Sonia Tercero

La entrada de extranjeros evita una caída de la población riojana en el año del COVID

La pandemia frena los flujos migratorios en La Rioja que, aun así, gana más residentes de otras comunidades que los que pierde

Martes, 6 de julio 2021, 02:00

Saldo positivo. La Rioja cerró 2020 con 266 habitantes más hasta llegar a un total de 316.197 personas. Un ligero aumento que cobra relevancia puesto que se registró en el año en el que el COVID causó estragos en términos demográficos, ya que ... fallecieron 3.699 riojanos, la cifra más alta desde la Guerra Civil. La responsabilidad de este buen balance recae en la entrada de extranjeros, que consiguió atenuar el impacto de la pandemia. Además, y a pesar de las restricciones de movilidad durante buena parte del ejercicio pasado, La Rioja siguió consolidándose como una comunidad que capta más residentes de otras regiones de España de los que pierde.

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El efecto conjunto del crecimiento vegetativo, del saldo migratorio con el extranjero y del saldo migratorio con otras autonomías determina el crecimiento o decrecimiento de la población de la comunidad.

Según la última actualización estadística del INE, y analizando los dos primeros parámetros, el aumento del número de habitantes en La Rioja en 2020 fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 1.382 personas (2.317 nacimientos, frente a 3.699 defunciones), compensado por un saldo migratorio positivo de 1.333 ciudadanos (hubo 2.588 inmigraciones procedentes del extranjero y 1.255 emigraciones con destino al extranjero).

Y es que los extranjeros protagonizaron el aumento de la población, ya que la cifra de ciudadanos de nacionalidad española se redujo. En concreto, el número de personas originarias de otros países aumentó en 1.274 personas durante el año pasado, hasta un total de 39.240 a 1 de enero de este año. Por el contrario, la población de nacionalidad española residente en la comunidad se redujo en 1.008 ciudadanos, hasta los 276.957, de los que 841 son extranjeros que adquirieron la nacionalidad durante 2020.

Lo mismo ocurrió en el conjunto del país: la población residente aumentó en 61.609 personas el año pasado y se situó en 47.394.223 habitantes, un nuevo máximo histórico desde el comienzo de la serie. Pero, como en el caso de La Rioja, este aumento obedeció al 'tirón' de la población de nacionalidad extranjera (149.011 ciudadanos más), ya que la de española se redujo en 87.402 personas.

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Solo cinco comunidades autónomas registraron una caída del número de residentes: Castilla y León y Asturias (ambas con un retroceso del 0,58%), Extremadura (-0,37%), Galicia (-0,21%) y País Vasco (-0,16%). En cuanto a los aumentos, La Rioja fue la segunda región con menor crecimiento relativo (0,08%) tras Aragón (0,7%). Los mayores repuntes se registraron en Baleares (0,72%), Murcia (0,55%) y Canarias (0,33%).

En cuanto al saldo migratorio exterior, el balance fue positivo para todas las comunidades autónomas durante el pasado ejercicio. Los mayores valores absolutos se registraron en Cataluña (46.241), Madrid (41.429) y Andalucía (32.811) y los menores en La Rioja (los 1.333 mencionados), Extremadura (1.463) y Cantabria (1.986).

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Migración interior

Respecto al tercer indicador, el del saldo migratorio con otras comunidades autónomas, La Rioja permanece con una tasa positiva. La llegada de ciudadanos de otras regiones (3.366) compensó suficientemente los traslados de residencia de riojanos a otros zonas geográficas del territorio nacional (3.039), finalizando 2020 con una ganancia neta de 327 habitantes. Se completa así un ciclo de cuatro años favorables para la región.

Los mayores saldos migratorios entre comunidades durante 2020 se dieron en Castilla-La Mancha (8.752 entradas), Comunidad Valenciana (5.043) y Galicia (4.593). En Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Galicia el saldo aumentó notablemente respecto a años anteriores e incluso cambió de signo en alguna de ellas. Por el contrario, la Comunidad de Madrid (-20.836), Cataluña (-6.701) y Baleares (-2.106) presentaron los balances más negativos. Cabe destacar que para Madrid y Baleares fue el primer saldo migratorio negativo con el resto de España desde 2011.

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Por otro lado, la estadística del INE corrobora el impacto que en todos los flujos migratorios tuvieron las restricciones de movilidad el año pasado para contener la expansión del COVID. Así, por ejemplo, las salidas de riojanos a otras autonomías casi se redujeron a la mitad (-45,2%) y también se aminoraron de manera importante las entradas de extranjeros (-32,8%). De forma menos severa hubo una reducción de las llegadas de ciudadanos de otras comunidades para residir en la región (-16,7%) y de la emigración exterior (-3,2%) de población riojana.

Esta es la fotografía demográfica que, no obstante, puede verse modificada a finales de año. Todos los datos referenciados a 1 de enero son provisionales. En diciembre se actualizarán y pasarán a ser definitivos.

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