La Rioja
Martes, 28 de enero 2025, 12:37
El Juzgado de lo Penal número de Pamplona ha condenado a dos años y 9 meses de prisión al conductor del autobús de La Estellesa que cubría la línea entre Logroño y Pamplona y que el 17 de enero de 2020 protagonizó un accidente mortal en Estella, cobrándose la vida de dos pequeños que viajaban en un coche y dejando herida grave a su madre.
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La sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia de Navarra, califica los hechos como sendos delitos de imprudencia grave con resultado de muerte y de imprudencia. Según la juez, aunque el chófer conocía la ruta, era la primera vez que llevaba el autobús siniestrado y a la entrada de Estella, en vez de frenar, aceleró, lo que provocó que el vehículo se saliese de la calzada. Cuando esto sucedió, se reventó una de las ruedas delanteras y el conductor «utilizó el freno de mano ni ningún otro medio para frenar el vehículo». Esto provocó que el bus acabase impactando con el coche donde viajaba la mujer y sus dos hijos.
Tras esta colisión, el autobús volvió a salirse de la calzada y chocó contra una serie de vehículos y las instalaciones de una gasolinera, además de llevarse por delante a una mujer que sufrió una fractura de tibia y peroné.
En el juicio, celebrado en abril de 2024, la fiscal y las acusaciones particulares solicitaron 3 años y 9 meses de prisión. La defensa, por su parte, reclamó la absolución.
La juez explica en la sentencia que el encausado conducía el autobús de La Estellesa «sin la atención exigible a la vista de que se trataba de un medio del transporte colectivo, y el propio tamaño del vehículo, cuyo impacto es notoriamente superior al de un turismo». «Hay otro dato inesquivable, era el primer día que […] conducía ese concreto autobús, al que no estaba acostumbrado, de modo que resultaba todavía más exigible un mayor y especial cuidado, que no prestó y desencadenó el fatal desenlace», describe la juez.
La sentencia también reitera lo declarado por los agentes de Tráfico de la Guardia Civil en la vista, que explicaron que el vehículo, impulsado también por la pendiente, alcanzó los 61 kilómetros por hora.
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Los informes periciales, subraya la juez, descartan fallo o defecto alguno en el sistema de frenado. Para la magistrada, por tanto, «había modos de parar el autobús, pero el conductor no hizo uso de ellos, no supo afrontar la situación».
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