entrega de su serie ... favorita:«En el capítulo anterior...».

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En el capítulo anterior, vimos al incorregible presidente del Legislativo ejerciendo de bloguero como suele, perverso hábito que encuentra una peligrosa condescendencia entre la dirección de su propio partido, a la que se atreve a criticar cuando deja de ser don Jesús María para reencontrarse con Jesusmari, su antiguo yo. En el capítulo anterior vimos las protestas de la enseñanza concertada, que en la sesión de hoy apenas alteraron el pulso de la presidenta, a quien todo le parece estupendo. Magnífico. Y en el capítulo anterior asistimos al aterrizaje crítico en el Consejo de Gobierno de los convenios firmados entre José Ignacio Ceniceros y Carlos Cuevas, cuando el Palacete se convirtió en una terminal de los apoyos que permitieron al primero ganar el congreso del PP. Aquel éxito transformado en derrota.

En el capítulo anterior también se observó al PSOE en plan temerario, colocando a su diputada (y directora general) Nuria del Río al frente de la comisión que se ocupará de gestionar la crisis del virus. Una peculiar decisión afeada con alguna razón desde el PP, cuya sensibilidad con la separación de poderes ha renacido desde que ocupa los bancos de la oposición. Que ejerce por cierto de manera perfeccionable, como también se pudo concluir en capítulos anteriores.

Véase el contraste de hoy, entre el discurso del portavoz del PP y la intervención del portavoz de Ciudadanos. Una agresividad exagerada en el primer caso, una propuesta más constructiva en el segundo, sin que Pablo Baena haya desaprovechado sin embargo la ocasión para criticar lo que a su juicio mereciera algún reproche en la acción delGobierno. Sobre todo, por las malas compañías que rodean a Concha Andreu. Quien, por cierto, ha recobrado el ánimo enérgico propio de los primeros días de su mandato, que parecen tan lejanos. Tal vez porque se ha puesto la obligación de contribuir a mejorar el clima que preside esa comisión donde su gestión será examinada por sus señorías, cuya primera medida consistió en elaborar una lista de expertos convocados a declarar que recuerda al tablón de anuncios del Gobierno Militar cuando se llamaba a filas a los mozos de reemplazo.

No eres nadie en La Rioja si ningún grupo ha pensado en ti como titular o suplente de ese selecto sanedrín de especialistas, encargados de orientar la estrategia de reconstrucción regional. Una buena idea. Porque los expertos en demoliciones ya están en nómina del Parlamento, un contrapeso pomposo y grandilocuente frente a la vida cotidiana, tan prosaica y anodina. Por el contrario, no hay pleno donde no se pronuncie la palabra histórico o revolucionario: hoy, a cuenta del Ingreso Mínimo Vital. Histórico y revolucionario. Aunque no tanto como la fallida autopista a Ajamil.

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