Carlos San Juan, médico jubilado, puso hace unos meses la voz a un problema que acabó llamándose exclusión financiera y que, en la práctica, hace referencia a las dificultades de los mayores para manejarse en los bancos. Con horarios de atención personal cada vez más ... restringidos, cajeros más complejos, comisiones casi por cualquier operación... la posibilidad de acceder u operar con su propio dinero, aunque la sucursal estuviera a la vuelta de la esquina, se alejaba cada vez más. La protesta de Carlos se viralizó, las entidades tomaron cartas en el asunto y la mayoría se adaptó a los nuevos tiempos pero sin perder de vista a un colectivo con un importante peso social y, sin duda, también económico.
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Pero la historia se repite y si la digitalización, que se ha extendido prácticamente a todos los ámbitos de la vida, era un problema en el trato con los bancos, también lo es a la hora de rendir cuentas con el fisco. Así lo constata el número cada vez más elevado de personas que superan los 65 años y que acuden a la gestoría para que les solventen el trance anual de la declaración de la Renta.
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Ana Rubio Morales, vicepresidenta del Colegio oficial de Gestores Administrativos de La Rioja y Aragón, que acaba de difundir el V informe sobre la campaña de la Renta, es consciente del camino empedrado que para muchos mayores supone rendir cuentas con Hacienda aunque no afecta a todos por igual. De 65 a 75 años, solo el 12,5% de las personas que están en esta franja de edad podría realizar la declaración con los medios cada vez más telemáticos y vinculados a procedimientos y herramientas tecnológicas que ofrece la administración, es decir, algo más del 87% tiene que recurrir a terceros, ya sean hijos, sobrinos, hermanos o amigos o una gestoría para que les resuelvan la papeleta. A partir de los 75 la situación se agrava y prácticamente la totalidad, sostiene Rubio, es incapaz de hacerla por sí mismo. El motivo es claro: «Muchos de ellos ni siquiera tienen internet», apunta.
Es cierto que cuentan con la posibilidad de llamar por teléfono bien para que les asesoren o para que puedan presentar por esta vía su borrador de declaración, pero «no se fían porque no ven con quien están hablando y llamar para que te hagan el trámite sin ver a la persona es complicado para ellos», abunda.
A ello se suma que la atención presencial «es tardía». «La gente mayor suele ser impaciente, quiere tener las cosas el 1 de abril y no llevan bien tener que esperar hasta junio para que les atiendan, se lo quieren quitar de encima cuanto antes», señala. Este es solo un trámite más en el que los mayores se ven apartados y en el que la brecha digital es cada vez más amplia. «Cualquier tema que tenga que ver con internet, o se lo hacen sus hijos o sus nietos, pero ellos, por lo general, son incapaces de hacer nada por la Red». Ni siquiera, señala, gestiones a priori sencillas como modificar la dirección en algún documento oficial por cambio de domicilio. Son cuestiones por las que cada vez más recurren a gestorías. «Si quieren ser atendidos presencialmente antes tienen que pedir cita previa, luego ir de ventanilla en ventanilla y muchos no están interesados, quieren quitarse cuanto antes los trámites y al año siguiente ya veremos cómo lo solvento».
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La solución, a su juicio, pasa por la protección a estos colectivos por parte de la sociedad en general y de la administración en particular; pero no solo con los mayores, sino también con los discapacitados. «Tenemos que estar 100% con ellos» porque «a muchos les estamos exigiendo cosas que son imposibles». Entiende que debería haber mucha más asistencia e incluso, en el caso de Hacienda, una línea de atención personal exclusiva para gente mayor, independientemente de la habilitada para el resto de contribuyentes.
Mientras los mayores tienen que recurrir a terceros, otros contribuyentes se manejan ya con soltura con las criptomonedas. De hecho, los gestores administrativos encuestados para elaborar el V informe sobre la campaña de la Renta afirman que han notado un incremento de clientes que han incluido este tipo de activos digitales en la declaración de este año. No obstante, el porcentaje todavía es pequeño, por debajo del 5%, e incluso en algunas gestorías es aún inexistente.
Otra de las cuestiones que ha despertado gran interés por parte de los contribuyentes y que es una de las novedades más notorias en esta campaña son las deducciones por eficiencia energética. También se expresan dudas sobre las consecuencias de la situación derivada de la pandemia como, por ejemplo, la regularización de los ERTE y el factor de tener más de un pagador o incluso la repercusión en la Renta de una herencia recibida.
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