«La FP es un escudo frente a situaciones extraordinarias como la de la pandemia»

Recuerda que la empleabilidad de quien tiene un grado medio es 14 puntos superior a quien tiene un título inferior y que «en el caso de la FP superior llega a la tasa de ocupación de los universitarios. No son, en todo caso, unos estudios que compitan entre sí. De hecho, en la UR hemos establecido el sistema de 2+3 para que los alumnos de FP superior accedan y se les reconozcan hasta 60 créditos. Cada vez es superior el impacto de este perfil en los alumnos que ingresan en la UR», asegura Blanco.

Más allá de lo relacionado con la Formación Profesional Inicial (denominación que recibe la vinculada al sistema educativo), el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de La Rioja hace hincapié en la vinculada al empleo, «una de las mejores herramientas de que disponemos para cualificar y recualificar» a trabajadores y desempleados de la región y que está llamada a desempeñar un papel esencial en lo que él denomina la 'transición demográfica'. «De aquí al año 2030 se generarán en España unos 10 millones de puestos de trabajo. De ellos, 8,5 aproximadamente serán por reemplazo de quienes se jubilen y muchos otros se amortizarán. Habrá quien necesite ampliar sus competencias y quien necesite cualificarse para acceder a esos puestos». Esa modalidad formativa se perfila como esencial, traslada durante su explicación. «La FP para el empleo, como sucede con la educativa, no está potenciada suficientemente. No hay un mapa claro que indique hacia dónde vamos, qué necesitamos y qué necesitaremos», sostiene el decano de la Universidad de La Rioja, que apunta que en esa línea el Gobierno regional «ha tomado una muy buena decisión de elaborar un estudio sobre las necesidades formativas existentes» en la región.

Además, esa Formación Profesional para el empleo desempeña un segundo papel, el de ser «una vía de enganche con el sistema educativo para muchos de los que lo han abandonado tempranamente. Muchos de ellos pueden estar trabajando, se les pueden reconocer ciertas competencias a través de la experiencia, y pueden seguir formándose. De esta manera se les dota de una herramienta de desarrollo personal y profesional», completa Blanco.

Y todo en un escenario en el que la pandemia ha contribuido a incrementar el número de alumnos matriculados. «Los titulados en FP se han visto menos afectados por los efectos laborales de la pandemia, si bien es cierto que durante este tiempo su impartición ha sido más complicada». En todo caso, completa, la pandemia fue aprovechada por muchos para seguir formándose y las horas de teleformación se dispararon.