Un hombre se desplaza por una de las estancias del Punto de Encuentro Familiar de Logroño, en el que no faltan los juguetes y la decoración infantil. Sonia Tercero
Puntos de Encuentro Familiar de La Rioja

Un espacio seguro para los menores

La prioridad de este servicio, que ha detectado un aumento de las visitas supervisadas, es que «se puedan sentir a gusto y protegidos»

Lunes, 19 de febrero 2024, 07:42

Cuando una familia se rompe, cualquier conflicto repercute en los hijos. Ellos son la parte más delicada de cualquier enfrentamiento o malestar emocional que se pueda producir entre sus progenitores y, por eso, existen recursos «temporales» que tratan de protegerles y de brindarles seguridad. «Nuestra ... prioridad es proporcionar al menor un espacio seguro y unos recursos humanos suficientes que también le den seguridad. Lo primero es que se puedan sentir a gusto y emocionalmente protegidos», explica Laura Zárate, directora de los Puntos de Encuentro Familiar de Logroño, Haro y Calahorra.

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En este punto, las instalaciones adquieren una gran importancia y todo debido, en parte, a que sus estancias también se asemejan a las de un hogar –tienen cocina, zonas de uso compartido o habitaciones repletas de juguetes–, donde «ayudamos a los niños a evitar exponerlos a situaciones de conflicto». «Cuando los padres tienen una mala relación entre ellos o están en un proceso de divorcio cuando llegan derivados aquí, también influye en la relación que mantienen con sus hijos». De ahí que, en ciertas ocasiones, «les protejamos de determinados comentarios que a los niños les generan estrés», explica.

Su labor no es baladí. Sobre todo, porque hasta este servicio llegan todos aquellos casos que han sido derivados por la Autoridad Judicial. «La mayor parte de las derivaciones que nos llegan vienen del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, con una medida cautelar, con una pena de orden de alejamiento o incomunicación, que acuden con un régimen de visita supervisada», afirma la directora de este servicio mientras apunta que esta modalidad «se ha incrementado muchísimo».

«Cuando los padres tienen una mala relación, influye en la relación que mantienen con sus hijos»

Laura Zárate

Directora de los Puntos de Encuentro Familiar de Logroño, Haro y Calahorra

«Si existen posibilidades de consumo (drogas o alcohol), la única forma de que se relacionen con sus hijos en un entorno seguro es en el punto de encuentro»

Porque aunque también disponen de un «régimen de intercambio», con el que los progenitores «cogen a los niños y pasan la tarde, el fin de semana o periodos vacaciones, el número de visitas supervisadas (en las que hay un técnico durante el encuentro) ha aumentado mucho en el tiempo», reconoce. «Antes ambos tipos de visitas estaban equiparadas y ahora prácticamente son todas supervisadas», incide Zárate.

Todo ello, no obstante, implica que en cuanto «hay problemas de consumos, de violencia de género o de violencia doméstica, casi todo son visitas supervisadas, por lo que la intervención se alarga muchísimo más en el tiempo». En el caso de este servicio, tienen establecida una media de intervención de unos dos años por expediente, que no se cumple en estos casos. «Si hay una orden de alejamiento, no podemos mediar ni restablecer la comunicación entre los progenitores», expone la directora de los Puntos de Encuentro Familiar de la comunidad.

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El proceso judicial, en cualquier caso, implica que los más pequeños «tengan que relacionarse con su padre o con su madre en un lugar cerrado, durante varios días a la semana, sin que existan otras posibilidades». Una situación que, si se dilata durante «mucho tiempo», hace que «se acaben las posibilidades para hacer cosas aquí, porque mientras en una relación normal puedes ir al cine o hacer planes, en un sitio cerrado te limitas a hablar, a jugar a juegos de mesa o a compartir otro tipo de experiencias», explica.

LAS CIFRAS

5.352 usuarios

han sido atendidos por el Punto de Encuentro Familiar desde 2002 hasta el pasado 31 de diciembre.

1.384 familias

han sido asistidas desde hace 22 años en los tres Puntos de Encuentro Familiar.

61 familias

fueron derivadas el pasado año a los Puntos de Encuentro Familiar, en 44 de los casos derivados con una orden de alejamiento.

El problema, no obstante, es que hay determinadas situaciones «que no pueden ser de otra forma». «Si existen posibilidades de consumo o si hay progenitores que están llevando a cabo tratamientos de rehabilitación, hasta que no reciban el alta, la única manera de garantizar que se pueden relacionar con sus hijos en un entorno seguro, y que ellos están bien, es en el Punto de Encuentro Familiar», asegura Zárate mientras añade que, a nivel general, ven «bien» a los menores. «Nosotros intentamos que estén a gusto y, muchas veces, sí que vemos que tienen esa confianza en el profesional, aunque también hay algunas resoluciones judiciales en las que se niegan a ver al progenitor», expone.

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Cada casuística y problemática es «muy diferente» y, en el caso de las familias, que acuden «obligadas judicialmente» al Punto de Encuentro Familiar, «detectamos que vienen con mucho desconocimiento, que no conocen bien el servicio y que lo que realmente demandan es que entendamos la situación por la que están pasando», afirma mientras apunta que aunque «cada uno viene con sus vivencias, casi todo lo que les preocupa es que el niño esté bien».

212 familias

fueron atendidas a lo largo del pasado año, lo que supone un total de 713 usuarios, de los que 277 son menores.

11.667 encuentros

se realizaron en 2023 entre los progenitores e hijos, de los que 8.807 correspondieron a intercambios.

De ahí que la labor de los distintos profesionales del equipo –formados en las áreas de la psicología, de lo social, de lo judicial y de la educación– vaya encaminada, en primer lugar, a «contener» las disputas que se puedan dar entre los progenitores. Todo, como explica la directora del servicio, porque «muchos vienen en un momento de conflicto intenso, en el que no hay ningún tipo de entendimiento entre las partes, para poder restablecer después la comunicación y las relaciones».

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Un cometido que, en cualquier caso, conlleva «una carga emocional importante». «Sabemos muchas cosas, porque conocemos a cada una de las familias», apunta mientras resalta que «hay niños que, cuando vienen, te tratan de una manera muy cariñosa y muy cercana, porque en el fondo acuden muy a menudo, por lo que al final terminas estableciendo un vínculo muy bonito con ellos», resalta. Con los progenitores, sin embargo, «no se interviene, sino que tenemos una relación mucho más objetiva y diferente», concluye la directora de los Puntos de Encuentro Familiar de La Rioja.

Laura Zárate (a la derecha), junto al resto del equipo del Punto de Encuentro Familiar de Logroño. Sonia Tercero

Los Puntos de Encuentro Familiar atendieron a 713 usuarios en 2023

Recursos que funcionan. Los Puntos de Encuentro Familiar de La Rioja –situados en Logroño, Calahorra y Haro– atendieron el pasado año a 713 usuarios, de los que 277 eran menores. Durante 2023 también se llevaron a cabo 11.667 encuentros entre las familias. De todos ellos, el 75,5% corresponde a la modalidad de intercambio, entrega y recogida de los menores a través del servicio, con el que se realizaron 8.807. También se efectuaron 2.836 visitas tuteladas (cifra que representa al 24,5%), de las que 2.656 se llevaron a cabo con supervisión dentro de las instalaciones de los tres Puntos de Encuentro Familiar de la comunidad y, 180, sin ninguna inspección.

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