El crimen que tuvo lugar el pasado 2 de mayo en Cuzcurrita de Río Tirón y que acabó con la vida del hostelero Guillermo Castillo ha conmocionado, tres meses y medio después, dos lugares muy alejados espacialmente, pero vinculados por el horror: el ... logroñés barrio de La Estrella y la localidad de Pradillo.
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En la capital, la sorpresa era mayúscula porque los vecinos de la zona conocen de sobra a A. D. G. D., pero no podían sospechar que su larga trayectoria de delitos, algunos pequeños y otros más notorios, como el reciente atraco a una sucursal bancaria de Varea o el robo a punta de pistola (simulada) del bar Glam de la calle Piqueras en 2019, se podía sumar la participación en un homicidio. «Pero si no tiene ni media hostia. Alguien más tiene que estar en el ajo», indicaba un conocido del detenido. No se equivocaba.
Tampoco los habitantes de la idílica localidad de Pradillo imaginaban, ante el despliegue de la Guardia Civil del miércoles, que estaban asistiendo a la resolución de un homicidio. Podían esperar algún asunto relacionado con drogas, robos... pero no la supuesta participación en un crimen de uno de sus vecinos, de sobra conocido por sus antecedentes, y su pareja, que, según sus allegados, se dejaba llevar por él.
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