«España está en quiebra»

En la ciudad calceatense habla de la situación de la Filosofía, en la que detecta «un interés tremendo por parte de nuevas generaciones jóvenes por los problemas filosóficos, que están íntimamente ligados a la realidad». El curso es ejemplo de ello, por el incremento del alumnado en los últimos años. «De lo más prometedor», dice. Por otra parte, a nivel general percibe «un hartazgo, un vacío, un exceso de ideología, pero una merma de análisis crítico», al hilo de lo cual opina que «la mayor parte de los profesores de Filosofía no son filósofos, son ideólogos enmascarados o están al servicio de las ideologías», subraya.

A él mismo se le vincula con Vox. «La trayectoria de Gustavo Bueno y de la escuela formada en torno a él defendemos desde hace muchos años la importancia de España, de su lengua, de la hispanidad; también la unidad de la nación española, pero todo ello en un contexto frente al mundo anglosajón o realidades importantes emergentes, como es el Islam, China, etc. Es una cuestión de supervivencia de determinadas estructuras sociales o políticas como puede ser España, Italia u otros países», indica. «Que un partido se haya inspirado, en parte, de algunas posiciones que defendemos no quiere decir que seamos los ideólogos de Vox; al contrario, qué tristeza que otros partidos que en realidad dicen esto estén en posiciones totalmente confusas y no defiendan más claramente posiciones de interés vedaderamente nacional». Y en el partido de Santiago Abascal -matiza- «hay una presencia católica y europeísta grande, totalmente al margen de los postulados en los que nosotros estamos».

En esa «radicalización de la ideología» enmarca el intento de echar a la Fundación Gustavo Bueno de su sede en Oviedo. «Para determinados políticos somos molestos», dice del concejal de Podemos, al que achaca una situación que «se resolvió con las elecciones del 26 de mayo, porque ahora tenemos un alcalde del PP».

Para Bueno la situación de España desde el punto de vista del Estado del bienestar «no puede ser más preocupante». Es un país que «está en extinción desde el punto de vista demográfico», y, desde punto de vista de los parámetros del bienestar, en quiebra. A un modelo de bienestar social en el que los contribuyentes eran los trabajadores se pasó a incorporar a los no contributivos, con lo cual ese sistema está quebrado, no hay dinero». Y añade: «Algunos políticos, en plan optimista, por no decir casi imbécil, dicen que no hay problema, que ya vendrán inmigrantes... Pero esa no es la solución: depende de qué inmigrantes, según y cómo». A ello suma «el desajuste que provocan diecisiete comunidades autónomas», todo lo cual deriva en una «inacción y una falta de unidad en intentar resolver los problemas que afectan a todos los españoles. Es una situación muy grave».