«La entrega del casco al Papa dará visibilidad a los refugiados»

- ¿Cómo surgió este proyecto?

- Pensamos que para dar toda la visibilidad a los refugiados de Jordania que huyen del ISIS, lo ideal era hacer una parada en el Vaticano, sin contar con que el papa Francisco nos recibiera. Fue el padre Ángel quien nos sugirió que lleváramos un casco al papa. Hasta que no nos lo confirmaron en el Vaticano no nos creímos que fuera posible.

- ¿Cómo comenzó la colaboración con el padre Ángel?

- Arrancó el día en el que BMW nos dio las motos en Madrid y aprovechamos el viaje para donar alimentos. Entonces mandamos un correo a 'Mensajeros de la Paz' porque era la única organización conocida en Madrid. Les dijimos que teníamos 250 kilos de alimentos y comenzamos a colaborar.

- ¿Cuál es el objetivo que pretendéis conseguir con este viaje?

- Dar visibilidad a los refugiados, en especial al campamento que hay en Jordania que está dirigido por 'Mensajeros de la Paz' y, sobre todo, mantener la ayuda que prestan a los chavales que acogen en un colegio donde les dan de comer y les ayudan a trasladarse todos los días.

- Con el casco solidario, ¿cómo pretendéis recaudar fondos para los refugiados?

- La idea es llevar un segundo casco y que nos lo firme el papa. El que llevamos se lo regalamos, pero el otro, una vez firmado, irá a subasta. El papa nos dijo que el primero que iba a pujar era él porque en el mundo no hay nadie que le haya hecho un casco y que luego haya firmado. Prevemos que puje también BMW y todos los aficionados a las motos ya que quien ha pintado el casco es una persona con prestigio que también ha diseñado los de Marc Márquez y otros motoristas de MotoGP.

- ¿Cómo habéis planificado el viaje?

- En cuatro etapas: Logroño-Toulouse-Cannes-Florencia y Roma. Llevaremos seis motos y una furgoneta de apoyo. Nuestra intención es ir a campings porque con la estructura que llevamos de motos no podemos ir a un hotel. De hecho, incluso en Roma nos alojaremos en uno con bungalows a solo cinco kilómetros de la plaza de San Pedro. Y, como buenos riojanos, nos llevamos toda la comida de aquí: vino, chorizo...