«El viento sopla a favor del PP, pero el talón de Aquiles del PSOE está a su izquierda»

– ¿Quién vencerá en las autonómicas en La Rioja?

– No le puedo decir quién ganará seguro, pero el consenso general, y eso es evidente, es que el viento de cola sopla mucho más favorable al PP que al PSOE y a su socio necesario, Podemos, que está más dividido y débil, aquí y en la mayoría de los sitios. El PP está absorbiendo a Ciudadanos (Cs) el voto que le prestó y a su derecha tiene a un Vox cuya presencia será casi segura en los parlamentos autonómicos, aunque no tenga un candidato conocido, y con el que llegará a la mayoría absoluta. Está claro.

– La situación de la izquierda del PSOE en La Rioja es...

– Muy peculiar, desde luego. Hay que recordar que se trata de un Gobierno de coalición en minoría, porque no completa la mayoría absoluta tras romper IU con Podemos. Además, la propia consejera de Podemos (Raquel Romero), tras un proceso de negociación que sorprendió a España entera y que recordamos muy bien, ha sido expulsada de su partido. Es decir, es una diputada no adscrita y, por tanto, no repetirá en listas. Así que es una situación verdaderamente extraña y ese es uno de los grandes talones de Aquiles que tiene el Gobierno. Y es que necesita sumar con alguien porque solo no va a llegar a la mayoría absoluta. Y si sus socios a la izquierda están muy débiles o divididos o tienen mala prensa o están penalizados, eso le complicará repetir.

– ¿Tendrá tirón el PR+ gracias a ¡La Rioja Ahora!, su coalición con España Vaciada?

– El Partido Riojano está sacrificando su marca reconocida y reconocible en una aventura que tiene opciones inciertas. Las plataformas de España Vaciada solo han tenido éxito en aquellos sitios en los que contaban con una estructura y una organización previas. En La Rioja nadie sabe exactamente qué es esto nuevo. Esa organización: ¿está engrasada?, ¿se conocen entre ellos?, ¿están dispuestos a hacer campaña juntos? Es una operación complicada pero, claro, en política todo se juzga por los resultados y en estos momentos en los que se está recalibrando la representación, y claramente ha quedado limitada a dos partidos a la izquierda y dos a la derecha, allí donde haya regionalistas pues pueden condicionar la gobernabilidad.

– Ciudadanos se volatilizará.

– La debacle es total porque ha ido perdiendo sus tres banderas. Por un lado, la regeneración política, porque cambió de estrategia y decidió no facilitar la alternancia allí donde el PP siempre ha gobernado, sino que trató de reemplazarlo, lo que le hizo perder parte de los votantes prestados, ya que el 80% de su electorado procede del PP. En segundo lugar, con este giro a la derecha dejó de hablar de aforamientos, de reforma del sistema electoral y de lucha contra la corrupción para hacerlo solo de Cataluña y del 'sanchismo'. Y el tercer elemento es que cuando surge Vox pasa a existir un partido que es más fuerte que él en la defensa de la unidad de España. Y a la pérdida de estas tres banderas se suma la debacle de Albert Rivera, que deja un liderazgo débil, el de Inés Arrimadas, porque ya el trasatlántico está en llamas.

– ¿En qué medida parte del electorado se planteará el 28M como un castigo a Pedro Sánchez por la reforma de los delitos de sedición y malversación, la ley del 'solo sí es sí', los choques con el poder Judicial, la fractura del feminismo...

– Para que la democracia funcione bien tenemos que premiar o castigar a cada político en la elección que le toca. Ni Núñez Feijóo ni Sánchez han gestionado ni el presupuesto municipal de basuras de Logroño, por ejemplo, ni la sanidad riojana. Pero, a efectos prácticos, se produce mucha contaminación entre arenas y el efecto de la marca nacional tiene un impacto.

– Y es que en muchos casos se vota contra un partido más que a favor de otro.

– En eso consiste la rendición de cuentas. La única manera de que los políticos estén pendientes de nuestras necesidades es que ellos tengan miedo de perder el poder. Y la mejor manera de que lo tengan es que los ciudadanos, cuando las cosas nos vayan mal, castiguemos a nuestros representantes.

– Pero, a diferencia de gobiernos anteriores, el desgaste del actual de coalición nacional no le llega por la crisis económica.

– Es que en esta crisis no se está destruyendo masivamente empleo, aunque suben los precios y la gente es más pobre. Eso explica por qué el PSOE no se desploma por el frente económico. Sin embargo cae a plomo en los sondeos a partir de diciembre porque ese mes coinciden muchas cosas, entre ellas, la ley del 'solo sí es sí'. Por dos razones. La primera: da igual que tú seas de izquierdas o de derechas; lo que quieres es que tu gobierno sea competente, y este lío está generando una percepción de incompetencia, de chapuza, de improvisación, de jaleo. Esto desgasta siempre, sobre todo, en el votante menos ideologizado. Y la segunda dimensión es que se ha conseguido colocar el feminismo, que era una cuestión que podía ayudarle al Gobierno a sacar pecho de su gestión, en el marco de la seguridad. Porque todo lo que hablamos del Ministerio de Igualdad está siendo exclusivamente sobre penas a agresores sexuales. Y los votantes tienden a percibir que la derecha es más eficaz que la izquierda en temas de seguridad. Un marco que es mucho más favorable al PP. Tanto es así que el PP solo tiene que sentarse ahora y dejar que el propio Gobierno se siga desgastando a sí mismo.

– En otros países los dislates de la ley del 'solo sí es sí' derrumbarían gobiernos.

– Aquí ocurre algo muy peculiar que no sucede en ningún otro gobierno de coalición del mundo: en un gobierno de coalición, cada cual disciplina, es decir, rectifica o cesa a los ministros que están en su ala. Si un ministro del PSOE lo hace mal, Pedro Sánchez lo disciplina. Pero, ¿si un ministro de Podemos lo hace mal, quién lo disciplina? Porque Yolanda Díaz no es de Podemos. No tiene el poder de disciplinar, reconvenir ni cohesionar a los ministros de su ala, ya que estos no obedecen ante ella, sino que pertenecen a otro partido. Este es un Gobierno de coalición compuesto por varias partes: el PSOE, Yolanda Díaz, Podemos, Alberto Garzón (IU) y los comunes. Lo que hace mucho más complejo todo y, evidentemente, que las tensiones y los problemas de coordinación sigan 'in crescendo'. Creo que si el Gobierno continúa con este nivel de voltaje en la discusión, la campaña electoral del 28M será una auténtico desastre para la izquierda.

– Además con una izquierda a la izquierda del PSOE sin cuajar un proyecto común.

– Yolanda Díaz no quiere sacar su proyecto antes de mayo porque le da miedo que haya gente que ella no controle y que se apodere de sus siglas a nivel local y autonómico. Pero al no ir ella antes de las generales, la situación de Podemos es muy difícil, porque está muy mal en muchos territorios y eso implica que puede sacar muy malos resultados el 28M. Y si la izquierda no repite, a lo mejor a Yolanda Díaz ya no le queda nada con lo que sumar. Además existe un problema orgánico interno.

– ¿Qué es?

– Hay un sector de Podemos cada vez más bunkerizado, sobre todo Ione Belarra e Irene Montero, que se lleva mal con Yolanda Díaz, y ven que si le dan manos libres en las listas ellas no repiten. Entonces, ¿cuál es su reflexión?: hombre, prefiero ponérselo difícil para que yo sí controle parte de las listas y quedarme con mis cuatro diputados en la oposición, porque al menos tengo algo de lo que comer. Esta es un poco la paradoja: en el fondo hay un tensión interna entre Yolanda Díaz y Podemos que es lo que explica que no se lance esto y que todos estemos un poco en un limbo, a la espera. Pero si el 28M las izquierdas pierden la Comunidad Valenciana, Baleares y La Rioja ya da igual que Yolanda Díaz saque Sumar o no. En esas tesituras ya está claro que PP y Vox llegarán a la mayoría absoluta.

– Visto lo ocurrido en Podemos y en el Gobierno de coalición resulta innegable que la izquierda se pelea de manera formidable.

– Eso es tradición. PSOE y Podemos se han pasado toda la legislatura peleando por ver quién es más feminista. Lo hemos visto en la ley trans, en el aborto, en la ley del 'solo sí es sí'. Y lo que para mí es muy importante: la estructura de gobierno ha sido muy mala, muy mala. Porque no se han construido espacios para la comunicación horizontal entre los ministros. No se dicen las cosas a la cara. No hay foros. Todo es muy vertical y terminan gestionando sus desacuerdos de la misma manera: filtrándolos a los medios de comunicación. ¿Resultado?: muchísimo más desgaste.