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Cuando a las 11 de la mañana de hoy sus señorías tomen asiento en el Parlamento de La Rioja, restarán 262 días para las elecciones autonómicas del 2019. Nada de cuanto sucede en la vida política riojana escapa de esa sensación de vísperas preelectorales que ... también capitaliza los preámbulos del Debate sobre el estado de la región que albergarán los muros del exconvento de La Merced. Será la tercera vez en que José Ignacio Ceniceros se presente al escrutinio de sus pares. Será también la última de esta legislatura. Esta legislatura tan rara.
Rara porque se inició bajo la novedosa estampa de un Gobierno del PP pactando su supervivencia con otra formación política, Ciudadanos. Cuyo portavoz Diego Ubis persistió ayer en el tono acre que distingue su actual relación con el Ejecutivo al que apoya. El Ejecutivo que tanto le debe, que ahora le ningunea, como se quejaba el dirigente naranja. «Cada año comenzábamos con una reunión de los grupos parlamentarios con el Gobierno para marcar la agenda», explicaba, «pero este año no ha sido así». De ahí que Ubis reiterase su negativa a mantener su respaldo al PP en la negociación del Presupuesto y que exigiera de Ceniceros un itinerario para lo que resta de mandato basado en educación y empleo. De paso, le recordó su compromiso de eliminar los aforamientos.
El tiempo que llega dirá si se trata de una riña entre viejos enamorados. O si Ciudadanos se limita a tomar posición de cara a la campaña electoral. Lo cual no parecería extraño, puesto que otros actores implicados, como el PSOE, no dudan en reconocer que el pleno de hoy no es un pleno cualquiera. Concha Andreu, su portavoz, señaló su intención de «hacer crítica constructiva» hacia Ceniceros y su equipo, «pero nuestra obligación es ser también alternativa». «Debemos evaluar al Gobierno mientras explicamos nuestro proyecto», señaló, consciente de que llegan días en efecto preelectorales: «Los pequeños quieren crecer y no se van a poner a la sombra de los grandes».
Entre esos pequeños se sitúa Podemos, cuyo portavoz Germán Cantabrana se mostró tan escéptico como Andreu respecto a posibles «anuncios publicitarios» que Ceniceros se reserve para el debate, toda vez que observa que las políticas anunciadas en precedentes similares «no funcionan». Opinión que no comparte desde luego el presidente. Ayer, en declaraciones a este periódico, se mostró «moderadamente satisfecho» con el balance de sus tres años de mandato, cuyos méritos achaca «al conjunto de la sociedad riojana». «No quiero atribuirme todos los logros», señaló, en referencia a los acuerdos parlamentarios alcanzados este año, de los que presumió. «Tenemos como objetivo un crecimiento integrador y sostenible», advirtió.
Y así aludió a pactos en infraestructuras y financiación, sobre la PAC y la captación de inversiones o la implantación de la renta ciudadana y la de emancipación, sobre cuyos beneficios se extendió el presidente, no sin avanzar que durante su discurso también se proyectará hacia el futuro: en concreto, al año 2030. Hacia donde apuntan las medidas que desvelará en la doble sesión del debate, cuyos preparativos no escapan del aire de precampaña que domina el escenario político. «Estoy seguro de que el horizonte electoral va a sobrevolar el debate», aceptó. Y añadió: «Todos somos conscientes de cuál es la situación política».
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