Marcos García Montes | Abogado
«Hay envidiosos con toga que te critican, pero que ganen Filesa, Guantánamo, Rumasa...»Secciones
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Marcos García Montes | Abogado
«Hay envidiosos con toga que te critican, pero que ganen Filesa, Guantánamo, Rumasa...»Lleva más de medio siglo moviéndose con la misma desenvoltura por salas de vistas y platós televisivos. Marcos García Montes es uno de los abogados más conocidos y mediáticos de España. Por sus manos han pasado desde casos de corrupción a temas de terrorismo, crónica ... negra o de personajes de la farándula. Ahora, entre otros asuntos, se encuentra inmerso en la defensa de Daniel Sancho, acusado de asesinato en Tailandia, y representa a la familia de Guillermo Castillo, el hostelero asesinado en Cuzcurrita el 2 de mayo del pasado año y en el que intenta dar un giro a la investigación oficial con la polémica que habitualmente arrastra.
– Desde que lleva el caso del asesinato de Guillermo Castillo se ha mostrado muy crítico con muchos aspectos.
– En mi opinión, esas dos personas no estaban solas. Yo voy a seguir investigando como he hecho en otros casos. Tenemos comandos informativos de personas honestas que saben mucho del tema. Nos están facilitando información que tenemos que procesar porque quieren ser, si no anónimos, por lo menos protegidos para que nadie pueda tomar represalias.
– Su opinión va en contra de la investigación oficial...
– Que haya solo dos autores... No, no y no. Queremos llegar al fondo del asunto. No es un crimen de dos hombres sin preparación intelectual. Hay detrás otras personas que son las autoras intelectuales o las inductoras. Y otros que son cooperadores necesarios y también encubridores, que deben estar imputados. Esto es mucho más largo y hay que tener en cuenta que este juicio va a ser visto por un jurado y queremos un juicio justo y con todas la garantías en el que todos los culpables se sienten en el banquillo de los acusados.
– El de Guillermo no es el único caso que le ha traído a La Rioja. Defendió y logró la absolución de dos personas acusadas de robar un banco en Logroño, estuvo en el juicio al asalto del chalé-barco de Rincón, defendió al Solitario que asesinó a dos guardias civiles de Calahorra...
– Sí, pero el caso que más me acuerdo de La Rioja es el de una mujer buenísima que sufría malos tratos a la que tuvimos que quitar el síndrome de Estocolmo. Arreamos fuerte contra el marido y el tema fue muy bien.
– Pero más que por sus casos en nuestra comunidad, su nombre se asocia a grandes y polémicos asuntos nacionales. ¿Con cuáles se queda?
– Está Filesa, que para mí fue importante, porque se trata de la lucha contra la corrupción (también estuve en los fondos reservados, Cesid...), que fue cuando resucitamos la acción popular. También Guantánamo, donde logramos una sentencia del Supremo aplicada en todo el mundo por torturas y vulneración de los derechos humanos. Creo que es icónico y lo más grande que hemos hecho. Y Rumasa sería el tercer puntal, cuando ganamos en Estrasburgo y logramos absolver a Ruiz Mateos. Se podría decir que mi brazo derecho estaría en Rumasa y el izquierdo, en el caso de los marqueses de Urquijo
– También ha estado en casos de la crónica negra como los de Rocío Wanninkhof, Dónovan Párraga, el asesino de la baraja...
– Y también me conocían por ser abogado de famosos que lo eran de verdad, no como los famosetes de ahora. Era abogado de Rocío Jurado en la reclamación del mil millones que le hizo su entonces yerno (que por cierto todavía está pendiente de pagarme la minuta desde hace 10 años), de Bertín Osborne, de Concha Velasco, que era como mi hermana, y de muchísima otra gente conocida.
– ¿Es fácil asesorar a famosos?
– He tenido la gran suerte de que nunca me han dirigido, algo que por cierto no dejaría porque los principios de la abogacía son independencia y libertad. Y así lo han entendido. Una vez, Concha Velasco me dijo: «Marcos, yo como la diosa de la justicia: cierro los ojos y lo que tú digas». Y Rocío Jurado, por ejemplo, me decía:«Marcos, lo que tú mandes. Confío en ti».
– Ahora vuelve al candelero mediático con el caso de Daniel Sancho, cuyo juicio en Tailandia comienza en pocos días.
– Sí, y el lunes también comenzamos el juicio de Rafael Amargo. En el caso de Daniel Sancho, este se inicia el martes y serán los letrados tailandeses los que comiencen. Cuando queden cinco o seis sesiones, nos desplazaremos allí mi hijo Marcos García Ortega, magnífico abogado, y yo para hacer el resumen final de las pruebas y para pedir bien la absolución o bien la condena mínima por un delito de homicidio imprudente, que es lo que se ha acreditado.
– ¿Cómo justificar que Daniel Sancho no asesinó y descuartizó a Edwin Arrieta?
– Hay prueba ilícita y nula desde agosto hasta noviembre, cuando la policía efectuó una investigación al margen de la Fiscalía. Pero lo más gordo es que se lleva a cabo una supuesta reconstrucción de hechos sin presencia de abogado, fiscal ni juez y encima diciéndole a Daniel lo que tenía que hacer. Y para qué hablar de las declaraciones: una de ellas en tailandés, que mi cliente evidentemente ni habla ni entiende y otra, en inglés, pero resulta que hay unos casilleros para firmar abogado intérprete y están en blanco. Surrealista.
– ¿Qué pasa con la última declaración?
– Esta se hace con abogados y él dice que hubo una pelea porque le intentó violar. El mismo día de la detención la Policía realiza un reportaje fotográfico en el que se nota que Daniel tiene lesiones en la espalda, supuestamente consecuencia del intento de violación, y mordeduras en ambos brazos. Evidentemente se produjo una caída fortuita al suelo y según los médicos forenses no se puede determinar la fecha de la muerte ni la causa. Pero sí que hay un golpe muy fuerte en el occipital, que justifica la muerte fortuita, en mi opinión.
– También se han implicado en 'causas perdidas', como las del Solitario o el crimen de Fago. ¿Necesita Marcos García Montes una sobreexposición?
– No. El abogado nunca es ni héroe ni villano: no eres héroe porque acuses de una violación y metas a un delincuente en la cárcel, como yo llevo ya siete prisiones permanente revisable a asesinos; ni villano cuando defiendes a un acusado de asesinato o de violación. Somos profesionales.
– ¿Por qué defendió al Solitario?
– Porque todo el mundo tiene derecho a defensa. Y sigo pensando que no entra en la cabeza que El Solitario matase a dos guardias civiles porque le habían pedido el carné en la puerta de un jeep que, por cierto, no tenía restos de pólvora, plomo ni antimonio.
– ¿Ser un abogado mediático hace ganar o perder juicios?¿Es distinta la percepción popular que en los juzgados?
– La verdad es que el pueblo te lo agradece y eso me parece muy bien, aunque yo, por ejemplo, no he firmado un autógrafo en mi vida. No me gusta. Pero luego hay algún envidioso, y algunos de ellos con toga, que te critican. Con eso ya contamos. El que te critique es muy sencillo: que gane Guantánamo, Filesa, Rumasa, fondos reservados, GAL... Mientras que no lo hagan, que se callen
– Conclúyame esta frase: la justicia española es...
– Magnífica, pero muy politizada. Por desgracia, muchos jueces públicamente manifiestan que son de derechas o de izquierdas y el Consejo General del Poder Judicial está nombrado por los políticos. Mientras que el CGPJ esté vinculado a la política, vamos mal. O hay una independencia o esto no tiene buen futuro.
– A pesar de esto dice que es magnífica...
– Porque estoy en contacto con los jueces que hay en España, que son vocacionales y serios. Pero hay veces que en alguna sentencia se nota hay un tinte político que me da muchísima pena. Pero respecto a jueces y Fiscalía solo tengo buenas palabras, aunque exista algún garbanzo negro, como también ocurre en la abogacía.
Camino de los 76 años, Marcos García Montes promete seguir dando guerra hasta que el cuerpo aguante y, de momento, lo hace a pesar del frenético ritmo de vida que lleva. Él asegura que consigue resistir por su dos grandes pasiones: las leyes y la música. De la abogacía, explica que siempre se debe sustentar en tres pies:«Una buena formación jurídica, vocación y humanidad. Sin la tercera, es imposible que aguantes esta profesión».
Y de la música destaca su vinculación a la guitarra «desde los 12 años», cuando empezó a tocar flamenco, aunque pronto se dio al rock. El abogado actualmente toca con Los Íberos y explica que protagonizan «conciertos benéficos junto a grupos de aquella época como Los Brincos, Los Pekenikes, Los Bravos...». «Me gustaría que me enterraran con una guitarra y una toga», sentencia.
Como siempre en sus conversaciones, acaba saliendo el caso de los marqueses de Urquijo, que se cerró con la condena a Rafael Escobedo como único responsable del asesinato.
Cuarenta años después del proceso, García Montes mantiene la inocencia de su defendido y también que «le suicidaron» en la cárcel del Dueso. «Si en la sociedad española preguntas si Rafael Escobedo mató a sus suegros, te dicen que no se lo cree nadie, que eran personas vinculadas a la familia. Y si les preguntas que si se suicidó, te responden que le suicidaron. Y ese que es el lenguaje del pueblo, es lo que realmente ocurrió», sentencia el letrado.
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