El martes 14 de julio de 2014, la abogada logroñesa Blanca Clavijo circulaba por una carretera de Paracuellos del Jarama (Madrid) cuando sufrió un ataque ... cardíaco que le hizo perder el control del vehículo que conducía y chocar frontalmente contra otro. Veinticuatro horas después, Clavijo fallecía a causa del impacto.
En el momento de su muerte, la Fiscalía Anticorrupción ya había comenzado a investigar a la Asociación Nacional de Alzheimer Afal Contigo, que dirigía Clavijo, y a su entramado de fundaciones y empresas por una posible estafa a decenas de pacientes, algunos de ellos pertenecientes a la aristocracia madrileña, cuyas cuentas fueron vaciadas para desarrollar los proyectos de AFAL, entre ellos una enorme y moderna residencia en Paracuellos, a pocos kilómetros del lugar donde murió la letrada.
Ahora, más de diez años después de destaparse un escándalo que conmocionó a la alta sociedad, ya hay una sentencia definitiva que absuelve a los dos principales condenados: Jaime Conde, mano derecha de Clavijo, y Rafael Núñez, marido de esta. Los magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, en una largo recurso de 42 páginas enmiendan a la Audiencia de Madrid, absuelven a esos imputados y, sobre todo, señalan a Clavijo como única responsable de una estafa que superó los 8,7 millones de euros.
«La fallecida llevó a cabo las apropiaciones de forma individual a lo largo de un dilatado período de tiempo, de forma paulatina y gradual, apropiaciones que fueron aumentando de manera exponencial hasta llegar a movimientos importantes orientados a su lucro personal y a financiar el proyecto de la residencia Villafal», se puede leer en uno de los párrafos de la sentencia que exonera a su mano derecha.
«Se descarta expresamente que hubiera concierto alguno entre ambos cónyuges en el planeamiento y ejecución del expolio del patrimonio de los tutelados y se declara que fue exclusivamente su esposa quien actuó de forma unilateral, sin necesitar la ayuda de terceros», se indica para justificar la absolución del marido de Blanca Clavijo.
Pero, ¿cómo consiguió Clavijo organizar una estafa tan importante?Los magistrados hablan de «una fuerte personalidad» de la togada, muy buenos contactos con «distintas entidades públicas y con otras fundaciones de peso en el ámbito socionasitario», buenas relaciones «con personas económicamente relevantes» e incluso del beneplácito de una fiscal que «con dejación de funciones y por su amistad con Blanca permitió indebidamente que la Fundación AFAL fuera designada tutora de numerosos incapacitados».
Es en esa tutela de personas con alzheimer donde se asienta una millonaria estafa que se ha saldado sin culpables penales ni responsables civiles.
Desde 2009, Clavijo se había obsesionado con la construcción de un centro de referencia para pacientes y familiares de esta enfermedad. La Fundación Afal era designada como tutora de personas que padecían esa enfermedad, «algunas de ellas titulares de grandes patrimonios de cuya gestión se ocupaba personalmente Blanca».
La letrada lograba la tutela judicial de enfermos, algunos de ellos muy acaudalados, y vaciaba sus cuentas
La abogada se aprovechaba de contar con la autorización para disponer de las cuentas de estas personas y realizaba «transferencias injustificadas y sin autorización» cuyo destinatario eran o bien la Asociación, bien su fundación o empresas vinculadas.
La sentencia desgrana casos muy sonados, como el de una mujer tutelada propietaria de un edificio en la calle Arganzuela, en el corazón de Madrid, vendido por decisión judicial en noviembre de 2013. En apenas un mes, salían de esa cuenta 24 transferencias irregulares con destino a Afal por un importe de 1,15 millones de euros. La directora de Afal también logró que se ordenase la venta de otras dos edificios de la rica octogenaria que tutelaba por valor de más de 4 millones de euros.
Casos similares
Lo mismo sucedió con otro millonario tutelado, cuyas cuentas vació Blanca con un chorreo de transferencias a las cuentas de la Asociación AFALContigo de mercantiles vinculadas e, incluso, a la constructora FCC, que percibió más de dos millones de euros directamente del patrimonio de este anciano para pagar las obras que llevaba a cabo en Villafal. El montante de lo estafado a este enfermo y su familia superó los 5,5 millones de euros. Pero no fueron los únicos.
Otra 'protegida' por AFAL vio desvanecerse 579.000 euros, una perdió 356.000, otra 292.000, una más 33.000... Un dinero que se diluyó entre cuentas y un megalómano proyecto sin acabar que sigue provocando roces en Paracuellos del Jarama, que trata de buscar salida a Villafal, propiedad desde que fue embargada en 2016 ha sido continuamente vandalizada y saqueada. Su puesta en marcha con otro nombre y función será el punto y final a una estafa cuya única culpable, según el Supremo, falleció antes de poder ser juzgada.
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